El Ayuntamiento descubre una placa en la casa natal de Francisco Sobrino

06/06/2014 - 12:50 M. M.

El Ayuntamiento de Guadalajara ha descubierto el viernes una placa en la casa en la que nació el escultor Francisco Sobrino, fallecido recientemente en París. Está ubicada al final de la calle Manuel Medrano, en la esquina con la plaza de San Antonio. Al acto han asistido los tres hijos del artista, Celia, Delia y Daniel, además de autoridades amigos y representantes del mundo del arte.

El alcalde, Antonio Román, ha recordado la figura de Sobrino y en especial su vinculación con Guadalajara, a la que siempre permaneció ligado, ha dicho el edil, a pesar de pasar gran parte de su vida en el extranjero, primero en Argentina y luego en Francia, y entre ambos destinos viajando por numerosos países.

También se ha referido a su faceta profesional, señalando la búsqueda de la interrelación del público con su obra que caracterizaba a Sobrino.

Román ha destacado que esta placa es el primer recuerdo de la ciudad que le vio nacer, pero el homenaje más visible llegará cuando esté terminado el museo que lleva su nombre, en el antiguo matadero. En 2008 el Ayuntamiento firmó un compromiso para construir este museo y desde entonces ha ido adquiriendo obra del autor, “de manera que se vaya conformando una colección representativa que muestre sus diferentes etapas creativas y ponga en valor toda su obra”, ha explicado Román.

Guadalajara cuenta ya con algunas esculturas del escultor; la más conocida, la situada en el nudo de entrada a la ciudad desde la A-2 por la avenida del Ejército, y el laberinto con juego de cristales y luz, que puede disfrutarse en el Teatro Auditorio Buero Vallejo.

Tras el alcalde, han tomado la palabra los amigos de Sobrino. Francisco Vicent Galdón, al que también le unía una relación profesional como crítico de arte, ha resaltado la proyección internacional del artista y su obra y ha lamentado que se le reconozca más fuera que en España. Ha recordado con satisfacción la exposición que realizó en Guadalajara en 1998, con gran éxito, y que sirvió para conocerle.

El escritor José Suárez de Puga, también amigo de Sobrino, ha recitado algunos poemas que escribió conjuntamente con el artista.

Su hija Celia, cerraba el turno de intervenciones embargada por la emoción y expresando su deseo de que el recuerdo de Francisco Sobrino no muera.