El Ayuntamiento refuerza la campaña contra las palomas

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: MAR GATO. MADRID
LIMPIEZA
Para ello incoporará jaulas con mayor capacidad de captura
La particular guerra del Consistorio capitalino contra las palomas regresa un año más por estas fechas y lo hace de una manera reforzada para paliar “un problema de primera magnitud que causa múltiples molestias a los vecinos, tales como daños en los tejados y canalones, problemas de higiene, sanitarios y suciedad”, destacó el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Guadalajara, Lorenzo Robisco, para el que esta medida, iniciada el pasado año, ya obtuvo “unos resultados más que razonables”.
El refuerzo en el control de población de palomas lo llevará a cabo en esta ocasión el Centro Rokuba, empresa guadalajareña que realizará una actuación más exhaustiva con respecto al pasado año en enclaves habituales como el Alcázar y aledaños de la calle Mayor, y a las que se añaden como novedad en este año el Fuerte y las inmediaciones de Bejanque y la Concordia.
Las actuaciones que comenzarán a realizarse esta misma semana y se prolongarán en su primera fase a lo largo de tres meses tendrán un coste de 1.500 euros, cifra que engloba la instalación de cebaderos, un palomar y jaulas con una capacidad para capturar entre 50 y 100 ejemplares. Esta primera actuación persigue tres objetivos, según indicó Robisco: controlar el número de palomas, aminorar las molestias de los vecinos y disfrutar de una Guadalajara más limpia, siempre dentro de los parámetros del desarrollo sostenible.

‘Palomos ladrones’
Los pormenores de esta primera actuación fueron especificados por uno de los responsables de Rokuba, David Borjabad, quien explicó que el objetivo esencial es intentar mejorar el número de capturas realizadas el pasado año, en torno a las 1.500.
Para ello se sustituirán las jaulas de pequeña captura, con capacidad para 8 ejemplares, por otras de gran capacidad que permitan capturar entre 50 y 100 ejemplares. Éstas estarán dotadas de comederos y bebederos automáticos que les permitan subsistir hasta el momento de su retirada.
Descartado el sacrificio de los ejemplares por tanto, la recuperación de las mismas se posiciona como la idea más plausible. Por ello, y tras pasar un periodo de cuarentena que las sanee, son soltadas bien en celebraciones populares y fincas o bien son llevadas a centros de recuperación y entrenamiento de rapaces. “De esta forma intentamos sacar la máxima alternativa a cada paloma”, apostilló Borjabad.
Sin embargo, entre las novedades más curiosas incorporadas a la actuación de este año es el uso de palomos ladrones o buchones, que situados en un determinado palomar son capaces de atraer a un importante número de palomas hembras en época de celo. “Se trata de una captura no masiva pero sí significativa, puesto que con estas capturas se está evitando que estos ejemplares hubieran triplicado en pocas semanas su población”, indicó Borjabad.
De cara a la próxima temporada, y de incrementarse el servicio, se sopesa la incorporación de castraciones químicas temporales a través de un pienso especial.