El buen tiempo se alió con un Tenorio que sigue demostrando que tiene futuro
Hay cosas en la vida que no merece la pena cuantificiar. ¿Cuántas personas acudieron a ver el Tenorio? ¿Cuánto duró este año la representación? Unas 5.000 personas la siguieron, suficientes para que en algunas escenas faltara espacio para tanto público. Y como siempre, duró hasta la madrugada. Sí, más de cuatro horas. ¿Y? Lo importante ya no es eso. Lo importante es ver rostros jóvenes ilusionados con formar parte del rito que hace ya tanto crearan un puñado de tipos enamorados de esta ciudad, del teatro y de la historia de don Juan. Y así es como la pasión de unos pocos se convierte así en la ilusión de tantos. Ya no sólo de los miles de espectadores. También del centenar largo de personas que se implica en la realización del montaje.
Este año, dos jóvenes actores se estrenaban en los papeles principales: Álvaro Blecua como primer Don Juan Tenorio y Nerea González como primera Doña Inés. En el caso de esta última, además, su primer papel en el teatro. Tal y como reconoce el coordinador general del Tenorio, Juan Aylagas, “siempre tienes un poco de miedo cuando hay gente nueva, pero los dos han trabajado mucho y han estado genial”.
Menos sorpresa hubo en la segunda parte del reparto, con unos actores bien acomodados en sus respectivos papeles, especialmente Jaime Gacía Bonacho como segundo don Juan. “Para mí, la segunda parte ha sido una de las más redondas que he visto en años”, una palabras con las que se refiere tanto a las interpretaciones como a los distintos efectos especiales. En este sentido, otra de las novedades de la cita era el traslado de la escena de las apariciones en el aposento de don Juan, que se la Iglesia de los Remedios.
El director del Tenorio, José María Sanz, considera que éste ha sido un nuevo “paso adelante” para la cita. “Por lo que te dice la gente y por lo que les escuchas hablar entre ellos, esto se sigue consolidando cada vez más”, algo que no le viene nada mal a un evento que ya goza del reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Regional y que algún día tendrá que empezar a pensar en escalar un nuevo peldaño.
Sanz destaca también todo lo que rodea a las interpretaciones de los actores, desde el sonido hasta el vestuario. “El ensamble de atrezo, vestuario y todo fue muy bueno”. Este es de hecho, uno de los puntos fuertes del Tenorio: la gran implicación de todos los participantes. “En ocasiones parece que lo único que tiene importancia es la parte visual, lo que se ve, pero el Tenorio se compone de mucha gente trabajando con el mayor sigilo para que todo salga bien. Lo más valioso es el resultado global, la disciplina de todo el mundo, como el mismo cortejo va de una escena a otra. La implicación de todo el mundo es lo que hace grande el Tenorio Mendocino”.