El Catacaldos de Molina de Aragón obtiene un Solete Repsol

Megino resalta la calidad y frescura de los platos que componen su carta, que fusiona la tradición con toques modernos. La creatividad de la oferta culinaria es obra de su esposo, Antonio, quien también inspiró el nombre del establecimiento. "Durante una comida le mencioné que era un 'catacaldos', y así nació el nombre del local", comenta Megino. Además de la carta, el restaurante ofrece opciones de comida por encargo, como arroz con bogavante y paletillas asadas para disfrutar en el local. "Nuestra vinoteca cuenta con una amplia selección de vinos, pues España es rica en calidades y variedades bajo múltiples denominaciones de origen", añade.

El Catacaldos, ubicado en un antiguo convento que ha sido reformado a lo largo de los años, ha pasado de ser un centro docente a un restaurante que ha requerido una considerable inversión y esfuerzo para alcanzar su actual estatus. Megino detalla sus horarios: "En invierno abrimos solo viernes, sábados y domingos, y si hay reservas de más de diez personas, el resto del año estamos abiertos todos los días. Durante el invierno contamos con un equipo de cinco personas, mientras que en verano duplicamos la plantilla debido al éxito de nuestra terraza".

Las reseñas en Google destacan la calidad del servicio y la limpieza del local, otorgándole una puntuación de 4,4 sobre 5. Los clientes elogian el "estupendo ambiente, servicio amable y rápido, y la comida deliciosa, especialmente el solomillo de ternera, que fue excepcional". Otros destacan su "precioso local, muy limpio, con un personal amable y atento, y una excelente presentación de los platos". Una reseña incluso menciona la amabilidad de la chef, quien se acercó a los comensales para conocer su opinión sobre la comida. Sin duda, el Catacaldos se ha consolidado como un destino gastronómico recomendable en la región.