El clérigo de las buenas letras publica 'Gente de poco más o menos'


El libro, de veinte relatos, contiene historias de personajes más o menos indefensos, heridos en alguna medida. Son relatos mezclados de realidad  y de fantasía.

Francisco Vaquerizo Moreno (Jirueque 1936) es un prolífico escritor que con esta ultima ha publicado 34 obras literarias, 14 en prosa, 13 en versos, 4 en prosa y verso y 3 obras de teatro,   demostrando que en todos los estilos literarios es un consumado maestro de la lengua castellana como profesor que fue de Lengua y Literatura en el Seminario Mayor de Sigüenza y en el colegio de las Madres Ursulinas de la ciudad del Doncel.

Ahora nos llega un nuevo libro con el titulo de “Gente de poco más o menos”. Un libro de veinte relatos, dividido en tres partes, la primera contiene seis relatos “Gente de más menos que más “, la segunda “Gente de más más que menos”, nueve relatos y la tercera y ultima con cinco relatos “Un servidor ni más, ni menos”.Como dice el propio autor son historias de personajes más o menos indefensos, heridos en alguna medida. Son relatos mezclados de realidad y de fantasía escritos por un “servidor de ustedes” que a veces va de más y a veces va de menos, como la vida misma.

  Los relatos tienen en común el interés que despiertan y el magnifico estilo literario con el que están escritos. No en vano el Premio Nobel de Literatura en 1989, Camilo José Cela, conocedor de sus escritos, en el libro Nuevo Viaje a la Alcarria que protagonizó en 1986, a su llegada a Auñón, donde  Vaquerizo fue párroco, lo califico como “el clérigo de las buenas letras”.

 El libro que ahora comentamos tiene 300 páginas y numerosas fotografías relacionadas con el contenido de su obra, a través de un caleidoscopio en blanco y negro nos va presentando personajes diversos, recuerdos y vivencias, reflexiones, viajes, costumbres,… “Gente de poco más o menos” como Magdalena Tarudo, la infeliz joven que no pudo salir de la desesperanza; Teodoro, siempre dispuesto a servir a los demás desde la humildad y el silencio; Jaime, el enterrador que contaba los muertos por si se le había escapado alguno, viviendo en ese sueño irreal de grandezas que solo existían en su imaginación; el numero mágico de los zapatos del Tío Gabinillo; El ultimo acorde de un sacristán vocacional o el sentimiento de perdida de autoridad del profesor ante El chico de la navaja. 

  “Gente de más más que menos” costumbrismo en sus relatos a veces algo fuera de lo común como en La fuente del Cura, con la bendición de los campos el día de San Gregorio o la celebración de las fiestas del Corpus y de Jueves Santo. Los pueblos engalanados para celebrar esas fiestas religiosas o el ceremonial de El brindis del torero. El conocimiento cervantino del autor nos lleva a tres relatos, buscando a  Dulcinea del Toboso a la que no pudo encontrar en su pueblo; En un lugar de la Mancha, Campo de Criptana a la vera de aquellos molinos, que la imaginación enferma de Alonso de Quijano consideró eran gigantes a los que había que doblegar, tratando de encontrar Quijotes y Sancho panzas que tampoco ya aparecían por esos lugares; La conversación con Cervantes que no entendía una sociedad sin Dios, sin educación y sin principios religiosos;El hombre de la bicicleta paseando por Sigüenza y por los aledaños de la misma con parajes como San Roque, la Huerta del Obispo, la Salceda…; Aquella visita a la Catedral de Jaén con el poeta jadraqueño, José Antonio Ochaita o el temor a los maquis en Las bombas de Don Celestino.

La tercera parte de la obra “Un servidor ni más ni menos” recoge, vivencias del Viaje de vuelta de Bilbao a Madrid con los compañeros de compartimiento, personas con las que puedes llegar a cambiar confidencias, pero que una vez terminado el viaje no vuelves a ver en la vida; Roma en el recuerdo en la Semana Santa de 1979 teniendo de guía al actual arzobispo de Sevilla Juan José Asenjo Pelegrina; Por la dulce Francia con los recuerdos imborrables de Paris, Lisieux y la abadía de SanMichel; De excursión con el colegio a Compostela o el relato de los Tres años en la universidad de Navarra. Sus estudios de Derecho Canónico y Periodismo, su primer premio literario por el relato “Detrás de todo”, el temor a sus primeros sermones, la acogida de las hermanas Ferrán en Pamplona, el cariño que le mostraron, su relación con el futbol, el Osasuna de Zoco, Félix Ruiz y Fuste, las discrepancias con otros compañeros...la expresión de su verdad hecha con valentía y honradez….

  Francisco Vaquerizo ha escrito un libro que merece la pena leer, un libro que te engancha del primero al ultimo de los relatos, que no dejará indiferente a nadie, por sus argumentos llenos de interés, por el impecable estilo literario con que está escrito y por el conocimiento de la lengua castellana que confirma el calificativo con que Camilo José Cela le identificó a su llegada a Auñón en aquel verano de 1986, “El clérigo de las buenas letras”.