El cooperante de Cruz Roja Pablo Arias parte a Nepal para ayudar en la reconstrucción tras el terremoto

26/05/2015 - 15:27 D.Pizarro

Justo hace un mes, Nepal sufría un devastador terremoto que se ha cobrado la vida de cerca de 8.000 personas y ha sembrado el caos tanto en las zonas urbanas como en las rurales, provocando innumerables desplazados entre quienes lo han perdido todo menos la vida. Mientras unos, los más afortunados, se marchaban del país hacia sus lugares de origen, otros llegaban cargados de medicinas, materiales para la reconstrucción y herramientas para evitar la propagación de enfermedades. Entre ellos se encuentran los voluntarios de Cruz Roja Española. Este viernes, con el fin de relevar a los que han estado trabajando durante todo este mes, partirán de la base aérea de Torrejón de Ardoz un equipo de cinco personas que conforma una Unidad de Respuesta a Emergencias (ERU, en sus siglas en inglés) de Saneamiento Masivo. Uno de ellos es Pablo Arias, voluntario azudense con gran experiencia en esta organización humanitaria. De hecho, ésta es su octava misión, y las dos últimas han tenido una fuerte repercusión mediática al estar vinculadas al virus del ébola, ya que Arias se desplazó a Sierra Leona para colaborar en la construcción de sendos hospitales. “Desde el primer momento del terremoto, Cruz Roja Española envió a un equipo, pero normalmente siempre se limita a un mes, por las condiciones de vida y de trabajo que puedan tener los voluntarios”, explicaba Pablo Arias antes de partir.

La misión del grupo del que forma parte es continuar con las labores de reconstrucción, concretamente relacionadas con el saneamiento necesario en casos de grandes movimientos de gente. “Se han generado campos espontáneos de los desplazados por la destrucción”. Y para evitar la propagación de infecciones y brotes epidémicos que complicarían aún más una situación difícil, se encargarán de gestionar los residuos mediante la instalación de letrinas portátiles, puntos de limpieza, duchas e incineradoras, entre otras cosas. “También realizaremos una campaña de sensibilización y promoción de la higiene mínima para que los desplazados, por ejemplo, se acostumbren a usar las letrinas y no hagan sus deposiciones en el exterior, pues se podrían contaminar los ríos”, explica el voluntario de Cruz Roja.

Atención a 20.000 personas
El material para desarrollar esta misión se encuentra ya en Nepal, y en total tienen el suficiente para atender a 20.000 personas. “Los organizamos por grupos familiares de unas seis personas, y con una letrina y una ducha tenemos para cinco grupos, es decir, para 30”. En concreto, el equipo español trabajará en el distrito de Rasuwa, uno de los más afectados por los dos terremotos que hasta el momento han sacudido el país. En total, el material que ha desplazado Cruz Roja a Nepal está diseñado para una actuación de cuatro meses, aunque Arias es consciente de que la atención puede ser más complicada con la llegada de la temporada del Monzón. “La gente está viviendo prácticamente en la calle, y antes con cuatro palos y un toldo estaban cubiertos, pero ahora será diferente”. Por ello, los equipos de emergencia que están trabajando sobre el terreno están buscando otras opciones. “No tiene sentido montar megacampamentos que luego se puedan venir abajo con las lluvias”. Por ello, se prevé centrarse más en la reconstrucción y consolidación de edificaciones. Lamentablemente, pese a los esfuerzos del movimiento internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, que ha desplegado una operación sin precedentes en Nepal a través del envío de una docena de equipos de emergencia, el impacto de los terremotos es de tal magnitud que se tardará años en lograr una cierta normalidad, según Cruz Roja. De hecho, hay poblaciones con más del 95 por ciento de devastación de sus viviendas e infraestructuras básicas como escuelas o centros de salud.

Las últimas cifras sobre el impacto del terremoto muestran, de hecho, la necesidad de ayuda urgente: 530.000 casas destruidas, 300.000 severamente afectadas; más de 8.000 muertos, 8 millones de personas afectadas… Todo esto en uno de los países más pobres y menos desarrollados del planeta, con aproximadamente el 25 por ciento de su población viviendo bajo la línea de pobreza. Pablo Arias es cooperante de Cruz Roja desde hace más de 15 años. Su entrega a los demás como técnico especialista le ha llevado por ocho misiones, desde una primera en Pakistán, también por un terremoto aunque esta vez al otro lado del Himalaya, hasta Sierra Leona para luchar contra el ébola o el accidente de Spanair en Barajas. “Los que me conocen saben cómo soy, aunque este último año todo ha saltado más a la luz porque han coincidido varias actuaciones muy mediáticas”.