El Corredor: de las fábricas de los años 60 a potencia del sector logístico

25/01/2021 - 08:57 D.Pizarro

Todavía hay quien se sigue preguntando por qué la primera vacuna contra el Covid-19 que se suministró en nuestro país fue a Araceli, una mujer que vive en la residencia Los Olmos de Guadalajara. 

Todavía hay quien se sigue preguntando por qué la primera vacuna contra el Covid-19 que se suministró en nuestro país fue a Araceli, una mujer que vive en la residencia Los Olmos, de Guadalajara. La cuestión es simple: la farmacéutica Pfizer, que desarrolla una de las vacunas contra el coronavirus junto a BioNTech, trabaja con una plataforma logística ubicada en la provincia. Se trata, en concreto, del centro que ID Logistics tiene en Cabanillas del Campo. Así que, en este aspecto, no hay casualidades que valgan. Porque el sector logístico tiene en la provincia de Guadalajara su máximo exponente y su crecimiento sigue al alza. En estos momentos, según datos de CEOE-Cepyme Guadalajara, hay unos 20.000 trabajadores afectados por el convenio de la Logística de Guadalajara. Asimismo, hay grandes desarrolladores de plataformas logísticas que trabajan en la provincia, como Montepino, Hercesa, Gran Europa o Pulsar Properties, entre otros. 

Pero, ¿cómo ha conseguido Guadalajara situarse como la central logística desde la que se distribuyen productos a prácticamente todo el país? Para responder a esto hay que remontarse décadas atrás, más de 60 años, y viajar a Azuqueca de Henares, el origen de todo. En 1963, un ministro de Industria de Franco, Gregorio López Bravo, inauguró en este pueblo de agricultores un complejo industrial. Más exactamente, lo que se celebraba era la instalación en término municipal azudense de las empresas Vicasa y Fibras Minerales, dedicadas al sector vidriero. Hoy, las herederas de estas factorías son las firmas Bormioli Rocco y Saint-Gobain Isover. La zona en la que se encontraban estas empresas se conocía como La Fábrica, y su apertura supuso un punto de inflexión que cambió la historia de Azuqueca, del Corredor del Henares y de la provincia. Porque, además de riqueza y empleo, esas fábricas atrajeron a miles de habitantes. En 1960, Azuqueca contaba con una población de apenas 1.600 vecinos, y sólo siete años más tarde ya se contabilizaban 4.566.

Vicasa y Fibras Minerales fueron las primeras fábricas que se fijaron en este punto estratégico a un paso del importante mercado de Madrid. Este complejo ocupaba una extensión de más de 200.000 metros cuadrados. Constaba de dos fábricas, una más próxima a la carretera general, dedicada a la fabricación de fibra de vidrio, y otra situada en el lado de la vía que producía botellas y “frasquerío” de duralex. Más adelante se instalaría en el municipio la fábrica de pinturas y barnices Duraval, ya demolida, que abrió sus puertas el año 1967, el mismo en el que la planta de la anteriormente conocida como Sociedad Española del Acumulador Tudor, hoy Exide-Techonologies, sacara al mercado su primera producción. Plásticos Vanguardia, Sepiolsa, o el almacén central de repuestos de Seat, fueron otras de las fábricas que se ubicaron en Azuqueca. Además de puestos de trabajo, trajeron beneficios sociales para las familias de los obreros, con campamentos estivales para los hijos en la localidad cántabra de Comillas, o autobuses diarios para trasladar a los escolares a centros de Guadalajara o Alcalá. Y es que el crecimiento poblacional de la localidad fue tan rápido que en esos primeros momentos no había suficientes infraestructuras para darles respuesta.  La población seguía creciendo, y en la década de los 80 ya se rozaban los 10.000 habitantes. A éstos había que sumar los trabajadores que diariamente llegaban al municipio en autobuses procedentes de Alcalá o Guadalajara, y que conformaban gran parte de las plantillas de las fábricas. 

Con el paso de los años, no obstante, las fábricas han dejado de ser las protagonistas, para dejar paso a plataformas logísticas de todo tipo, situación que tomó carrerilla a partir del año 2000. De igual forma, otras localidades del Corredor del Henares se han beneficiado de esa cercanía de Madrid y de la falta de suelo para grandes superficies logísticas que existe en la comunidad vecina. En este sentido, se han hecho un nombre propio en el mercado logístico Cabanillas del Campo, Marchamalo, Chiloeches, Fontanar o Torija, por ejemplo, algunas con grandes firmas como Inditex, Leroy Merlin o Luìs Simões. 

Cabanillas es, quizá, la localidad que está en estos momentos a la cabeza, no sólo por las plataformas logísticas que se han instalado en los últimos años, sino también por haber sido elegida para la puesta en marcha de la fábrica de latas Ball Corporation, ya en funcionamiento, y la futura fábrica de cosmética y perfumes Mixer, cuyas obras afrontan la recta final. Durante una visita a las obras en diciembre, el alcalde, José García Salinas, recordó que es la segunda empresa de carácter productivo que llega a la localidad en los últimos años, además de decenas de empresas de logística. Y es que el número de licencias y la demanda de suelo industrial siguen al alza. Los cuatro polígonos ya desarrollados y los sectores SI20 y SI-21 consolidándose, convierten al municipio en la casa de grandes compañías como Dagu, Infinity System, Logifashion, Inditex, ID Logistics, Luìs Simões… gracias a sus accesos directos a vías tan importantes como la A-2, la R-2 o la CM-1008. A esto hay que sumar que están a punto de comenzar las obras de un nuevo sector, el Polígono de Moyarniz (ST-31), con medio millón de metros cuadrados más. Todo ello mientras siguen los trámites de un nuevo polígono, que pondrá en el mercado otros 2 millones de metros, y que se ubicará en la franja de terreno que hay entre el SI-20, el SI-21 y el término de Alovera.

Marchamalo, por supuesto, no se queda atrás. De hecho, tiene en su término municipal parte de uno de los proyectos industriales más interesantes de la provincia, como es Puerta Centro-Ciudad del Transporte. Junto con la ciudad de Guadalajara gestiona este desarrollo configurado como una plataforma intermodal que aúne el transporte de mercancías por ferrocarril y carretera, gracias a su situación estratégica a un paso de la vía férrea Madrid-Barcelona y las R-2 y A-2. La previsión es que en marzo de este año estén totalmente concluidas las obras de urbanización de la Ciudad del Transporte, y en cuanto tenga licencia, el Puerto de Tarragona también encarará el inicio de las obras de la estación intermodal, actividad a la que se une la que ya realizan otras grandes empresas logísticas que hay instaladas. Y es que algunas de las empresas ya instaladas en esta zona han necesitado dar pasos adelante tras el incremento exponencial que ha sufrido el comercio electrónico durante la pandemia. Un ejemplo es la planta de XPO que trabaja para Inditex, adonde se trasladaron durante los meses más duros de la primavera centenares de trabajadores de las tiendas del grupo textil, dado el cierre decretado por el estado de alarma. 

 

La provincia que trabajó “de manera sencilla para hacer cosas grandes”

Que la provincia de Guadalajara sea uno de los centros logísticos del país es un hecho. Cabanillas del Campo, Alovera y Azuqueca de Henares se encuentran entre los 10 municipios con mayor superficie de almacenaje en el sector logístico de todo el país. Y en la región, Guadalajara es la provincia de Castilla-La Mancha con mayor superficie dedicada a la logística, cerca del 7 por ciento de la superficie total del país.

Gran parte de la responsabilidad es de José María Alaña, actual consejero delegado de Pulsar Properties. Desde hace más de tres décadas, este vasco pero alcarreño de adopción ha estado vinculado al desarrollo industrial y logístico de la provincia, dos sectores que considera que van de la mano. El origen de la llegada de las grandes superficies destinadas a la logística lo sitúa en los años 90, con el “declive” de grandes industrias que en su momento fueron el motor económico del Corredor, como Duraval en Azuqueca o Colgate-Palmolive en Alovera, entre otras muchas. Entonces, Alaña se fijó en cómo grandes empresas internacionales “estaban externalizando parte de un trabajo que se denominaba logística pero que en España aún no era muy conocido”. A su juicio, intentar atraer esas labores era un proyecto de “crecimiento sostenible”,  dada la ubicación del Corredor del Henares, “un sitio muy apropiado para la actividad industrial”.

El objetivo de Alaña era que “cada pueblo tuviera un parque o polígono industrial”, por ese sentido de “sostenibilidad” que significaba que los vecinos de un municipio pudieran trabajar sin salir de él. Azuqueca, Alovera, Cabanillas, Fontanar, Torija, Sigüenza o Yunquera fueron algunas de las localidades en las que trabajó para el desarrollo de sus polígonos industriales locales. “Ese concepto global fue lo que impulsó esa línea de trabajo”, recuerda.

En esos proyectos, el consejero delegado de Pulsar se acuerda de los que colaboraron con él desde los ayuntamientos. “Esas personas han hecho que Guadalajara sea una zona prime en España en el sector de la logística”. Se refiere a los entonces alcaldes de Azuqueca, Florentino García Bonilla; de Alovera, Mª Carmen Plaza; de Cabanillas del Campo, Ramiro Almendros; de Torija, Miguel Ángel García; o de Quer, Antonio Zahonero… “Al ser gente sencilla, muchas veces no se les valora lo suficiente, pero tuvieron una gran visión y apostaron a largo plazo por lo que hoy es Guadalajara”. 

Así que con esa filosofía de un polígono en cada pueblo, la provincia ha llegado a situarse entre la provincias castellano-manchegas con menor tasa de paro y también entre las mejor situadas en el conjunto del país. A este respecto, Alaña valora la generación de empleo de un sector como la industria, “en el que no todo es trabajo de tercera categoría, sino que también hay mucho trabajo tecnológico”. Además, esa concentración logística sirve de atracción a la industria, “porque hoy en día las grandes empresas no podrían funcionar si no hubiera una logística adecuada”. Eso hace, de hecho, que ambos sectores incrementen su competitividad. Por todo ello, que fuera Guadalajara donde se administrara la primera vacuna contra el Covid en España le dio “mucha satisfacción”, dado que es “consecuencia” del desarrollo de la logística, en este caso, la farmacéutica. Con todo, José María Alaña destaca la colaboración público-privada que ha habido en Guadalajara para conseguir el desarrollo de la logística hasta convertir la provincia en un hub logístico. “Ha sido un ejemplo de trabajo conjunto de personas de distinto pensamiento político que buscaban el desarrollo de la zona”. Porque, asegura, “se ha trabajado de manera sencilla para hacer cosas grandes”.

Hay que recordar que Castilla-La Mancha es la cuarta región de todo el país con mayor superficie de almacenamiento dentro del sector logístico nacional, con más de 3,2 millones de metros cuadrados. El crecimiento del sector ha convertido a la logística  en una de las grandes palancas tractoras de la industria regional con más de 43.000 empleos.