El derribo de las 10 torres de refrigeración concluirá a lo largo del mes de junio

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: Redacción
Zorita
Su espacio se destinará a almacén de chatarra durante el desmantelamiento
Según los plazos previstos por Enresa, la UTE Monlain ha comenzado ya el derribo de las 10 torres de refrigeración de la José Cabrera. Se trata del primer trabajo que va a producir un cambio visible en la fisonomía externa de la instalación y que se prevé se prolongue durante un mes, por lo que está prevista su finalización a finales de junio.
La demolición de las torres forma parte de las actividades preparatorias de la actuación integral, para adaptar la central a las necesidades del desmantelamiento. Una vez finalizada esta tarea, la zona ocupada hasta ese momento por las torres se utilizará como explanada de almacenamiento de la chatarra convencional que genere la actuación en el resto de edificios y dependencias.
Este trabajo será el primero de una larga lista previos al corte del reactor que será el momento culminante del proceso. Progresivamente, esta misma empresa se encargará de llevar a cabo el desmontaje de las turbinas para que el local pueda destinarse como almacén en la extracción de los elementos radiológicos; el acondicionamiento del edificio diesel que será un almacén de respaldo; y el de respuestos y el general que el el futuro albergarán los materiales desclasificables; y de la misma forma se actuará en el taller y el garaje. En todas estas tareas se tratará materiales convencionales, exentos de cualquier tipo de radiación, y que se encuentran convenientemente señalizados y etiquetados para ser retirados con total seguridad.
Según informaron ayer desde Enresa, el proceso para desmantelar la central nuclear sigue adelante según las previsiones. Además de esta primera demolición, en la planta se siguen ejecutando trabajos de adecuación de sistemas eléctricos y mecánicos. Según el calendario marcado, en 2016 estará todo terminado.
Este es el primer cambio exterior más visible de un proceso de desmantelamiento valorado en 135 millones de euros y que inició su cuenta atrás cuando el pasado 11 de febrero Enresa asumió la titularidad de la planta. Era el principio de la primera experiencia de desmantelamiento total de una nuclear en España –Nivel 3– que tendrá su punto álgido, según las previsiones, en junio de 2011, cuando se lleve a cabo el desmontaje de la vasija del reactor.
Una vez que Enresa concluya su trabajo en la planta y se complete el proyecto diseñado para su clausura, el terreno que ocupa en la actualidad Zorita quedará totalmente preparado para acoger otros usos.