‘El Descansillo’, todo un remanso de paz y tranquilidad en el corazón del Alto Tajo
Situado en Escalera apuesta por el turismo sostenible y la cocina ’Slow Food’.
Apenas cuenta con una decena de habitantes, pero su privilegiado enclave, rodeado de centenarias sabinas, permite descubrir toda la belleza del Parque Natural del Alto Tajo. Es Escalera, una pequeña localidad perteneciente al municipio de Valhermoso. Allí, en ese remanso de paz y tranquilidad encontramos el hotel rural El Descansillo. Es el sueño de Chema Leyva y Carmen Briongos. Hace casi 40 años descubrieron este espectacular paraje. Ahí decidieron dar los primeros pasos en esta aventura en la que lo moderno y lo antiguo, lo natural y lo funcional tienen un punto de encuentro.
"Cuando llegamos, en el pueblo solo vivían seis jubilados. De ellos aprendimos esa sabiduría en la que el tiempo parece pasar de manera diferente: la prisa del mundo moderno no existía. Nuestro trabajo era entonces la artesanía, los animales, el huerto ecológico o recoger plantas medicinales”, explica Chema y añade que “llegaron los hijos y decidimos hacer el hostal”. Así, en el pajar de las cabras medio en ruinas donde estaban la burra y las gallinas construyeron lo que hoy es El Descansillo.
El establecimiento cuenta con siete habitaciones dobles, todas con baño completo. Son muy tranquilas y luminosas, con amplias vistas al campo, con una decoración sencilla y armoniosa y desde ellas se puede, según Chema Leyva “escuchar cada noche respirar a los ciervos, eso da idea del silencio y la tranquilidad que tenemos”.
Además, la pareja apuesta decididamente por el turismo sostenible. Su cocina, que ha sido reconocida con un Solete Repsol, se basa en productos locales y en la calidad de los ingredientes. Un equilibrio entre la tradición y la innovación, entre la costumbre y la sorpresa. El huerto ecológico es una parte más de esa cocina, que completan con productos locales de proximidad con lo que logran que los platos tengan aromas, colores y sabores propios. Se trata de la denominada comida lenta (Slow Food), un movimiento que reivindica la cocina, que se degusta y comparte sentimientos y amistades.
El Descansillo acoge principalmente a dos tipos de clientes, tal y como confirma Leyva, “los que vienen a relajarse y desconectar y los que vienen a enriquecerse con la gente, la cultura del Parque Natural y la comida”. Esos clientes también pueden disfrutar en el establecimiento de las mermeladas artesanas que se preparan en el obrador.
Toda la información sobre El Descansillo se puede consultar en su web: www.eldescansillo.com.
La “importante” ayuda del ADR Molina-Alto Tajo
En este camino que emprendieron Chema y Carmen para concluir ese ambicioso proyecto de El Descansillo se ha cruzado el grupo de desarrollo rural Molina-Alto Tajo, que gestiona los fondos Leader. De momento, han colaborado en la instalación de paneles solares, dentro de esa línea de sostenibilidad que pretenden sus dueños. Ahora, están inmersos en un nuevo proyecto. “Queremos hacer una piscina”, descubre Chema y explica que “el baño aquí está cada vez más solicitado. Siempre ha existido en esta zona el baño natural en el Parque, pero ya se ha masificado y hay ayuntamientos que incluso han restringido el baño en el mes de agosto. Por eso creemos en la piscina como alternativa. Durante 9 meses el agua nos sobra porque somos poca población y pretendemos aprovechar ese agua y llenar la piscina. Estaremos así evitando que se masifiquen las zonas de baño del Parque Natural”. Será un nuevo proyecto, que podría estar en marcha este verano y para el que también requerirán la ayuda de Molina-Alto Tajo. “Estas ayudas son muy importantes para zonas como esta. Además, estos fondos son endógenos. La gente plantea sus necesidades y son las que se cubren. En la elaboración de la estrategia participa toda la población y eso es fundamental porque se hace lo que realmente importa a la gente”, recalca Chema Leyva.