El despoblamiento de las abejas centró la concentración de profesionales del sector en Albalate de Zorita
01/10/2010 - 09:45
Por: DIANA PIZARRO
Albalate de Zorita acogió ayer la decimotercera edición del Día de la Abeja, que estuvo protagonizada por uno de los principales problemas que afectan al sector: el despoblamiento de las abejas. No obstante, ayer también fue una jornada festiva, por lo que la Asociación Provincial de Apicultores organizó una comida en el parque de la Villa para que el más del centenar de apicultores venidos de todas partes de la provincia pudieran compartir sus experiencias. Sin embargo, antes recorrieron los principales rincones del municipio y asistieron a la misa del domingo.
Más de un centenar de apicultores, tanto profesionales como aficionados, se dieron ayer cita en Albalate de Zorita, donde tuvo lugar la celebración del XIII Día de las Abejas. El encuentro, que congregó no sólo a vecinos de los alrededores, sino de toda la provincia, como Molina de Aragón o Cabanillas del Campo, comenzó a las 11.00 horas con una visita por los rincones con más encanto de la localidad. Dado que la alcaldesa de Albalate, Covadonga Pastrana, no pudo asistir a la jornada, por motivos personales, fueron los miembros de la Asociación Provincial de Apicultores, organizadores del evento, los que se encargaron de realizar un recorrido que fue muy bien acogido por los turistas improvisados. Además, el brillante sol que regaló la mañana en Albalate, así como las suaves temperaturas, provocaron que más de uno se quedase con ganas de más y ya pensase en visitar otros pueblos de la zona, como Zorita de los Canes o Pastrana. Ya que hemos venido hasta aquí queremos conocer un poco más estos pueblos, por lo que seguramente vayamos a Recópolis, explicaba Martina García antes del comienzo de las jornadas.
El espacio turístico se vio interrumpido por la celebración de la santa misa, que tuvo lugar a las 12.00 horas en la iglesia parroquial. A continuación, todos los apicultores se reunieron en el punto de encuentro: el centro de información turística. Allí, en el salón de actos del edificio multiusos, tuvieron lugar las dos conferencias informativas a las que los apicultores prestaron gran atención. De las 40 colmenas que tenía, pasé a contar con apenas cinco a causa de una enfermedad. No obstante, ahora me he recuperado y tengo 20, aunque la miel que produzco es para consumo propio, señalaba Eulalio González Nieto, vecino de Porzuna, en Ciudad Real, pero que asistió a la cita animado por un hijo residente en Cabanillas del Campo. En la misma situación de desconcierto ante las crecientes enfermedades de las colmenas se encuentra José Antonio Vizcaíno, apicultor autocalificado como aficionado, vecino de Torrecuadrada de Molina. No obstante, Vizcaíno apunta que por nuestra zona no hemos sufrido con tanta fuerza la muerte de las abejas. Por otro lado, Ángel Marco, apicultor trashumante, reconoce que al tener las colmenas cerca de 1.700 en diferentes sitios, es lógico que no les afecten tanto los virus que están acabando con ellas por otros lugares. No obstante, Marco destaca que hay otros problemas que no son las enfermedades. Hacen falta más ayudas, ya que este año ha sido muy malo, principalmente porque, al llover y hacer frío durante la primera floración del tomillo, las abejas apenas han podido recoger néctar. Por ello, Ángel Marco y su hijo, que venden su miel al por mayor al no contar con envasadora propia, se han visto obligadas a poner en las colmenas comida para las abejas. El acto informativo contó con la presencia del apicultor Pepe Loeches, natural de Albalate, cuya miel obtuvo este año el Premio Gran Selección que concede todos los años la Junta, que agradeció a los presentes su asistencia. Ayer fue, en definitiva, una toma de contacto con los principales retos que actualmente tiene el apicultor. Sin embargo, para finalizar la jornada con la confraternización de todos los apicultores, se organizó una comida de hermandad en el parque de la Villa, al que asistieron también los representantes de la Asociación Provincial de Agricultores y de la Diputación provincial.
El espacio turístico se vio interrumpido por la celebración de la santa misa, que tuvo lugar a las 12.00 horas en la iglesia parroquial. A continuación, todos los apicultores se reunieron en el punto de encuentro: el centro de información turística. Allí, en el salón de actos del edificio multiusos, tuvieron lugar las dos conferencias informativas a las que los apicultores prestaron gran atención. De las 40 colmenas que tenía, pasé a contar con apenas cinco a causa de una enfermedad. No obstante, ahora me he recuperado y tengo 20, aunque la miel que produzco es para consumo propio, señalaba Eulalio González Nieto, vecino de Porzuna, en Ciudad Real, pero que asistió a la cita animado por un hijo residente en Cabanillas del Campo. En la misma situación de desconcierto ante las crecientes enfermedades de las colmenas se encuentra José Antonio Vizcaíno, apicultor autocalificado como aficionado, vecino de Torrecuadrada de Molina. No obstante, Vizcaíno apunta que por nuestra zona no hemos sufrido con tanta fuerza la muerte de las abejas. Por otro lado, Ángel Marco, apicultor trashumante, reconoce que al tener las colmenas cerca de 1.700 en diferentes sitios, es lógico que no les afecten tanto los virus que están acabando con ellas por otros lugares. No obstante, Marco destaca que hay otros problemas que no son las enfermedades. Hacen falta más ayudas, ya que este año ha sido muy malo, principalmente porque, al llover y hacer frío durante la primera floración del tomillo, las abejas apenas han podido recoger néctar. Por ello, Ángel Marco y su hijo, que venden su miel al por mayor al no contar con envasadora propia, se han visto obligadas a poner en las colmenas comida para las abejas. El acto informativo contó con la presencia del apicultor Pepe Loeches, natural de Albalate, cuya miel obtuvo este año el Premio Gran Selección que concede todos los años la Junta, que agradeció a los presentes su asistencia. Ayer fue, en definitiva, una toma de contacto con los principales retos que actualmente tiene el apicultor. Sin embargo, para finalizar la jornada con la confraternización de todos los apicultores, se organizó una comida de hermandad en el parque de la Villa, al que asistieron también los representantes de la Asociación Provincial de Agricultores y de la Diputación provincial.