El detenido por la muerte de Mari Luz dice que fue accidental

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: AGENCIA. MADRID
El presunto asesino de la niña Mari Luz Cortés fue detenido el martes en una parada de autobuses de Cuenca y declaró a los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía que abordó a la niña por la calle, que le acompañó por voluntad propia hasta su casa y que cuando subían las escaleras, la menor cayó accidentalmente y murió.
El hombre de 52 años detenido este martes en un pueblo de la serranía de Cuenca en relación con la muerte de Mari Luz Cortés ha declarado a la policía que la niña falleció accidentalmente cuando le acompañaba por voluntad propia. Santiago del Valle García reconoció que la niña murió en su compañía, pero que se debió a que "se dio un golpe mortal en la cabeza tras caer por la escalera del portal de su casa", situado en el número 1 de la Avenida de las Flores de Huelva.
“Siempre vimos algo raro en esta pareja”. “Era muy extraño que hubieran venido aquí desde Andalucía, con el frío que hace, a vivir en una casa que no tiene ni estufa”, repetían ayer los vecinos del pequeño pueblo de Pajaroncillo (Cuenca), de apenas 100 habitantes, que durante mes y medio han convivido con Santiago del Valle, el presunto asesino de Mari Luz Cortés, la niña de 5 años de Huelva de etnia gitana cuyo cadáver apareció en la ría onubense el 7 de marzo tras casi dos meses desaparecida.
El principal sospechoso de este crimen y su esposa, Isabel García, fueron detenidos el martes sin oponer resistencia por ocho policías en la estación de autobuses de Cuenca, a donde habían viajado en un autobús de línea desde este pueblecito de la serranía de Cuenca. Este miércoles, ambos fueron interrogados en la Jefatura Superior de Policía de la ciudad castellano-manchega. A sus puertas se concentraron decenas de gitanos conquenses con pancartas con la frase “No pedimos venganza. Pedimos justicia”.

En su declaración, Santiago del Valle, de 52 años, admitió que la pequeña Mari Luz murió cuando estaba con él, pero aseguró que fue un accidente. Según su relato, conocía a la niña desde siempre, pues eran vecinos, y el día de los hechos la invitó a entrar a su vivienda, donde intentó abusar de ella. Como la niña se resistió, comenzó un forcejeo en el que Mari Luz recibió un golpe accidental al caer por una escalera, según su versión. El presunto asesino también reconoció que llegó a tapar la boca de la niña para que no chillara. La autopsia practicada a su cadáver dictaminó que murió asfixiada.
Según la versión del encausado, con antecedentes por pederastia y sobre quien pesa una prohibición de acercarse a sus propias hijas, después de morir Mari Luz decidió deshacerse del cuerpo y huir con su esposa, dadas las sospechas de la policía y de la propia familia de la niña, que siempre desconfió de él porque conocía su pasado. Primero se dirigieron a Utiel (Valencia), donde viven varios allegados de su mujer, y luego optaron por irse a Pajaroncillo, para alejarse aún más de la familia de la menor asesinada, por miedo a posibles represalias.
En Pajaroncillo la pareja, que no es de etnia gitana, apenas hablaba con los vecinos. “Aquí han hecho una vida normal”, explicó el alcalde del pueblo, Juan Gregorio Requena, quien jamás sospechó que pudieran estar relacionados con un asunto así. “Si pasaban por delante decían adiós, y otras veces no decían nada porque iban hablando entre ellos”, relató otra vecina, igual de asombrada que sus paisanos al conocer la noticia.

“Que el culpable pague por lo que ha hecho”
Juan José Cortes, el padre de Mari Luz, exigió ayer que el asesino “pague por lo que ha hecho y no se escude en un informe psicológico” para eludir su castigo. Con la detención del principal sospechoso, Santiago del Valle García, cree que “se ha dado un pequeño paso, pero no el definitivo” para que se haga Justicia. En una rueda de prensa improvisada a la puerta de su casa, en el barrio onubense de El Torrejón, a 50 metros del lugar donde vivía el detenido, Juan José Cortés precisó que desde que conoció la detención de Santiago del Valle, su mujer y dos hermanos suyos, él y su esposa han vivido horas muy difíciles. “Se ha abierto la llaga y hemos vuelto a recordar desde la primera hora en que salió la niña de casa”. Después, emocionado, aseguró que no le desea el calvario por el que ha pasado “ni al asesino” de su hija.