El Día Medieval reunió a centenares de personas en El Cubillo de Uceda
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Centenares de visitantes se acercaron el sábado hasta el Cubillo de Uceda para ver en primera persona la séptima edición de su Día Medieval, que coincide con la festividad de San Simón. La jornada, en la que el tiempo permitió que todos los actos se desarrollasen con normalidad y que contó con una veintena de establecimientos en su mercadillo, tuvo sus correspondientes dosis de música, teatro y hasta de narraciones orales para los más pequeños. Y para cerrar el día, los muñecos de paja conocidos como sansimones volvieron a ser pasto de las llamas para, de esta forma, espantar los malos augurios que pudieran acechar a los vecinos de la localidad.
La localidad de El Cubillo de Uceda celebró ayer su VII Día Medieval. Durante toda la jornada, tanto los vecinos como los centenares de visitantes que se acercaron hasta la localidad pudieron disfrutar de las actividades organizadas desde el Ayuntamiento de este municipio.
Además del tradicional mercadillo que se suele montar en este tipo de citas, que contó con nutrido número de casetas, de la música y del teatro, volvió a realizarse el acto más emblemático de esta fiesta: la quema de sansimones.
Con el permiso de la climatología, que durante toda la semana había compaginado lluvia con algunos claros de sol, los pendones y estandartes pudieron lucir con su mayor esplendor. Las actividades arrancaron a las 9.00 horas, cuando los responsables de la organización comenzaron a montar el mercadillo, en el que había unos 20 puestos de artesanía, productos de alimentación y talleres de oficios tradicionales, entre otros. Sin embargo, no fue hasta las 12.00 horas cuando se abrió la jornada de manera oficial. Los dulzaineros Kalaveras se encargaron de animar un pasacalles que recorrió las vías del municipio con el objeto de que ninguno de los vecinos se olvidase de la celebración que tenía lugar en tan señalado día.
Como no sólo de música vive la fiesta, desde el Ayuntamiento también se había tomado contacto con un grupo de teatro para que se encargarse de completar la animación existente en las calles de la calidad. Esta parte del trabajo se adjudicó a la compañía Tragaleguas, que ofreció distintas actuaciones tanto por la mañana como por la tarde. De hecho, los propios vecinos de El Cubillo de Uceda pudieron participar en una de las representaciones, la que llevaba por título La princesa encerrada en la torre, que se celebró durante la mañana. Además de esa participación, un gran número de habitantes de esta pequeña localidad ofrecieron su apoyo poniéndose trajes de época que, algunos casos, habían sido confeccionados por ellos mismo para la ocasión.
Por la tarde, los más pequeños de la esta localidad pudieron disfrutar de un cuentacuentos en el que se les relató la historia de las emociones. Por último, la representación de La boda de la reina Gualteria fue el último de los aperitivos que precedió a la parte esencial de esta fiesta, la queme de los sansimones. Primero, los muñecos de paja, cada uno de ellos vestido según el gusto de los propios vecinos, salieron a recorrer las calles del municipio. Después, ya en la hoguera, volvieron a funcionar como talismán para alejar los malos augurios.
Además del tradicional mercadillo que se suele montar en este tipo de citas, que contó con nutrido número de casetas, de la música y del teatro, volvió a realizarse el acto más emblemático de esta fiesta: la quema de sansimones.
Con el permiso de la climatología, que durante toda la semana había compaginado lluvia con algunos claros de sol, los pendones y estandartes pudieron lucir con su mayor esplendor. Las actividades arrancaron a las 9.00 horas, cuando los responsables de la organización comenzaron a montar el mercadillo, en el que había unos 20 puestos de artesanía, productos de alimentación y talleres de oficios tradicionales, entre otros. Sin embargo, no fue hasta las 12.00 horas cuando se abrió la jornada de manera oficial. Los dulzaineros Kalaveras se encargaron de animar un pasacalles que recorrió las vías del municipio con el objeto de que ninguno de los vecinos se olvidase de la celebración que tenía lugar en tan señalado día.
Como no sólo de música vive la fiesta, desde el Ayuntamiento también se había tomado contacto con un grupo de teatro para que se encargarse de completar la animación existente en las calles de la calidad. Esta parte del trabajo se adjudicó a la compañía Tragaleguas, que ofreció distintas actuaciones tanto por la mañana como por la tarde. De hecho, los propios vecinos de El Cubillo de Uceda pudieron participar en una de las representaciones, la que llevaba por título La princesa encerrada en la torre, que se celebró durante la mañana. Además de esa participación, un gran número de habitantes de esta pequeña localidad ofrecieron su apoyo poniéndose trajes de época que, algunos casos, habían sido confeccionados por ellos mismo para la ocasión.
Por la tarde, los más pequeños de la esta localidad pudieron disfrutar de un cuentacuentos en el que se les relató la historia de las emociones. Por último, la representación de La boda de la reina Gualteria fue el último de los aperitivos que precedió a la parte esencial de esta fiesta, la queme de los sansimones. Primero, los muñecos de paja, cada uno de ellos vestido según el gusto de los propios vecinos, salieron a recorrer las calles del municipio. Después, ya en la hoguera, volvieron a funcionar como talismán para alejar los malos augurios.