El ex-alcalde de Chiloeches reconoce haber pasado momentos delicados en el naufragio
16/01/2012 - 11:26
Con el susto en el cuerpo y la constancia de que han vuelto a nacer, el ex-alcalde de Chiloeches, Jesús Cascajero, y su esposa, María del Carmen de Mingo, pisaban por primera vez el país ayer hacia las 14.30 horas procedentes de Roma después de haber superado las horas más intensas de su existencia.
El propio Cascajero reconoce sentirse afortunado al poder haber salido sano y salvo del barco junto a su mujer, pero asegura también que hubo mucha descoordinación y un cúmulo de circunstancias. La primera sospecha de que algo no marchaba bien la tuvieron durante su cena en el Puente Roma de la megaembarcación. Cenaban, como en los cinco días anteriores del crucero, con tres catalanes y dos cordobeses que casi se han convertido en amigos íntimos después de esta vivencia. Los platos se vinieron abajo y pensamos que había sido una ola. De inmediato ,por megafonía dijeron que estuviéramos tranquilos, que había sido un fallo eléctrico. Después todo fue muy rápido, recuerda.
Tuvieron la suerte de que uno de sus compañeros de cena había disfrutado ya de varios cruceros y sabía cómo funcionaba una evacuación, de manera que los dirigió hacia el puente adecuado, donde pudieron subirse a un bote con el que descender del barco, que ya se encontraba inclinado. De hecho, su bote sufrió más de una oscilación durante el descenso. La decisión de ese compañero de viaje fue sabia, puesto que otras personas intentaron subir hacia arriba y no lograron salir, cuenta entristecido. De esos momentos, Cascajero recuerda haber visto a niños a personas mayores y muchas caras de impotencia. Una vez en Giglio reconoce que los lugareños se volcaron con ellos, pero el pueblo tenía un bar, una farmacia y una iglesia y nosotros íbamos con lo puesto. Hemos pasado mucho frío. Desde allí fueron trasladados a otra ciudad italiana y de ésta al Hotel Hilton de Roma, situado en el propio aeropuerto. Allí ya llegó el cónsul por la tarde, nos dio los salvoconductos y se portó muy bien. También la agencia de viajes El Corte Inglés, que se han portado genial. A las 11.00 horas de ayer partieron de Roma en avión para aterrizar hacia las 14.30 horas en el aeropuerto de Barajas. Allí, fueron recibidos por una multitud de periodistas e incluso fueron entrevistados en calidad de supervivientes del naufragio. Después, prefirieron que unos familiares fueran a buscarles a utilizar el transporte que El Corte Inglés había preparado para ellos para llegar a Chiloeches. Hemos pasado unos momentos delicados, concluye Cascajero quien, pese a todo, se mostró agradecido por el final de esta increíble historia.
El propio Cascajero reconoce sentirse afortunado al poder haber salido sano y salvo del barco junto a su mujer, pero asegura también que hubo mucha descoordinación y un cúmulo de circunstancias. La primera sospecha de que algo no marchaba bien la tuvieron durante su cena en el Puente Roma de la megaembarcación. Cenaban, como en los cinco días anteriores del crucero, con tres catalanes y dos cordobeses que casi se han convertido en amigos íntimos después de esta vivencia. Los platos se vinieron abajo y pensamos que había sido una ola. De inmediato ,por megafonía dijeron que estuviéramos tranquilos, que había sido un fallo eléctrico. Después todo fue muy rápido, recuerda.
Tuvieron la suerte de que uno de sus compañeros de cena había disfrutado ya de varios cruceros y sabía cómo funcionaba una evacuación, de manera que los dirigió hacia el puente adecuado, donde pudieron subirse a un bote con el que descender del barco, que ya se encontraba inclinado. De hecho, su bote sufrió más de una oscilación durante el descenso. La decisión de ese compañero de viaje fue sabia, puesto que otras personas intentaron subir hacia arriba y no lograron salir, cuenta entristecido. De esos momentos, Cascajero recuerda haber visto a niños a personas mayores y muchas caras de impotencia. Una vez en Giglio reconoce que los lugareños se volcaron con ellos, pero el pueblo tenía un bar, una farmacia y una iglesia y nosotros íbamos con lo puesto. Hemos pasado mucho frío. Desde allí fueron trasladados a otra ciudad italiana y de ésta al Hotel Hilton de Roma, situado en el propio aeropuerto. Allí ya llegó el cónsul por la tarde, nos dio los salvoconductos y se portó muy bien. También la agencia de viajes El Corte Inglés, que se han portado genial. A las 11.00 horas de ayer partieron de Roma en avión para aterrizar hacia las 14.30 horas en el aeropuerto de Barajas. Allí, fueron recibidos por una multitud de periodistas e incluso fueron entrevistados en calidad de supervivientes del naufragio. Después, prefirieron que unos familiares fueran a buscarles a utilizar el transporte que El Corte Inglés había preparado para ellos para llegar a Chiloeches. Hemos pasado unos momentos delicados, concluye Cascajero quien, pese a todo, se mostró agradecido por el final de esta increíble historia.