El Gobierno debe una explicación clara a los ciudadanos del episodio del apagón

03/05/2025 - 10:47 Redacción

 Tanto desde el Gobierno de España como desde la Red Eléctrica nos deben una investigación a fondo de lo sucedido para conocer los riesgos a los que realmente estamos expuestos, si lo ocurrido puede volver a pasar, qué medidas de seguridad se van a adoptar.

Guadalajara, como el resto del país, sufrió un histórico- por la duración- apagón eléctrico el 28 de abril, otra fecha negra para la historia de las crisis que llevamos sufridas a lo largo de este siglo XXI como el incendio de los pinares del Ducado, los atentados del 11-M, la pandemia del Covid o la tormenta  de Filomena, por ejemplo. Estos sucesos nos demuestran nuestra vulnerabilidad, como en un momento la normalidad de nuestras vidas se trastoca por acontecimientos sobrevenidos, fuera de nuestro control. La mejor noticia es que estamos relativamente preparados a nivel de respuesta desde las administraciones, fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado y Protección Civil con la activación de diferentes planes de actuación o niveles de alerta que hacen frente a las contingencias y, además , que siempre contamos con la ejemplar reacción de la ciudadanía, en este caso ayudando a subir a sus domicilios a pulso a personas con discapacidad, circulando con prudencia en cruces y calles sin semáforos, dejando dinero a desconocidos para adquirir un billete de autobús, recogiendo ‘autostopistas’… Lo peor fue la preocupación de muchas personas que no podían contactar con su familia,  los viajeros que quedaron en alguna parte de sus recorridos sin alternativas para regresar a casa, amén de las perdidas económicas de las empresas que tuvieron que dejar de trabajar.  

  Y llegados a este punto lo que toca es exigir explicaciones de lo que realmente ha ocurrido. Tanto desde el Gobierno de España como desde la Red Eléctrica nos deben una investigación a fondo de lo sucedido para conocer los riesgos a los que realmente estamos expuestos, si lo ocurrido puede volver a pasar, qué medidas de seguridad se van a adoptar para que no haya otro apagón, qué reformas del sistema se van a acometer, qué falló. No es algo banal. Cuatro personas, al menos, murieron por distintos incidentes, otras muchas temieron por su vida que depende de aparatos electrónicos, algunas sufrieron la psicosis de un caos que les llevó a hacer acopio de alimentos o combustible temiendo hasta una situación bélica por la complejidad geopolítica que sufrimos, sin hablar de la penosa imagen internacional dada como país o la impresión que pueda condicionar la implantación de grandes empresas que estuviesen pensando en instalarse en nuestro suelo. El enfado que hoy tenemos pasará pero no debemos cesar en el empeño de que nos cuenten la verdad.