El Gobierno Regional desarrollará una ley para fomentar una sanidad moderna, cercana y de calidad
01/10/2010 - 09:45

Por: Redacción
La nueva Ley de Derechos y Deberes de las Personas en materia de Salud desarrollará una nueva forma de gestionar la sanidad, basada en la responsabilidad y la confianza en el cuidado de la salud, fomentando una sanidad moderna, de calidad y cercana, y cumpliendo así los compromisos adquiridos por el presidente Barreda en el último debate del estado de la región. Así lo ha recordado el delegado de la Junta, Luis Santiago Tierraseca durante la presentación de esta nueva Ley, acto en el que ha estado acompañado por el delegado de Salud y Bienestar Social, Juan Pablo Martínez Marqueta, el gerente de Atención Especializada, Carlos Armendáriz, y la directora médico de Atención Primaria, Aurora Bárcena
La Ley de Derechos y Deberes en Materia de Salud, cuyo proyecto aprobó recientemente el Consejo de Gobierno, crea el marco legal apropiado para la sanidad del siglo XXI en Castilla-La Mancha, Una norma que tiene como principal objetivo continuar mejorando la salud de los castellano-manchegos y la atención sanitaria que reciben en la región.
Así, como ha recordado el delegado, define el marco jurídico para que la relación entre el paciente y el profesional se lleve a cabo en un marco de confianza, con derechos y deberes por ambas partes.
Es un texto que actualiza y unifica toda la legislación en vigor que está relacionada con el derecho a la protección de la salud de los castellano-manchegos en condiciones de igualdad y a su autonomía como paciente en todo lo concerniente a su salud.
Así, recoge los derechos de los usuarios relativos a intimidad, confidencialidad, información, consentimiento informado, voluntades anticipadas, acompañamiento, gestión del proceso de enfermedad, tiempo de espera, segunda opinión, libre elección, participación activa en la gestión sanitaria entre otros.
Esta Ley también refleja los deberes de los ciudadanos en materia de salud, que pasan por el adecuado uso de los recursos sanitarios, la responsabilidad de cada uno con su salud, la colaboración con las autoridades sanitarias y mantener el debido respeto a los pacientes, a los acompañantes y al personal que presta sus servicios en los centros.
Además, incorpora nuevos derechos como la confidencialidad de la información referida al patrimonio genético, la asignación a cada paciente de un profesional que actuará como coordinador de su proceso asistencial, la elaboración de una carta de derechos y deberes de las personas relativos a la salud y a ser atendidos con las mayores garantías de calidad y seguridad.
En cuanto a los profesionales, la ley estipula sus derechos en materia de formación, seguridad, estabilidad, apoyo de las instituciones y medios adecuados para ejercer su labor así como sus deberes, entre los que destaca, prestar una adecuada atención sanitaria; facilitar a los pacientes información de cualquier actuación en el ámbito de su salud; respetar las decisiones adoptadas libre y de manera voluntaria por el paciente y evitar la sobremedicalización.
Así, como ha recordado el delegado, define el marco jurídico para que la relación entre el paciente y el profesional se lleve a cabo en un marco de confianza, con derechos y deberes por ambas partes.
Es un texto que actualiza y unifica toda la legislación en vigor que está relacionada con el derecho a la protección de la salud de los castellano-manchegos en condiciones de igualdad y a su autonomía como paciente en todo lo concerniente a su salud.
Así, recoge los derechos de los usuarios relativos a intimidad, confidencialidad, información, consentimiento informado, voluntades anticipadas, acompañamiento, gestión del proceso de enfermedad, tiempo de espera, segunda opinión, libre elección, participación activa en la gestión sanitaria entre otros.
Esta Ley también refleja los deberes de los ciudadanos en materia de salud, que pasan por el adecuado uso de los recursos sanitarios, la responsabilidad de cada uno con su salud, la colaboración con las autoridades sanitarias y mantener el debido respeto a los pacientes, a los acompañantes y al personal que presta sus servicios en los centros.
Además, incorpora nuevos derechos como la confidencialidad de la información referida al patrimonio genético, la asignación a cada paciente de un profesional que actuará como coordinador de su proceso asistencial, la elaboración de una carta de derechos y deberes de las personas relativos a la salud y a ser atendidos con las mayores garantías de calidad y seguridad.
En cuanto a los profesionales, la ley estipula sus derechos en materia de formación, seguridad, estabilidad, apoyo de las instituciones y medios adecuados para ejercer su labor así como sus deberes, entre los que destaca, prestar una adecuada atención sanitaria; facilitar a los pacientes información de cualquier actuación en el ámbito de su salud; respetar las decisiones adoptadas libre y de manera voluntaria por el paciente y evitar la sobremedicalización.