El Gordo repartió 900.000 euros entre tres trabajadores en la agencia Viajes Marsans
01/10/2010 - 09:45
Por: BEATRIZ PARIENTE
LOTERÍA DE NAVIDAD
En muchas otras ocasiones la suerte de El Gordo de Navidad había pasado de soslayo por la capital y esta vez, aunque los beneficiarios fueron sólo cuatro, al menos puede afirmarse sin equívocos que el gran premio se acordó de la provincia.
Tres empleadas de la agencia Viajes Marsans se hicieron con un décimo cada una del 78.294 y, además, la provincia fue agraciada con 63 de los premios menores o pedreas fueron vendidos en todo o en parte en Guadalajara.
Con la mayor tranquilidad posible, Armando Galve, uno de los empleados de la agencia de la capitalina calle Sigüenza, respondía sí, nos ha tocado a la pregunta telefónica que esta redacción le planteaba para ratificar que Viajes Marsans había repartido décimos de El Gordo entre sus trabajadores. Si es que cincuenta millones por las antiguas pesetas no nos van a sacar a ninguno de trabajar, afirmaba el joven venezolano afincado en Alcalá. Una vez en la agencia, Armando y su compañera Vanesa Serrano, ya más animados, esperaron a la llegada de la tercera compañera, Ana Belén Gil, que salió a comprar cava, para, como mandan este tipo de celebraciones, darse mil abrazos, saltar de alegría, beber de unas improvisadas tazas y mostrar con mimo el décimo que les ha cambiado la vida.
En total, los trabajadores adquirieron cuatro décimos, Armando Galve uno, Vanesa Serrano otro y Ana Belén Gil otros dos, uno a compartir con su madre, Antonia Pérez, y otro para su tío de Almería, José Manuel Pérez, con el que la familia tenía pensado reunirse para celebrar su buena fortuna. Así pues, puede decirse que en la capital se repartieron 900.000 euros de El Gordo, el 78.294.
El anunciador de la buena nueva fue uno de los dos tíos con los que Vanesa Serrano comparte el décimo agraciado. Cuando nos llamó no nos lo creíamos, recordaba la joven guadalajareña. En su caso, tiene pensado darse algún caprichito, como un viaje, que aún lo tengo que mirar y, también, hacerle algún regalo a la familia. En su caso, esta joven recién casada prefiere no invertir el dinero en acabar con la temida hipoteca sino en otras necesidades.
Por su parte, el más veterano de la plantilla de Viajes Marsans, con cinco años trabajando para la empresa, Armando Galve, señaló entre risas a este diario que su intención era la de quitarme algunas deudas, no de hipoteca, que no tengo, sino con El Corte Inglés. Armando lo tenía claro, parte de los 300.000 euros que le tocaron ayer se destinarán a costear los estudios de Filología Japonesa de su hermano pequeño. Y qué mejor regalo para éste enterarse de que, justo en el día de su cumpleaños, su hermano se hacía millonario y él iba a recibir un pellizco de El Gordo. Había echado un montón de becas para hacer un posgrado en Japón pero no le habían concedido ninguna, contaba ayer el afortunado trabajador. Su abuela, con la que había hablado dos veces, no podía articular palabra y sólo lloraba, no me podía decir nada. Además de acordarse de los demás, Armando tiene pensado regalarse a sí mismo un viaje a Corea del norte.
La tercera agraciada, Ana Belén Gil, compartía su suerte junto a su madre y la pareja de ésta en el propio establecimiento de la calle Sigüenza. Las dos se fundían en un emotivo abrazo al saberse ganadoras de un premio que les permitirá, al menos, vivir con menos preocupaciones. La empleada de Viajes Marsans percibirá 150.000 euros, su madre otros 150.000 más y su tío José Manuel, que reside en Almería, otros 300.000 euros. Ana, con el corazón en un puño, aseguraba no tener ni idea de en qué podía invertir el dinero. Tengo una casa, pero no es mía, así que igual la compro, pero lo primero es que me voy a ir a El Corte Inglés, contaba entre carcajadas. Los tres tenían pensado salir después del trabajo puesto que por la tarde iban a abrir el negocio con normalidad al cumplir con su jornada. La ocasión merecía la pena, puesto que el salario que perciben estos trabajadores no suele alcanzar, ni siquiera, los 1.000 euros.
Menos fortuna tuvieron las empleadas de la agencia Crisol, en la plaza de La Llanilla, ya que, a pesar de que sus compañeros de Marsans pensaban que ellas también habrían adquirido el boleto ganador, finalmente, no fue así y tras darse a conocer la noticia de que la agencia había repartido El Gordo, no tuvieron más remedio que continuar con su tarea diaria. Tampoco perdieron el norte los empleados de la agencia Marsans y, de hecho, durante la mañana, entre celebración y celebración, siguieron atendiendo a los clientes que llegaban hasta la oficina de la calle Sigüenza.
Precisamente, una de esas visitas fue la de unas trabajadoras del Banco Santander que, además de pedir información para contratar un paquete turístico, ofrecieron a los agraciados la posibilidad de que sus décimos se custodiasen en el banco.
un pellizquito para casa
Como dato anecdótico, hay que señalar que la Diosa Fortuna también se acordó de esta redacción. Uno de sus redactores se hizo con un boleto y una participación de un tercio de otro del primer premio de El Gordo de manera que, a compartir, le correspondió la nada desdeñable cifra de 70 millones de las antiguas pesetas. El afortunado trabajador compartió su alegría con toda Nueva Alcarria brindando y asegurando que, pese a todo, no tenía pensado dejar de trabajar. El resto de la redacción, además de celebrar la suerte de éste, consiguió, al menos, hacerse con la pedrea gracias al número de la empresa.
El resto de guadalajareños, con o sin pellizco en forma de terminación o pedrea, podrán volver a probar suerte en el sorteo del próximo 6 de enero o, con más paciencia, en el próximo Gordo de Navidad.
Con la mayor tranquilidad posible, Armando Galve, uno de los empleados de la agencia de la capitalina calle Sigüenza, respondía sí, nos ha tocado a la pregunta telefónica que esta redacción le planteaba para ratificar que Viajes Marsans había repartido décimos de El Gordo entre sus trabajadores. Si es que cincuenta millones por las antiguas pesetas no nos van a sacar a ninguno de trabajar, afirmaba el joven venezolano afincado en Alcalá. Una vez en la agencia, Armando y su compañera Vanesa Serrano, ya más animados, esperaron a la llegada de la tercera compañera, Ana Belén Gil, que salió a comprar cava, para, como mandan este tipo de celebraciones, darse mil abrazos, saltar de alegría, beber de unas improvisadas tazas y mostrar con mimo el décimo que les ha cambiado la vida.
En total, los trabajadores adquirieron cuatro décimos, Armando Galve uno, Vanesa Serrano otro y Ana Belén Gil otros dos, uno a compartir con su madre, Antonia Pérez, y otro para su tío de Almería, José Manuel Pérez, con el que la familia tenía pensado reunirse para celebrar su buena fortuna. Así pues, puede decirse que en la capital se repartieron 900.000 euros de El Gordo, el 78.294.
El anunciador de la buena nueva fue uno de los dos tíos con los que Vanesa Serrano comparte el décimo agraciado. Cuando nos llamó no nos lo creíamos, recordaba la joven guadalajareña. En su caso, tiene pensado darse algún caprichito, como un viaje, que aún lo tengo que mirar y, también, hacerle algún regalo a la familia. En su caso, esta joven recién casada prefiere no invertir el dinero en acabar con la temida hipoteca sino en otras necesidades.
Por su parte, el más veterano de la plantilla de Viajes Marsans, con cinco años trabajando para la empresa, Armando Galve, señaló entre risas a este diario que su intención era la de quitarme algunas deudas, no de hipoteca, que no tengo, sino con El Corte Inglés. Armando lo tenía claro, parte de los 300.000 euros que le tocaron ayer se destinarán a costear los estudios de Filología Japonesa de su hermano pequeño. Y qué mejor regalo para éste enterarse de que, justo en el día de su cumpleaños, su hermano se hacía millonario y él iba a recibir un pellizco de El Gordo. Había echado un montón de becas para hacer un posgrado en Japón pero no le habían concedido ninguna, contaba ayer el afortunado trabajador. Su abuela, con la que había hablado dos veces, no podía articular palabra y sólo lloraba, no me podía decir nada. Además de acordarse de los demás, Armando tiene pensado regalarse a sí mismo un viaje a Corea del norte.
La tercera agraciada, Ana Belén Gil, compartía su suerte junto a su madre y la pareja de ésta en el propio establecimiento de la calle Sigüenza. Las dos se fundían en un emotivo abrazo al saberse ganadoras de un premio que les permitirá, al menos, vivir con menos preocupaciones. La empleada de Viajes Marsans percibirá 150.000 euros, su madre otros 150.000 más y su tío José Manuel, que reside en Almería, otros 300.000 euros. Ana, con el corazón en un puño, aseguraba no tener ni idea de en qué podía invertir el dinero. Tengo una casa, pero no es mía, así que igual la compro, pero lo primero es que me voy a ir a El Corte Inglés, contaba entre carcajadas. Los tres tenían pensado salir después del trabajo puesto que por la tarde iban a abrir el negocio con normalidad al cumplir con su jornada. La ocasión merecía la pena, puesto que el salario que perciben estos trabajadores no suele alcanzar, ni siquiera, los 1.000 euros.
Menos fortuna tuvieron las empleadas de la agencia Crisol, en la plaza de La Llanilla, ya que, a pesar de que sus compañeros de Marsans pensaban que ellas también habrían adquirido el boleto ganador, finalmente, no fue así y tras darse a conocer la noticia de que la agencia había repartido El Gordo, no tuvieron más remedio que continuar con su tarea diaria. Tampoco perdieron el norte los empleados de la agencia Marsans y, de hecho, durante la mañana, entre celebración y celebración, siguieron atendiendo a los clientes que llegaban hasta la oficina de la calle Sigüenza.
Precisamente, una de esas visitas fue la de unas trabajadoras del Banco Santander que, además de pedir información para contratar un paquete turístico, ofrecieron a los agraciados la posibilidad de que sus décimos se custodiasen en el banco.
un pellizquito para casa
Como dato anecdótico, hay que señalar que la Diosa Fortuna también se acordó de esta redacción. Uno de sus redactores se hizo con un boleto y una participación de un tercio de otro del primer premio de El Gordo de manera que, a compartir, le correspondió la nada desdeñable cifra de 70 millones de las antiguas pesetas. El afortunado trabajador compartió su alegría con toda Nueva Alcarria brindando y asegurando que, pese a todo, no tenía pensado dejar de trabajar. El resto de la redacción, además de celebrar la suerte de éste, consiguió, al menos, hacerse con la pedrea gracias al número de la empresa.
El resto de guadalajareños, con o sin pellizco en forma de terminación o pedrea, podrán volver a probar suerte en el sorteo del próximo 6 de enero o, con más paciencia, en el próximo Gordo de Navidad.