El jueves lardero repartió 2.200 chorizos en un festín multitudinario

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

La plaza Mayor se llenó de personas que compartieron merienda.   J.L.A.GARA
Por: BEATRIZ PARIENTE
Animados por el buen tiempo, cientos de guadalajareños participaron ayer en una exitosa merienda de jueves lardero. Puntuales a su cita, hacia las seis de la tarde formaban cola para degustar unos chorizos de intenso sabor y olor que saciaron su hambre. Este bocado de carne será uno de los últimos que podrán tomar antes de la llegada del tiempo de Cuaresma.
La tradición manda que el jueves lardero, previo a la semana de Cuaresma, debe aprovecharse para degustar la carne que más tarde no podrá volver a disfrutarse. Así lo hicieron ayer cientos de personas en la concentración lardera que anuncia ya la llegada del reinado de Don Carnal. Mayores y pequeños se dieron un auténtico festín con las 1.200 raciones de pan y chorizo que fueron repartidas, en esta ocasión, en la plaza de Los Caídos. Como acompañamiento en la velada, no faltaron la música, los juegos infantiles, los refrescos y el vino español.
El jueves lardero resultó un nuevo éxito comparado con ediciones anteriores. El sol que aún a esa hora lucía en las calles y las suaves temperaturas animaron a pequeños y, sobre todo, a mayores a compartir una tarde de diversión y merienda en pleno corazón capitalino. La fila de comensales daba la vuelta desde la plaza hasta y sobrepasaba la altura del Archivo Militar.
La plaza se llenó de alboroto infantil a partir de las cinco de la tarde, cuando quedaba inaugurado el parque de juegos hinchables previo a la merienda. La casa de los Picapiedra, hinchables de un bosque, un castillo y, sobre todo, el circutito de cards convirtieron la plaza en un improvisado parque de atracciones infantil en el que, además, pudo apreciarse la transformación carnavalesca con algun tímido disfraz que atrajo las miradas de los presentes mientras aguardaban las largas colas que formó el acceso a los hinchables.

2.200 raciones
Hasta 2.200 raciones de chorizo y pan, acompañados de litros de refrescos variados y vino español se repartieron ayer entre los asistentes a la tradicional merienda del jueves lardero. Y es que nada mejor que acompañar la dura actividad física de los hinchables con una buena degustación para los pequeños. No obstante, fueron bastantes más los jubilados que se dejaron arrastrar por el intenso aroma de la carne, que los jóvenes que participaron en el ágape. Su bocado de este año no podía ser más sugerente, los chorizos, aireados durante una semana antes, se cocieron con litros de buen vino cuyo olor emanaba por toda la plaza. Con ellos, se degustó simbólicamente el primer paladeo de carne de la semana de Don Carnal, a fin de no echarla en falta cuando la recatada Doña Cuaresma le arrebate su trono. Entre los invitados a la merienda pudo verse a algunos responsables municipales, como el alcalde capitalino, Antonio Román, y los concejales Juan Antonio de las Heras y Jaime Carnicero. El responsible del servicio de cathering de Doñoro comentaba que la elaboración artesanal de los chorizos es el secreto de su intenso sabor. Panceta, aguja, orégano, ajo, pimentón y vino amasados y macerados son cocinados con vino en la tarde del jueves lardero.en una sartén de grandes dimensiones.Cientos de vecinos paladearon una ración en la tradicional cita