El Marchamalo se resigna ante el Albacete B
La lucha por la permanencia pasó por La Solana y dejó a su paso un reguero de goles. No en vano, el Marchamalo y el Albacete B disputaron un partido entretenido a ojos del espectador que se llevó el que más fortuna tuvo de cara a la portería rival. Y es que, además de los cinco goles que se pudieron ver sobre el verde, ambos equipos se toparon en varias ocasiones con la madera. La suerte cayó de parte visitante al saber aprovechar las contras en la segunda mitad para sepultar a su rival.
Fue el Marchamalo el primer en dar un aviso con Cabanillas. Sin embargo, los avisos no sirven para ganar y, en cambio, los goles sí. En el 12 y en el 18, el filial se puso el duelo muy de cara. Jony y Borja, respectivamente, batían a Tomás ante la estupefacción general. El primero tras una gran jugada personal y el segundo aprovechando un pase de la muerte. Entre medias, en el 15, Cabanillas estrellaría un chut en el palo. A pesar de los dos tantos visitantes, los gallardos reaccionaron rápido: en el 22, Jairo convertía un rechace en la frontal en un derechazo soberbio que puso el 1-2. Tres minutos después, Lucas regateaba al portero y, sin ángulo, disparaba al palo. La primera parte murió con De la Cuerda salvando un tanto de Lado y con Jony encontrándose con la madera.
Con la segunda parte llegó el dominio absoluto del Marchamalo. Los de verde dominaban y llegaban. Un disparo de Miguel Pérez en el 56 fue el preludio del empate en el 59 de Cabanillas. El delantero aprovechó un pase de Jairo para cruzar el balón. Los locales no se conformaban con el empate, no les valía y siguieron atacando con ahínco. De hecho, en el 65, Jairo cabeceaba un gran centro de Lucas.
El Marchamalo estaba volcado y el filial aprovechó una contra para hacer el tercero. Edu filtró para que Jony sortease la salida de Tomás con una picadita. Era el minuto 68 y el Albacete B había descubierto su mejor arma. De hecho, al contragolpe estuvo a punto de sentenciar la contienda en numerosas ocasiones, pero los fuera de juegos o la falta de puntería dieron emoción a los últimos minutos.