El mayor espectáculo del mundo hace escala en la capital durante esta semana

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

El circo Gottani, coformado alrededor de una familia italiana, se encuentra esta semana en Guadalajara capital ofreciendo su espectáculo. Desde la dirección del circo se asegura que no están notando mucho la crisis en lo que se refiere a la venta de entradas, aunque sí que la gente compra menos boletos para la rifa y otras iniciativas similares. Los niños que conforman esta caravana que se desplaza de una ciudad a otra y de un país a otro reciben estos días su educación en el colegio Adoratrices.
Durante esta semana se encuentra en Guadalajara el circo de la familia italiana Gottani. Llegan a nuestra ciudad después de recorrer miles de kilómetros con sus casas sobre ruedas para hacer disfrutar al público de todas las edades, para sacar un aplauso y para lograr lo más bonito de esta vida: conseguir la sonrisa y la felicidad de un niño.
Son las personas que mejor conocen la geografía universal y que un día decidieron dedicarse a esta maravillosa profesión que es ser artista del circo. El director del circo manifiesta que la actual crisis no esta afectando mucho a su negocio, aunque, eso sí, la gente ya no compra muchos boletos para la rifa ni fotos con un bonito pony en los descansos. Igualmente comenta que los gastos de mantenimiento son enormes, tales como la puesta a punto de los camiones que se utilizan en el desplazamiento, la comida de los animales y, sobre todo, los permisos de estancia en las ciudades. Destaca la cariñosa acogida que ha tenido en Guadalajara, en donde incluso los niños menores están acogidos esta semana en el colegio de las Adoratrices recibiendo su aprendizaje de Preescolar.

La bejamina del grupo
Giada Gottani es la artista más joven del circo con tan sólo 21 años y lleva ya siete dedicada a actuar cada tarde sobre la carpa del circo. Su especialidad es la acrobacia sobre cuerda, realizando un singular número encerrada con tres tigres y la única protección de su hermano, que hace de domador de las fieras. Lleva dedicada al circo desde los 14 años. “Mi vida es el circo, ya que toda mi familia también se dedica a esta actividad”, asegura. Ella dedica dos horas diarias al entrenamiento para que durante la función todo salga a la perfección. Su mayor orgullo es recibir el agradecimiento del público tanto de niños como de mayores. “El circo se dirige principalmente a los niños, pero también los adultos tienen cabida en este singular espectáculo” manifiesta. Y aunque sus números sobre el aire y con la cuerda representan un gran riesgo –de hecho siempre actúa sin protección de red–, nunca ha sufrido ningún accidente laboral. Lo que más admira de esta profesión es el compañerismo que existe entre todos los componentes del circo, no sólo los artistas, sino todos los que trabajan en el como montadores, transportistas, acomodadores, camareros...
En la actualidad se encuentra junto a su hermano, preparando un número con los caballos del circo y que nos asegura que será toda una sorpresa en el futuro. Aparte de ocuparse durante buena parte del día a preparar sus números circenses, Giada no olvida sus estudios académicos y, sobre todo, la lectura de libros. Su bonita sonrisa es la que traslada todas las tardes de actuación al público.
En los días que lleva actuando en Guadalajara ha quedado admirada por el cariño que le ha trasmitido el público tanto en sus actuaciones circenses como fuera de ellas. Le ha encantado el Panteón de la Condesa Vega del Pozo, que se encuentra junto a la carpa del circo y sobre todo el mercadillo de los martes, ya que otro de sus hobbys es comprar ropa. “Si fuera por mí, me quedaría a vivir aquí; pero nuestra vida esta marcada por viajar de un lado para otro, aunque, eso sí, llevándonos todos los buenos recuerdos de los lugares en donde actuamos”.

Malabarista con los pies
Otra de las grandes protagonistas del espectáculo de cada tarde es Nabila, otra joven italiana y que igualmente su vida siempre ha estado ligada al circo. De hecho su padre es domador y su madre realiza peligrosísimas números con espadas en el circo Coliseum. Hasta hace dos meses actuaba en dicho circo, pero el flechazo que surgió con un miembro de la familia Gottani le hizo cambiar de empresa y estar junto a su marido. Y es que Nabila contrajo matrimonio bajo la carpa del circo el pasado mes de octubre. Un acto que resultó emocionantísimo, ya que acudieron todos los que hacen posible las actuaciones circenses y oficiada por un cura polifacético, ya que aparte de ejercer su labor eclesiástica también es artista circense. Su luna de miel fue dentro de esa maravillosa familia que componen todos los artistas del circo.

Nabila realiza los números de malabarismo con los pies utilizando cilindros, cubos y sobre todo balones. De hecho, más de alguna figura del fútbol suplicaría tener la habilidad que posee Nabila en sus piernas. Y aunque ella en la pista central rebosa alegría y perplejidad, fuera de ella es una persona con mucha timidez y dedicada exclusivamente a su profesión y a su reciente marido.
El contraer matrimonio con otro artista de su misma profesión le ha supuesto compartir número circense con él, ya que su marido domina el látigo de una manera vertiginosa y ella sujeta un periódico que es literalmente destrozado por los fuertes latigazos que rozan literalmente su cuerpo. “Hasta la fecha, mi marido no ha fallado nunca y no tengo ningún rasguño; es por ello que jamás me puedo enfadar con él, por si las moscas, relata Nabila. El deseo de estas dos artistas es que el circo jamás desaparezca, ya que son muchas las generaciones familiares las que han logrado mantener el mayor espectáculo del mundo y conseguir el más difícil todavía.

El payaso y los animales, una típica combinación circense
En ningún circo que se precie pueden faltar los payasos, los que provocan las carcajadas y hacen las delicias de los niños. En el circo Gottani el protagonista en esta faceta es Bony. Aparte de sus comedias, bailes y números cómicos, su especialidad es que los niños intervengan en sus actuaciones y se sientan como unos artistas más. Y como él opina, “el payaso de hoy en día debe ser polifacético y entretener a los más pequeños cuando se desmontan las jaulas y evitar las esperas de los espectadores”. Desde el comienzo del circo como espectáculo artístico, los animales han formado una parte casi fundamental del mismo. Ellos se han convertido de manera decidida en unos artistas más del ‘show’. Se trata de animales salvajes, que en su hábitat cotidiano no están acostumbrados a vivir entre humanos o pasear delante de las personas. Es curioso observar cómo a Giada cuando está en el interior de la jaula, sin ninguna defensa ante ellos, permanecen inofensivos, pero sin embargo, al observarlos cuando los tigres están encerrados muestran una ferocidad terrible hacia ella.

Desde su nacimiento, los domadores les dan de comer, juegan con ellos, les recompensan cuando hacen las cosas bien les miman mucho y entrenan varias veces al día con ellos. De esta manera no se asustan ni de los aplausos ni de las multitudes y saben que son artistas. Así de bonita y de solidaria es la familia del circo, cuya principal misión es hacer pasar unos momentos de alegría al público alejando por unos momentos de los problemas diarios que padecemos las personas y sobre todo el hacer reír a los más pequeños.