El Museo de América muestra la cultura del Caribe precolombino de la mano del primer cronista de las Américas
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
El Museo de América de Madrid inaugura hoy la exposición con la que se adentra en el universo taíno de la mano del fraile jerónimo Ramón Pané, primer etnógrafo, antropólogo y cronista de las Américas. Bajo el título 'El Caribe precolombino: fray Ramón Pané y el universo taíno', la muestra reunirá, hasta el 28 de junio, piezas del arte y la cultura taína procedentes de las colecciones del Museo Británico, de América y Barbier-Mueller de Barcelona.
Collin McEwan, comisario de la exposición junto a Ana Casas, resaltó hoy que su objetivo era "mostrar el encuentro entre dos mundos que se representan, por un lado, por los textos que escribió fray Ramón Pané, que por orden de Colón, vivió y conoció de primera mano las costumbres y el idioma de los indígenas; y por otro, por las piezas conservadas de la cultura taína, que es además la única visión que podemos tener ya que los taíno no dejaron constancia por escrito de sus tradiciones y costumbres".
Casas destacó el "respeto y objetividad con las que el monje describió los ritos, supersticiones y creencias de los taíno, así como sus objetos preciados y de uso cotidiano".
MANOS DE MORTERO, HACHAS Y VASIJAS
De esta forma, se pueden ver varios 'Duhos', uno asientos de madera con forma humana e incrustaciones de oro en los ojos y los hombros, y que, tal y como explicó McEwan, "se trataba de un signo de distinción que contenía un espíritu y que representaba el lazo entre el mundo de los vivos y el de los muertos".
"Es muy común encontrar figuras antropomorfas que relacionan al hombre con los pájaros o las ranas", añadió McEwan quien puntualizó que "solían representar al hombre, en madera de guayacán, y en estado de éxtasis, rígido, muchas veces provocado por la inhalación de cohoba, un polvo alucinógeno que obtenían de unas semillas de una planta y que empleaban para atraer a seres sobrenaturales". Las manos de los morteros con los que la obtenían también pueden verse en la muestra.
Sin embargo, Casas indicó que "hay algunas piezas cuya función o importancia es, hasta el momento actual, desconocida, como sucede con los trigonolitos, piedras de tres puntas que se cree que pueden imitar la forma de las montañas de la zona".
Otras piezas reseñables de esta exposición son los aros líticos, "unos objetos de piedra de variada ornamentación que se piensan que usaban los caciques o jefes de los indígenas en ocasiones solemnes".
Casas destacó el "respeto y objetividad con las que el monje describió los ritos, supersticiones y creencias de los taíno, así como sus objetos preciados y de uso cotidiano".
MANOS DE MORTERO, HACHAS Y VASIJAS
De esta forma, se pueden ver varios 'Duhos', uno asientos de madera con forma humana e incrustaciones de oro en los ojos y los hombros, y que, tal y como explicó McEwan, "se trataba de un signo de distinción que contenía un espíritu y que representaba el lazo entre el mundo de los vivos y el de los muertos".
"Es muy común encontrar figuras antropomorfas que relacionan al hombre con los pájaros o las ranas", añadió McEwan quien puntualizó que "solían representar al hombre, en madera de guayacán, y en estado de éxtasis, rígido, muchas veces provocado por la inhalación de cohoba, un polvo alucinógeno que obtenían de unas semillas de una planta y que empleaban para atraer a seres sobrenaturales". Las manos de los morteros con los que la obtenían también pueden verse en la muestra.
Sin embargo, Casas indicó que "hay algunas piezas cuya función o importancia es, hasta el momento actual, desconocida, como sucede con los trigonolitos, piedras de tres puntas que se cree que pueden imitar la forma de las montañas de la zona".
Otras piezas reseñables de esta exposición son los aros líticos, "unos objetos de piedra de variada ornamentación que se piensan que usaban los caciques o jefes de los indígenas en ocasiones solemnes".