El museo de miniaturas de Brihuega cumple seis años con 4.000 piezas expuestas
Pulgas disecadas y vestidas y la Última Cena pintada en un grano de arroz, entre las cientos de increíbles piezas más que alberga el museo de arte en miniatura.
El Museo de Miniaturas del profesor Max, situado en un antiguo Convento de los Franciscanos en la localidad de Brihuega (Guadalajara), cumple seis años desde que abriera sus puertas a finales del año 2010.
Con unas 4.000 piezas expuestas en la actualidad, de una colección que supera las 65.000, al impulsor y gestor del museo, Javier Sánchez Elegido, le gustaría poder ampliar la exposición en el futuro y convertir el museo en un espacio cultural interactivo con una zona de taller y un aula de formación para jóvenes.
En declaraciones a Europa Press, Javier Sánchez, sobrino de Juan Elegido Millán, conocido como el profesor Max, ha explicado que su tío nació en Brihuega en 1913. De profesión hipnotizador, "siendo el primero y el único en hacerlo por teléfono y por fotografía" y apasionado por las minitaturas, adquirió más de 30.000 piezas en sus viajes por todos los continentes.
En marzo de 1972 el profesor Max inauguró el Primer Museo Mundial de Miniaturas 'Carromato de Max' en Mijas (Málaga) con una pequeñísima parte de dicha colección. A su muerte en 1975, su hermana María Rosa junto a su marido Luis Sánchez Sevilla abren en Guadalest (Alicante) el segundo Museo en el mundo dedicado a las miniaturas y microminiaturas llamado 'Mundo de Max' y se encargan de ampliar la colección.
A la muerte de María Rosa, su hijo Javier decide trasladar la colección a Brihuega ya que su madre quería montar un museo en su pueblo. Tras siete años de obras, el Museo de Miniaturas -situado en un edificio histórico cedido por el Ayuntamiento-- abrió sus puertas a finales de 2010.
El impulsor de esta iniciativa ha explicado que en el futuro la colección será donada al pueblo de Brihuega al "no haber más parientes y gente que pueda mantenerla". Su idea es crear una fundación y que sea ésta quien gestione el legado del profesor Max, su hermana y su marido. "La idea sería hacer un cuartel general de la miniatura a nivel mundial en Brihuega", ha enfatizado.
Javier Sánchez ha asegurado que hoy en día se desconoce el valor de la colección y ha afirmado que en 1975 se valoró en 75 millones de las antiguas pesetas.
LO QUE SE PUEDE VER
En el interior del Museo se puede ver un ave tallada en un palo de fósforo, pulgas disecadas y vestidas; la Última Cena pintada en un grano de arroz, copia del fresco de Leonardo da Vinci; manuscrito en el canto de una tarjeta de visita, una colección de zapatos, el retrato de Andrés Bello, el ilustre venezolano pintado sobre la cabeza de un alfiler, así como casitas de muñecas con un Record Guinnes y cientos de increíbles piezas más de arte en miniatura.
Javier Sánchez ha destacado también la colección de armas, herramientas, sombreros, máscaras, juegos de café o de instrumentos musicales. Piezas todas ellas que se expondrán en un futuro si se sigue ampliando el espacio del museo.
Ha explicado que en el museo --traducido en cuatro idiomas-- hay muchas obras que pasan "desapercibidas", como por ejemplo zapatos hechos con oro y brillantes, o perros del siglo XVIII realizados en plomo que cuestan mucho dinero.
El museo está abierto de martes a viernes de 13.00 a 14.00 horas y de 16.30 a 18.00 horas; los sábados de 11.30 a 14.00 horas y de 16.30 a 19.30 horas y los domingos de 11.30 a 14.00 horas y de 16.30 a 18.30 horas. La entrada cuesta 6,50 euros y hay tarifas reducidas a grupos, personas de la tercera edad e infancia.