El nuevo comedor social de Casa Nazaret no pudo abrir ayer al carecer de licencia

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: VIRGINIA BODEGA
Sus responsables aseguran que lo hará de forma “inminente”
Finalmente, y aunque ése era el deseo de las organizaciones que toman parte en el proyecto, Cáritas y Accem, el nuevo comedor social habilitado en el edificio que se ha construido en Casa Nazaret no pudo abrir sus puertas ayer por motivos administrativos. Y es que según explicaron fuentes de Cáritas, al parecer, aún no está lista toda la documentación necesaria para que el nuevo comedor pueda empezar a funcionar. No obstante, como señalan las mismas fuentes, “nos quedan los últimos trámites burocráticos” y, aunque no fue ayer, lunes 1 de febrero, cuando el recurso empezó a repartir las primeras comidas, está previsto que esto ocurra de manera “inminente”, es decir, seguramente esta semana.
Al parecer, es la cocina la que estaría retrasando la apertura del nuevo comedor social –o restaurante solidario, que también se le ha denominado así porque, en función de las necesidades de cada usuario, algunos sí que tendrán que abonar cierta cantidad económica por su comida caliente–, dado que este tipo de instalaciones necesita más permisos y autorizaciones por sus características concretas y porque será un lugar de manipulación de alimentos, entre otros motivos.
Como explicaba a esta redacción el propio concejal delegado del área, Juan Antonio De las Heras, los trámites administrativos en el caso de la licencia para la cocina son mayores, motivo por el cual dar luz verde al funcionamiento del recurso se está prolongando más de lo que gustaría a ambas partes, Ayuntamiento y Fundación Pía. No obstante, desde un lado y otro se están haciendo todos los esfuerzos posibles para que el comedor social empiece a ser una realidad, dado el exceso de trabajo que registra en la actualidad y desde hace más de un año el albergue Betania, donde ha habido días que han tenido que duplicar y hasta triplicar los turnos de comidas. Esta situación, sin embargo y como adelantó el vicario de la Pastoral Social, Braulio Carlés, la semana pasada, ya no es tan acuciante como hace meses, pues desde hace algunas semanas se ha registrado un moderado descenso del número de demandantes de una comida caliente.