El obispo se opone a la directiva europea sobre migraciones

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

El obispo cree que se criminaliza a los inmigrantes.
Por: Javier Pastrana
La Pastoral de Inmigración no descarta llevar el descontento a la calle
Aprovechando la reunión de más de medio centenar de personas con motivo de la celebración de las XXVIII Jornadas de Delegados de Pastoral de Migraciones de las diócesis de España, el obispo de la diócesis Sigüenza Guadalajara y presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones, José Sánchez González, criticó la actual legislación sobre migraciones, tanto la nacional como la nueva directiva aprobada a nivel europeo. Desde su punto de vista, está dominada por la defensa de los intereses nacionales y económicos en vez de por el respeto a los derechos humanos.
El obispo de la Diócesis Sigüenza-Guadalajara, Jorge Sánchez González, se ha opuesto frontalmente a la política sobre migraciones practicadas tanto a nivel nacional como europeo. Aunque buena parte de sus críticas se centraron en la directiva europea que regula la inmigración, desde su punto de vista el fallo es de base. “Cuestionamos el sistema”, aseguró. Sánchez González aseguró que estas leyes se basan “en la defensa de los interesas nacionales y en la primacía de la economía”. En vez de eso, considera que deberían regirse por “la dignidad humana, sea cual sea la condición de la persona, y por la tendencia a una mayor solidaridad”. Así, propugna un modelo que garantice un trato justo para los inmigrantes sin papeles y el respeto a sus derechos humanos, en vez de otro que “que está pensado para identificar a simples infractores como si fuesen delincuentes”.

Durante estos días, el seminario mayor de Sigüenza acoge las XXVIII Jornadas de Delegados de Pastoral de Migraciones de las diócesis de España. Durante este encuentro, Sánchez González, presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones, explicó la percepción que los participantes en esta cita tienen de la inmigración en la actualidad. Según explicó, la población inmigrante ya alcanza el 11 por ciento de los habitantes del país; el 15 por ciento de la provincial; y entre el 25 y 30 por ciento de la de Sigüenza. De hecho, el vicario episcopal para la pastoral social, Braulio Carles, indicó que la ciudad del Doncel podría ser tomada como modelo en lo que a acogida e integración de inmigrantes se refiere. “Los técnicos del centro de acogida hacen un gran trabajo”, aseguró, e incluso llegó a indicar que podrían convertirse en “un referente” a nivel nacional e internacional.

Por el momento, desde la institución eclesial no tienen previsto realizar acciones concretas tras la aprobación de la directiva europea. “No tenemos soluciones alternativas para estos fenómenos. Tenemos pequeños remedios que vamos a reforzar”. A parte del respeto por los derechos humanos, a Sánchez González también le preocupa la percepción que la sociedad pueda tener de los inmigrantes ahora que el país atraviesa una crisis económica. Por eso Juan Rivera, director del Departamento Pastoral de la Inmigración, indicó que uno de sus objetivos es permanecer vigilantes para evitar que se produzcan actitudes xenófobas en el entorno de la Iglesia.

La protesta a la calle

El director del Departamento de la Pastoral de Inmigración, Juan Rivera, no descarta que su preocupación por la situación actual de la inmigración les lleve a las calles. “Si por medios pacíficos surgiera una iniciativa social de movilización, entonces estudiaríamos la posibilidad”, señala. Mientras tanto, considera que su primer deber es “denunciar” y “estar cerca de la gente para ayudar cuando surjan problemas”.

Varios son los aspectos que, desde las Jornadas de Delegados de Pastoral de Inmigración, critican de la nueva directiva europea sobre inmigración. Por ejemplo, recuerdan que permite retener a un ilegal durante 18 meses, “un año y medio”, puntualizó el obispo de la Diócesis Sigüenza Guadalajara, José Sánchez González. En el caso de España, el plazo actual es de 40 días, “aunque ya han pedido ampliarlo a 60”. En caso de que no logren indentificar al inmigrante, explica, le dejan libre, algo con lo que tampoco está de acuerdo ya que se deja a la persona sin apoyos institucionales. También se refuerza el control de las fronteras con patrulleras para vigilar los movimientos migratorios. “Considero desproporcionado controlar pateras y cayucos con embarcaciones que parecen barcos de guerra”. Por último, a Sánchez González le preocupa el trato que se dispensa a los menores que son detenidos como inmigrantes ilegales. “Se les mete en centros especiales, pero se les trata más como inmigrantes que como menores”.

Nuevos tiempos
Además de la situación actual de la inmigración, en el XXVIII octavas Jornadas de Delegados de Pastoral de Migraciones de la diócesis de España también se han planteado cómo dar una respuesta a esta situación desde la pastoral de Inmigración. Según explica Rivera, la cita de esta año tenía una importancia especial, ya que en noviembre del año pasado la Conferencia Episcopal Española presentó un documento titulado La Iglesia y los inmigrantes. Para dar a conocer su contenido a los delegados de la Pastoral de Migraciones se ha elaborado un nuevo texto. “Nuestra intención es poner en clave didáctica un documento eclesial”. Durante la tarde de ayer el casi medio centenar de personas reunida en Sigüenza estudiaron la aplicación que ha tenido el documento en las distintas parroquias del territorio español. “No sólo está dirigido a las comunidades cristianas, cualquier persona puede encontrarlo útil”.

El director de Departamento de la Pastoral de Inmigraciones explica que el último documento elaborado en España sobre la inmigración databa de 1994. “Entonces la población inmigrante era distinta a la de ahora, tanto en su número como en su diversidad”. Por eso ahora intentan encontrar “una nueva respuesta pastoral, que no política, para una nueva situación”. Para trabajar en favor de la inmigración, la pastoral cuenta con hombre y mujeres, tanto seglares como religiosos, encargados de las delegaciones que hay en cada una de las diócesis que la iglesia tiene en el territorio español.

Con lo que Rivera no está de acuerdo es con el enfoque que se le ha dado desde la Unión Europea a este fenómeno. “Está claro que no buscan los mismo intereses que nosotros”, asegura. Desde ese punto de vista coincide plenamente con el obispo de la Diócesis de Sigüenza Guadalajara y presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones, José Antonio Sánchez González. Él mismo indicó que en estos temas el lenguaje se ha vuelto ambiguo. De hecho, señaló que lo que aque ahora se denomina retorno antes eran “deportaciones masivas” y “estaban prohibidísimas”.

El obispo también recordó que no le corresponde a la Iglesia promulgar leyes, pero sí que “tenemos que denunciar lo que consideramos injusto”. En este caso opina que las leyes tienden a criminalizar a los inmigrantes ilegales, “cuando lo que han cometido es una infracción administrativa”. También teme por lo que pueda ocurrir ahora que la inmigración está empezando a estar peor considerada. “La inmigración es un colchón que nos salva cuando hace falta y que podemos prescindir de ella cuando nos sobra”. De todas formas, no considera que la sociedad haya llegado al punto de censurar radicalmente la inmigración. “No creo que una señora que tenga a una mujer colombiana cuidando de su madre enferma vea mal la inmigración”. Lo que también considera necesario es regular la inmigración, pero no tal y como se hace ahora, “que se ha regulado mal”. Desde su punto de vista hay que potenciar actuaciones con distintos enfoques, como las destinadas a elevar el nivel de vida en los países de origen de los inmigrantes.