El Palacio del Infantado no ‘sufrió’ el chupinazo de Ferias

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: VIRGINIA BODEGA
FERIAS Y FIESTAS
Mucha harina, bebidas en el aire, polvos de talco y pintura pulverizada, pero ni rastro de los huevos que sólo un año antes protestaron contra el traslado del recinto ferial, precipitándose contra la fachada del Ayuntamiento de Guadalajara e incluso contra algunos concejales situados en su balcón. El pregón y posterior chupinazo que arrancó oficialmente las Ferias y Fiestas 2009 en la tarde de ayer transcurrió en esta ocasión con tranquilidad, una tranquilidad relativa dada la alegría y el alboroto que los peñistas desprendieron durante todo el acto y antes y después, pues comenzaba, por fin, su esperada Semana Grande.
Los peñistas se comportaron con respeto –no faltaron algunos insultos dirigidos al concejal de Festejos, Jaime Carnicero, pero fueron los menos– e incluso con cierto cuidado, pues la fachada del Palacio del Infantado –lugar, en la plaza de los Caídos, desde el que este año se ha pronunciado el pregón, porque la plaza Mayor está en obras– no sufrió daño ni lanzamiento alguno. Nadie trató de superar el vallado metálico que se montó en todo el perímetro del palacio, reforzado con guardas de seguridad y distintos efectivos, y el pregón transcurrió sin sobresaltos para el importante despliegue de fuerzas de seguridad que se congregaron a las puertas, en el interior y en los alrededores del Palacio del Infantado, la plaza de los Caídos y la calle Miguel Fluiters.
A las 20.00 horas, con gran puntualidad, comenzaba el pregón que este año corrió a cargo de la peña Spynce, una de las más nutridas y antiguas de la capital, por ser éste el año de su 25 aniversario. Su presidente, Alberto Trijueque, colocado en el balcón principal junto al concejal de Festejos, Jaime Carnicero, el alcalde de la capital, Antonio Román, y algunos miembros de su peña, que le arroparon en tan especial momento, esperó a que los peñistas fueran ocupando los huecos que aún quedaban abajo, en la plaza, llegados desde la calle Miguel Fluiters y procedentes también de la avenida del Ejército. Su discurso fue breve pero claro y conciso. Tras llamar la atención de su auditorio al grito de “alcarreños, alcarreñas”, Trijueque felicitó a todos las fiestas, en las que destacó el papel de las peñas, “que son el alma” de estos días. Por último, y sin olvidarse de nombrar el 25 cumpleaños de la Spynce, Trijueque terminó vitoreando a la Virgen de la Antigua, patrona de la capital, y a las Ferias y Fiestas de Guadalajara. Tras sus palabras se encendió la mecha del cohete que aún consiguió levantar más la voz y la adrenalina de los peñistas, desatando y desbordando la alegría entre ellos. Las bandadas de palomas volando alrededor de la plaza, ahuyentadas por el chupinazo y los posteriores cohetes, contribuyeron a dejar una imagen y un momento aún más especial y bello, dado el marco incomparable que este año ha brindado el Palacio del Infantado, sin duda, el edificio más representativo de la ciudad.
Tras el pregón y pasados varios minutos, una vez se fueron calmando los ánimos posteriores al chupinazo, los peñistas se fueron colocando en orden para participar en el tradicional desfile de peñas que este año subió la calle Miguel Fluiters, Mayor y llegó a la plaza de Santo Domingo, para recorrer después la calle Virgen del Amparo, Toledo y diluirse, finalmente, en el nuevo recinto ferial. A mantener el orden del desfile contribuyeron distintos operarios municipales, que velaron en todo momento por la buena marcha de la comparsa. Las charangas y los equipos de música de las peñas, así como los disfraces de éstas, lograron hacer del pasacalles un verdadero desfile de luz y color, que fue seguido por numerosos ciudadanos de la capital que observaban su paso situados en aceras y soportales.
El alcalde de la ciudad comentó contento y satisfecho el transcurso de la jornada. Seguro de que “si el tiempo acompaña, las fiestas serán un éxito”, Román recordó la calidad del programa elaborado en estas ferias de la crisis –que pareció olvidarse en la tarde de ayer–, poniendo toda su confianza en “la buena gente de Guadalajara”. El alcalde capitalino dijo esperar que las Ferias se desarrollen con normalidad y que todas las actuaciones, conciertos y espectáculos taurinos gocen del éxito que merecen, como el que ya han recabado las ya celebradas, como el concierto de Rosendo, el pasado sábado, que contó con la asistencia de miles de personas. Más incertidumbre es la que planea sobre las tardes de toros, aunque según comentó Román, la venta de entradas “va bien”.