El Papa Francisco "es un hombre de mente muy libre y muy cercano"

 

  El arzobispo titular de Alba Marítima y secretario de la Congregación para el Clero, Celso Morga Iruzubieta, visitó por primera vez Guadalajara para participar en una charla-coloquio celebrada en el Centro de Cultura Teológica de Guadalajara. Con el título de El Directorio para el ministerio y vida de los presbíteros, la sesión versó sobre la nueva edición del volumen que lleva ese mismo título. Cercano y afable, el arzobispo departió con los sacerdotes asistentes, alrededor de unos 70.

 

  Moraga es uno de los hombres de confianza del Papa Francisco, y a ambos les corresponde la tarea de recordar a los sacerdotes su utilidad hoy en día. No en vano, el propio libro sobre el que se debatió en la charla “es un documento que intenta decir a los sacerdotes que su misión, que hoy en día parece una misión inútil o fuera del contexto actual, al contrario, es una misión necesaria, importantísima, porque da a los hombres esa esperanza que ninguna otra propuesta de tipo social, cultural o política puede dar”. Y es que, según reconoció el propio arzobispo, “nuestra sociedad está muy volcada en las cosas de este mundo, en el dinero, el progresar y, en definitiva, la misión en este contexto es particularmente difícil”.

 

   En este clima “poco favorable algunos se pueden sentir poco útiles”. La falta de vocaciones va a asociada a esta situación, lo que genera un mapa del mundo en el que existen muchas vocaciones religiosas y otras en las que escasean. “Coincide curiosamente con las zonas del mundo donde la sociedad del consumo no ha llegado. Eso que dice el Evangelio, ‘o con Dios o con el dinero’ es muy actual”, interpreta Morga. Pese a todo, no todo el peso de la Iglesia debe recaer en los sacerdotes.

 

   A su parecer, “la Iglesia somos todos”. El Papa Francisco Como hombre cercano al Papa conoce bien al Sumo Pontífice, del que dice que “es un Papa muy querido por la inmensa mayoría de la gente y también porque estaban alejadas de la Iglesia que, de repente, se han dado cuenta de que lo que dice la Iglesia les interesa”. El arzobispo recuerda que “alguien me dijo ‘a este Papa la gente lo busca, van hacia él’. Quizá porque es un Papa que toca registros del corazón humano que estaban ahí, como la ternura, la misericordia, el perdón. Recuerda también que el Papa tiene una habilidad especial para los nombres y las caras: “Por lo que a mí se refiere, de una vez que le había saludado en Argentina y en una ocasión muy circunstancial, se acordaba perfectamente”. Considera que “es un hombre de mente muy libre y muy cercano”, como lo ha demostrado desde el inicio de pontificado.

 

   De hecho, en la curia romana hay toda una serie de normas, algunas escritas y otras no escritas, que se refieren a la figura del Santo Padre, pero “él ha dicho ‘unas sigo y otras no sigo’”. Por ejemplo, el Sumo Pontífice vive en Santa Marta, no en el Palacio Apostólico como era tradición. “Ese espíritu de libertad que tiene, que es muy cristiano, en definitiva, es lo que Cristo nos ha dado en la cruz, que nos ha dado esa libertad en lo que todo no sea pecado, para poder hacer como nos dicte nuestra cabeza y nuestro corazón”. “Es el Papa que en estos momentos la Iglesia y el mundo necesitan”, sentencia el arzobispo.