El Papa pide a Occidente que no cultive "prejuicios y hostilidades" contra los cristianos

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
El Papa Benedicto XVI pidió hoy "que en el mundo occidental no se cultiven prejuicios u hostilidades contra los cristianos, simplemente porque, en ciertas cuestiones, su voz perturba", según declaró en su tradicional discurso de inicio de año al cuerpo diplomático de los distintos países presente en el Vaticano.
Según el Pontífice, "una sociedad sanamente laica no ignora la dimensión espiritual y sus valores", porque la religión no es un obstáculo, sino más bien, al contrario, un fundamento sólido para la construcción de una sociedad más justa y libre".

Benedicto XVI dedicó su largo discurso a la situación mundial actual, en el que no faltaron referencias al conflicto de Gaza y a todas las demás guerras que ensangrientan el mundo, a la crisis económica y a la lucha contra la pobreza y el hambre, entre otros asuntos.

El Papa también tuvo palabras de rechazo hacia las "discriminaciones y los graves ataques" que sufrieron "millares de cristianos" el año pasado. Este tipo de acontecimientos "muestran cómo la que socava la paz no es sólo la pobreza material, sino también la pobreza moral", aseguró.

"El cristianismo es una religión de libertad y de paz y está al servicio del auténtico bien de la humanidad", remarcó, al tiempo que renovó su "afecto paternal" hacia todos los cristianos que son víctimas de la violencia, "especialmente en Irak y en la India" y pidió a las autoridades que "proscriban todas las formas de odio y de desprecio".

A este respecto, hizo una mención especial a la situación en Asia central, "para que las legislaciones sobre las comunidades religiosas garanticen el pleno ejercicio de este derecho fundamental, en el respeto de las normas internacionales".

PAZ TODAVÍA LEJANA

Benedicto XVI dedicó un largo y pormenorizado capítulo de su discurso a los países que han sufrido graves catástrofes naturales o atraviesan "sangrantes conflictos nacionales o regionales" así como atentados terroristas.

"No obstante los muchos esfuerzos realizados, la tan deseada paz todavía está lejana", admitió. A pesar de ello, consideró que "no hay que desanimarse ni atenuar el compromiso" sino "redoblar los esfuerzos".

En cuanto a "los síntomas de crisis que se perciben en el campo del desarme y de la no proliferación nuclear", recordó una vez más que "no se puede construir la paz cuando los gastos militares sustraen enormes recursos humanos y materiales a los proyectos de desarrollo, especialmente de los países más pobres".

Asimismo, urgió a "adoptar una estrategia eficaz para combatir el hambre y favorecer el desarrollo agrícola local, más aún cuando el porcentaje de pobres aumenta incluso en los países ricos".

CAMBIAR EL MUNDO NO ES UNA UTOPÍA.

"Yendo más al fondo de la cuestión, para resanar la economía, es necesario crear una nueva confianza", objetivo que "sólo se podrá alcanzar a través de una ética fundada en la dignidad innata de la persona humana". A pesar de que esto sea "exigente", "no es una utopía", remarcó el Pontífice.

Durante su discurso, evocó su próximo viaje a África, una "visita que tanto he deseado", aseguró, sin olvidar los terribles conflictos que atraviesan Somalia, Darfur o la República Democrática del Congo.

El Papa también hizo referencia a América Latina. Tras desear la paz y la prosperidad para toda la región, pidió que las legislaciones de los distintos países "tengan en cuenta las necesidades de los que emigran, facilitando el reagrupamiento familiar y conciliando las legítimas exigencias de seguridad con las del respeto inviolable de la persona".