El Parador de Molina de Aragón generará 70 empleos directos y otros 150 indirectos
El presidente Barreda, el secretario de Turismo, Joan Mesquida, el alcalde de Molina, David Pascual, la Corporación municipal molinesa, así como las ex consejeras de Turismo y Artesanía, Soledad Herrero y Magdalena Valerio, actual delegada de la Junta, fueron los testigos de excepción del acto de presentación del futuro Parador de Molina, que corrió a cargo del arquitecto director del proyecto, Andrés Perea. El edificio, con un sótano y tres plantas, de diseño modernista, generará la misma electricidad que se consuma y tendrá unas excelentes vistas al castillo. En él trabajarán 70 personas, más 150 que lo harán gracias a la actividad que en él se desarrollará.
El director del proyecto del Parador de Molina de Aragón, Andrés Perea, presentó ayer en la molinesa iglesia de Santa María del Conde las líneas generales de cómo será el edificio que lo albergará, sugerente en su uso, pero sin una arquitectura espectacular. El secretario de Estado de Turismo, Joan Mesquida, destacó que sus instalaciones cumplirán, como se les exige a todos los Paradores, los más altos estándares de calidad y confort. Estará perfectamente encuadrado en un entorno natural en diálogo directo con el castillo, coincidieron en destacar, con una distancia equilibrada con el casco urbano. La fortaleza se verá desde el Parador y viceversa. Una infraestructura que traerá riqueza a la zona, ya que tendrá un efecto imán, no sólo por las 70 personas que trabajarán en ella, y los más de 150 empleos indirectos, sino por el efecto beneficioso que tendrá sobre los establecimientos hosteleros de la localidad molinesa, la comarca y el Alto Tajo.
Vanguardista
El edificio, totalmente vanguardista, y con un acabado semicircular, tendrá un sótano, planta baja y dos alturas. Sus huéspedes podrán alojarse en alguna de las 80 habitaciones que ofrecerá, con mirador con vistas al castillo que se ejecutará de tal forma que esté climatizado en invierno para poder disfrutar igualmente de las bellas vistas. Tendrá un colchón térmico que será muy efectivo para paliar las inclemencias de un clima tan riguroso como el molinés, por lo que pasar unos días en invierno será un placer, dice el arquitecto. Los clientes de deleitarán de su piscina cubierta y spa, con posibilidad de que se abra al aire libre en verano. De forma acorde con lo que marca la directiva del Parlamento Europeo, generará la misma energía que se consuma gracias a los paneles fotovoltaicos que se instalarán, a la masa inerte de forjados y muros, que actuarán como acumuladores términos; y al sistema de cubierta invertida y fachadas ventiladas.
Accesibilidad
Tendrá un aparcamiento para coches en el sótano y un acceso diferenciado de autobuses, que podrán parar en la misma puerta, descargar a los viajeros e incluso aguardar a su salida, y otro para coches. Bajando por una rampa se podrá acceder, a través de un puente, al casco urbano. El Parador será un lugar que genere paseos y tránsitos sosegados, destaca el director del equipo arquitectónico, Andrés Perea. En su entorno habrá un gran espacio arbolado y un mirador, que se curva así mismo, con vistas al castillo. Tendrá un bar, salones de reuniones, restaurante con terraza y vistas a la fortaleza, comedor de desayunos y un salón de convenciones que será un referente para la comarca. Las habitaciones estarán estructuradas en torno a un gran pasillo con vistas a los jardines y en cada planta habrá dos suites. Un ascensor enlazará, además de con las estancias, con la piscina y el spa.
Un día de mucha alegría
Para el alcalde de Molina de Aragón, David Pascual, el de ayer fue un día de mucha alegría, sensación que se plasmaba igualmente en las caras de los artífices del proyecto. Además de la del primer edil molinés, en la del el presidente de la Junta, José María Barreda, quién resaltó que durante todos los Consejos de Gobierno celebrados durante los últimos meses ha estado el asunto sobre la mesa para hacer un seguimiento exhaustivo de su evolución; el secretario de Turismo, Joan Mesquida, así como las dos consejeras que lo han seguido durante el tiempo que estuvieron al frente del departamento de turismo de la Junta, las guadalajareñas Magdalena Valerio y Mari Sol Herrero, además de la delegada de Cultura en funciones, Riánsares Serrano. Igualmente lo fue para los alcaldes de la zona presentes, entre otros, los de Tierzo, Tordesilos, Piqueras o Selas. El delegado comarcal de Servicios, Carlos Sanz, también pudo contemplar los frutos del intenso trabajo desempeñado, que siguió de cerca durante el tiempo en que fue alcalde de Tordesilos y gerente del programa Leader en Molina.
Hito histórico
Pascual aseguró que el de ayer fue un día que marcará un hito histórico para la ciudad y la comarca, que supone la culminación de una ilusión mantenida durante décadas. El primer edil evocó la figura del Cid: Tendrá la posada con la que pudo soñar cuando vio nuestros paisajes. El proyecto destacó- supondrá un revulsivo económico y turístico para la zona, que situará a la comarca donde merece, tras muchos desvelos y contratiempos. Plasmó su ilusión como alcalde y molinés: Ha sido y será mi objetivo prioritario. Concluyó su alocución remarcando su reto personal, y el de su equipo de Gobierno, crear una ciudad amable, limpia, acogedora y hospitalaria; el marco ya lo tenemos.
Decisión difícil
El secretario de Estado de Turismo, Joan Mesquida, destacó que la decisión de emplazar un Parador, como el que se va a ejecutar en Molina, no es fácil, porque requiere un estándar de calidad y un análisis de la viabilidad del proyecto. Recordó que en 1960 ya se contempló la posibilidad de acometerlo dentro del Castillo, pero repercutía en un enorme coste económico. Barajó las dificultades que se han derivado del hecho de que se haya proyectado una nueva construcción, porque tampoco es fácil, ya que ha habido que realizar numerosas modificaciones urbanísticas con el objeto de llevar a cabo la adscripción de bienes al Estado. Sin embargo, como sucede en cualquier proyecto de Parador que se quiera desarrollar en un entorno histórico, el emplazarlo en el castillo supondría la catalogación de las ruinas que aparecieran y su protección, lo que, al coste económico, se añadiría otro factor para su inviabilidad.
93 paradores
Mesquida recordó que en la actualidad hay en España 93 Paradores Nacionales, con más de 12.000 plazas. El primero en construirse fue el de Gredos, en el año 1928. El de Molina recalcó- cuenta con la particularidad de su entorno natural privilegiado. Ahora resta camino por recorrer. Sin embargo, con el entusiasmo del alcalde, el trabajo de los que llevan los designios de Turismo, en el Gobierno de Castilla-La Mancha y de España, se llegará a buen puerto y Molina podrá sumarse al elenco de ciudades privilegiadas que cuentan con Parador. De esta forma, el nombre de la ciudad entrará en un mapa turístico de primer nivel.
Esfuerzo
Barreda destacó el esfuerzo realizado por las dos responsables regionales de Turismo en los últimos años, Magdalena Valerio y Soledad Herrero, para que la iniciativa pueda ser una realidad. Pasar de las musas al teatro es complejo, indicó. Mientras que a Alfonso XIII le costó años lograr el de Gredos, nosotros vamos a tardar bastante menos, apuntó. Ahora se ha entrado en un proceso totalmente irreversible, que culmina el anhelo que venía teniendo Molina desde los años 60. El Parador constituirá un factor de dinamización, un polo de atracción y valor añadido a la zona, que afecta a las instalaciones de restauración y hostelería. Barreda lo define como un imán poderoso. El proyecto, a su juicio, interpreta muy bien el lenguaje de Molina, Alto Tajo, el castillo y el paisaje urbano de una ciudad con muchos atractivos. Barreda deleita su imaginación: debe ser un verdadero lujo estar allí, con sus habitaciones, su spa, sus miradores y, desde ellos, ver cómo tiritan azules los astros a lo lejos. Una iniciativa cree- respetuosa con el conjunto del espacio y con una oferta, que, a la vez que constituye un centro de atracción artístico, derivado de su arquitectura contemporánea, no sólo ofrece más plazas y habitaciones, sino que será un centro de atracción para Molina y el Alto Tajo.
Barreda aseguró que nuestro turismo no es de sol y playa, es de cultura, patrimonio histórico, artístico, natural y literario. En esta línea destacó que sacar partido al Cid desde Molina es una buena idea. Una industria limpia, que no estropea los espacios donde se produce, que representa el 10% del PIB. Una actividad que no se puede deslocalizar y cuyo paisaje, como es el caso de Molina y el Alto Tajo, siempre estará aquí. Barreda asevera que el fomento del turismo de interior, cultural y de negocios es una estrategia del Gobierno de Castilla-La Mancha.