El Parador de Molina: La espera mereció la pena

17/05/2025 - 12:28 Redacción

El martes fue el día elegido para dar la bienvenida al Parador número 98 de la red, que se acerca a su centenario camino precisamente de sus 100 instalaciones. Sin duda, Molina tiene detrás todo un simbolismo

Todo estaba listo a principios de septiembre para abrir oficialmente el Parador de Turismo de Molina de Aragón, el segundo de la provincia de Guadalajara tras la joya que tenemos en Sigüenza. Pues bien, vino una dana y el agua echó por tierra la inauguración. Han sido meses de trabajo para reparar los daños de las intensas lluvias hasta llegar a esta semana. El martes fue el día elegido para dar la bienvenida al Parador número 98 de la red, que se acerca a su centenario camino precisamente de sus 100 instalaciones. Sin duda, Molina tiene detrás todo un simbolismo, más allá de que una tierra como la del Señorío se merece una instalación hotelera de primerísimo nivel. Por si alguien no lo recuerda, que lo dudamos, el Parador de Turismo de Molina es un proyecto con una historia particular. Su origen se remonta al devastador incendio que sufrió la zona de los Pinares del Ducado en 2005. Esta tragedia, que además causó la pérdida irreparable de 11 vidas humanas, impulsó la idea de crear un nuevo recurso que contribuyera a la revitalización de una zona demasiado castigada por la tragedia. El Gobierno de España, a través de Turespaña, junto con la colaboración de Paradores, ha invertido más de 22 millones de euros en la construcción del establecimiento. Se ha concebido como un motor para el desarrollo turístico, económico y social de la comarca del Señorío de Molina, de Guadalajara y de Castilla-La Mancha en general. Y han tenido que pasar dos décadas para que los molineses puedan mirar orgullosos a su Parador terminado, desde cuyas ventanas se ve la mejor vista de la zona: el imponente castillo. Y es que no sólo la arquitectura elegida para el Parador es un atractivo para el visitante, sino sobre todo lo es que este establecimiento se erige como puerta de entrada a una comarca que no deja indiferente a nadie. Así que sí, ya era hora. Molina se lo merecía. Se lo merecían sus gentes. El dinamismo económico que generan los empleos creados. La revolución turística que supondrá para quienes elijan este destino. El impacto social que tendrá en ésta y en sucesivas generaciones de molineses. Todo ha cobrado esta semana sentido con una inauguración en la que no ha querido faltar nadie. Y con razón. Y, como dice la propia red de Paradores, el de Molina es un Parador del siglo XXI con vistas a la Edad Media. Pues eso, bienvenidos al siglo XXI.