El profeta en la pasarela
01/10/2010 - 09:45
Por:
El comentario
Antonio Pérez Henares / Periodista
No está el país para pasarelas de ministros ni para orquestas de altos cargos ni para desfiles por la alfombra roja de la pareja presidencial. No está España para tramoyas ni operetas. Pero eso es lo que parece que piensa Zapatero que procede en esta hora.Lo del domingo en Madrid fue una teatral puesta en escena al mejor estilo Holliwood, con el Gobierno en plan superstar y Zapatero y Sonsoles bajando hacia los dirigentes socialistas que les aclamaban por una escalera, como un profeta descendiendo de los cielos con el maná, las tablas de la ley y tabernáculo, todo junto, y en un paquetito que se llama Ley de Economía Sostenible, que no se sabe lo que es pero que lo va a curar todo.
El montaje del PSOE fue el del País de las Maravillas pero en un país real de cuatro millones y medio de parados bien pueden algunos entenderlo como un insulto colectivo a la inteligencia y personal a quienes lo están sufriendo.
Poco hubo y poco hay que debatir de lo allí expuesto. Poco que discutir del contenido. Porque ello en realidad éste no importaba. La cuestión primordial era el envoltorio, la imagen, el lacito, el spot publicitario vaciado de toda cosa que no fuera escena y escenario. No era ni un mitin siquiera. Era un desfile de pasarela. Por ella, acompañados por una orquesta de jazz, entraban, pisando alfombra y recibiendo ovaciones, anunciados como estrellas circenses, mitos del cine o glamorosos modelos, los ministros y las ministras, los mandamases del partido y hasta las viejas glorias del cuadrilátero, con Zapatero a la cabeza y Barrionuevo reviviendo golpes de gloria.
La claque era de lujo. Un alcalde era un don nadie y un concejal clase de tropa. En cada fila había sentados veinte coche oficiales. El ambiente entregado. Los videos y la música alimentaban el entusiasmo. Nadie habló, tan sólo lo hizo EL, cuando, acompañado de Sonsoles, presentados como la pareja presidencial al respetable, descendió a la tierra desde sus arcangélicas moradas celestiales.
Anunció la buena nueva. La crisis ha tocado fondo. Y además ya tiene el bálsamo de Fierabrás que todo lo cura: La Ley de Economía Sostenible que el Consejo de Ministros aprobará el viernes y que va a cambiarlo todo, todo, y de un plumazo. Zapatero va a transformar la estructura económica de España, su entramado industrial, agrario, energético y social de un golpe. Con una ley tan sólo. Con su Ley, cuyos mandamientos desconocemos, pero que hay que comprender y obedecer ya como verdad divina y absoluta que le ha sido revelada. A él y en esta ocasión, vista la bajada del Sinaí que protagonizaron, en compañía de Sonsoles. Los hechos, los datos, el que vayamos a añadir recesión a la recesión, paro al paro, eso no tienen importancia. Esos son los ídolos, los becerros del oro que debemos abandonar y destruir. Zapatero es nuestro profeta.
Poco hubo y poco hay que debatir de lo allí expuesto. Poco que discutir del contenido. Porque ello en realidad éste no importaba. La cuestión primordial era el envoltorio, la imagen, el lacito, el spot publicitario vaciado de toda cosa que no fuera escena y escenario. No era ni un mitin siquiera. Era un desfile de pasarela. Por ella, acompañados por una orquesta de jazz, entraban, pisando alfombra y recibiendo ovaciones, anunciados como estrellas circenses, mitos del cine o glamorosos modelos, los ministros y las ministras, los mandamases del partido y hasta las viejas glorias del cuadrilátero, con Zapatero a la cabeza y Barrionuevo reviviendo golpes de gloria.
La claque era de lujo. Un alcalde era un don nadie y un concejal clase de tropa. En cada fila había sentados veinte coche oficiales. El ambiente entregado. Los videos y la música alimentaban el entusiasmo. Nadie habló, tan sólo lo hizo EL, cuando, acompañado de Sonsoles, presentados como la pareja presidencial al respetable, descendió a la tierra desde sus arcangélicas moradas celestiales.
Anunció la buena nueva. La crisis ha tocado fondo. Y además ya tiene el bálsamo de Fierabrás que todo lo cura: La Ley de Economía Sostenible que el Consejo de Ministros aprobará el viernes y que va a cambiarlo todo, todo, y de un plumazo. Zapatero va a transformar la estructura económica de España, su entramado industrial, agrario, energético y social de un golpe. Con una ley tan sólo. Con su Ley, cuyos mandamientos desconocemos, pero que hay que comprender y obedecer ya como verdad divina y absoluta que le ha sido revelada. A él y en esta ocasión, vista la bajada del Sinaí que protagonizaron, en compañía de Sonsoles. Los hechos, los datos, el que vayamos a añadir recesión a la recesión, paro al paro, eso no tienen importancia. Esos son los ídolos, los becerros del oro que debemos abandonar y destruir. Zapatero es nuestro profeta.