El programa de Autonomía personal benefició a 173 jóvenes
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
Lograr que los jóvenes tutelados por la Junta de Comunidades entren en la etapa adulta con todas las garantías sociales, laborales y personales que aseguren su bienestar, es el objetivo del programa de Autonomía Personal que la Consejería de Bienestar Social lleva a cabo con aquellos chicos y chicas entre 16 y 24 años que se encuentran o han estado bajo la protección de la Administración regional.
En este sentido, durante el primer semestre del presente año fueron 173 jóvenes los que se beneficiaron de este programa que, a través del apoyo a la formación y la educación, la orientación y el asesoramiento personalizado, pretende que estos chicos desarrollen la capacidad de tomar decisiones autónomas y poder integrarse en el mercado laboral.
De hecho, el mencionado programa constituye una acción global que incluye el apoyo en cuatro áreas específicas, cada una de estas actuaciones se adapta a las necesidades del joven en cuestión, pues el programa se realiza de manera personalizada acomodándolo a las necesidades de cada chico o chica. Así, desde la Autonomía Personal se ofrece apoyo económico, para garantizar la cobertura de necesidades básicas; apoyo residencial, a través de pisos supervisados cuyo objetivo es conseguir la emancipación de los jóvenes; y apoyo formativo-laboral, con el fin de mejorar su educación y su preparación para poder incorporarse al mercado de trabajo.
La cuarta actuación, no por ello menos importante, es la del apoyo personal, que se realiza a través de los educadores de Inserción. Estas personas son figuras claves para conseguir orientar a estos jóvenes para que puedan independizarse y vivir, de una manera plena, su vida adulta como cualquier otro chico o chica de su edad.
De los 173 jóvenes entre 16 y 24 años que durante el primer semestre de 2008 se han beneficiado de este programa, un total de 70 de ellos han recibido ayudas económicas, con el fin de cubrir sus necesidades principales y favorecer su educación, para que puedan optar al mercado laboral en las mismas condiciones que el resto de las personas de su edad.
Para hacer posible el apoyo residencial, en aquellos casos en los que se necesita, la Consejería de Bienestar Social posee en estos momentos 13 pisos de autonomía personal, con un total de 60 plazas, distribuidos por toda la región. Estas viviendas están supervisadas por un educador que guía, orienta y ofrece apoyo personal a los chicos en su estancia en el piso.
De hecho, el mencionado programa constituye una acción global que incluye el apoyo en cuatro áreas específicas, cada una de estas actuaciones se adapta a las necesidades del joven en cuestión, pues el programa se realiza de manera personalizada acomodándolo a las necesidades de cada chico o chica. Así, desde la Autonomía Personal se ofrece apoyo económico, para garantizar la cobertura de necesidades básicas; apoyo residencial, a través de pisos supervisados cuyo objetivo es conseguir la emancipación de los jóvenes; y apoyo formativo-laboral, con el fin de mejorar su educación y su preparación para poder incorporarse al mercado de trabajo.
La cuarta actuación, no por ello menos importante, es la del apoyo personal, que se realiza a través de los educadores de Inserción. Estas personas son figuras claves para conseguir orientar a estos jóvenes para que puedan independizarse y vivir, de una manera plena, su vida adulta como cualquier otro chico o chica de su edad.
De los 173 jóvenes entre 16 y 24 años que durante el primer semestre de 2008 se han beneficiado de este programa, un total de 70 de ellos han recibido ayudas económicas, con el fin de cubrir sus necesidades principales y favorecer su educación, para que puedan optar al mercado laboral en las mismas condiciones que el resto de las personas de su edad.
Para hacer posible el apoyo residencial, en aquellos casos en los que se necesita, la Consejería de Bienestar Social posee en estos momentos 13 pisos de autonomía personal, con un total de 60 plazas, distribuidos por toda la región. Estas viviendas están supervisadas por un educador que guía, orienta y ofrece apoyo personal a los chicos en su estancia en el piso.