El PSOE tilda de intolerante y maleducado a Román por sus palabras sobre Araceli Martínez
01/10/2010 - 09:45
Por: Redacción
De intolerante y maleducado tilda el PSOE a Antonio Román por recurrir a la descalificación personal para responder a Araceli Martínez, diputada socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha, que el viernes reclamó al alcalde de Guadalajara que negocie la gratuidad de las plazas disponibles en los aparcamientos de la Plaza de Santo Domingo y el Carmen mientras duren las obras en el casco histórico, que ocasionarán un serio perjuicio a los residentes, trabajadores y viandantes que frecuentan las zonas que se verán afectadas
De intolerante y maleducado tilda el PSOE a Antonio Román por recurrir a la descalificación personal para responder a Araceli Martínez, diputada socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha, que el viernes reclamó al alcalde de Guadalajara que negocie la gratuidad de las plazas disponibles en los aparcamientos de la Plaza de Santo Domingo y el Carmen mientras duren las obras en el casco histórico, que ocasionarán un serio perjuicio a los residentes, trabajadores y viandantes que frecuentan las zonas que se verán afectadas. Esta misma reivindicación había sido propuesta por María Crespo y Porfirio Herrero, diputados regionales del Partido Popular, en el caso de las obras del Hospital General Universitario de Guadalajara, sin que ningún dirigente socialista desautorizara esta solicitud con críticas desairadas a estos parlamentarios.
Al denigrar con tan malos modos a un rival político, Antonio Román se ha descalificado a sí mismo y ha mostrado su cara más grosera e infame. Los términos despectivos a los que aludió son desproporcionados e injustos, impropios de quien hoy es alcalde de la ciudad y está obligado a respetar a todos y cada uno de sus vecinos. El lenguaje chulesco que empleó denota una carencia de argumentos racionales y políticos y, al mismo tiempo, deja entrever la prepotencia y autoritarismo que destila cuando es objeto de críticas. Haría bien en no dejar pasar más tiempo y disculparse públicamente ante la persona a la que ha agraviado, que jamás le ha faltado al respeto, reclama Antonio Marco, diputado regional del PSOE de Guadalajara.
No es ésta la primera ocasión que Román recurre al insulto para descalificar al adversario, lo que pone de manifiesto su escaso talante democrático y el pobre concepto que tiene de la confrontación política. Araceli Martínez se limitó a aplicar, con cierto sentido de la ironía, la misma propuesta que habían utilizado los diputados regionales del Partido Popular, con argumentos similares y pensando, sobre todo, en el interés general de los ciudadanos que van a sufrir las consecuencias de unas obras que se van a prolongar por espacio de un año.
El Partido Socialista considera que quien se molesta por tan poco y es capaz de perder los modales y la compostura tiene motivos para enjuiciarse a sí mismo y a sus compañeros de filas. Durante la anterior legislatura, la diputada socialista compatibilizaba sus responsabilidades de gobierno en el Ayuntamiento de Guadalajara con su trabajo en Toledo, al igual que hacía el propio Román con su escaño de senador y su consulta médica, tal como hace hoy desde el despacho de Alcaldía y en la medicina privada, aunque sea a tiempo parcial, circunstancia de la que también se beneficia Juan Antonio de las Heras en su condición de teniente de alcalde y miembro de la Cámara Alta al que, por cierto, no se le ve mucho ni por Guadalajara ni por el Ayuntamiento.
El parlamentario socialista considera que ni José Ignacio Échaniz, cuya capacidad en el Consejo de Administración de Caja Madrid ha sido puesta en tela de juicio por la propia Esperanza Aguirre, ni Ramón Aguirre, que no se presentó en una sesión de control al Gobierno cuando tenía que formular una pregunta al ministro de Trabajo, se caracterizan por estar al pie del cañón en los asuntos que atañen a Guadalajara. Ambos parlamentarios apenas se dejan caer por aquí dos veces al año, con motivo de las procesiones de la Virgen de la Antigua y del Corpus Christi. Supongo que podremos criticar ese injustificado modo de proceder sin que tengamos que ser el blanco de las iras del alcalde, como otros nos la hacen a los demás y soportamos con observancia democrática, opina.
Marco insiste en que los reproches a Araceli Martínez son injustificados dado que la hoy diputada del PSOE desempeñó con esmero y dedicación las concejalías que le fueron asignadas en el Ayuntamiento capitalino durante la anterior legislatura, con el reconocimiento explícito de muchos ciudadanos y con un sentido del respeto a los demás, de la solidaridad y justicia social entre las personas, al que Antonio Román, con más edad, nunca podrá llegar.
Al denigrar con tan malos modos a un rival político, Antonio Román se ha descalificado a sí mismo y ha mostrado su cara más grosera e infame. Los términos despectivos a los que aludió son desproporcionados e injustos, impropios de quien hoy es alcalde de la ciudad y está obligado a respetar a todos y cada uno de sus vecinos. El lenguaje chulesco que empleó denota una carencia de argumentos racionales y políticos y, al mismo tiempo, deja entrever la prepotencia y autoritarismo que destila cuando es objeto de críticas. Haría bien en no dejar pasar más tiempo y disculparse públicamente ante la persona a la que ha agraviado, que jamás le ha faltado al respeto, reclama Antonio Marco, diputado regional del PSOE de Guadalajara.
No es ésta la primera ocasión que Román recurre al insulto para descalificar al adversario, lo que pone de manifiesto su escaso talante democrático y el pobre concepto que tiene de la confrontación política. Araceli Martínez se limitó a aplicar, con cierto sentido de la ironía, la misma propuesta que habían utilizado los diputados regionales del Partido Popular, con argumentos similares y pensando, sobre todo, en el interés general de los ciudadanos que van a sufrir las consecuencias de unas obras que se van a prolongar por espacio de un año.
El Partido Socialista considera que quien se molesta por tan poco y es capaz de perder los modales y la compostura tiene motivos para enjuiciarse a sí mismo y a sus compañeros de filas. Durante la anterior legislatura, la diputada socialista compatibilizaba sus responsabilidades de gobierno en el Ayuntamiento de Guadalajara con su trabajo en Toledo, al igual que hacía el propio Román con su escaño de senador y su consulta médica, tal como hace hoy desde el despacho de Alcaldía y en la medicina privada, aunque sea a tiempo parcial, circunstancia de la que también se beneficia Juan Antonio de las Heras en su condición de teniente de alcalde y miembro de la Cámara Alta al que, por cierto, no se le ve mucho ni por Guadalajara ni por el Ayuntamiento.
El parlamentario socialista considera que ni José Ignacio Échaniz, cuya capacidad en el Consejo de Administración de Caja Madrid ha sido puesta en tela de juicio por la propia Esperanza Aguirre, ni Ramón Aguirre, que no se presentó en una sesión de control al Gobierno cuando tenía que formular una pregunta al ministro de Trabajo, se caracterizan por estar al pie del cañón en los asuntos que atañen a Guadalajara. Ambos parlamentarios apenas se dejan caer por aquí dos veces al año, con motivo de las procesiones de la Virgen de la Antigua y del Corpus Christi. Supongo que podremos criticar ese injustificado modo de proceder sin que tengamos que ser el blanco de las iras del alcalde, como otros nos la hacen a los demás y soportamos con observancia democrática, opina.
Marco insiste en que los reproches a Araceli Martínez son injustificados dado que la hoy diputada del PSOE desempeñó con esmero y dedicación las concejalías que le fueron asignadas en el Ayuntamiento capitalino durante la anterior legislatura, con el reconocimiento explícito de muchos ciudadanos y con un sentido del respeto a los demás, de la solidaridad y justicia social entre las personas, al que Antonio Román, con más edad, nunca podrá llegar.