El reloj macho de Horna (I)

27/11/2016 - 10:58 Luis Monje Ciruelo

El 'reloj macho' de Horna ha cumplido 226 años, aunque hace varios que no funciona al no haber sido nunca restaurado y nadie darle cuerda.

La televisión nos ha estado metiendo días pasados casi con forceps, porque no venía mucho a cuento, el 150 aniversario del reloj de la Puerta del Sol, y no han faltado descerebrados que con tal de salir en la tele acudieron a Sol a comerses a pleno sol, las uvas de la medianoche de San Silvestre. Y esta pantomima me da pie a mí para hablar una vez más del “reloj macho” de Horna, que ha cumplido 226 años, aunque hace varios que no funciona al no haber sido nunca restaurado y nadie darle cuerda.
    Limpiándolo y engrasando su formidable mecanismo, probablemente podría seguir funcionando otros doscientos años más. Ya no le da cuerda a diario el herrero, que era su particular relojero, por dos motivos: porque se ha hecho mayor, y son cuatro pisos de desvencijada escalera y por el grave riesgo de pisar esos peldaños, en buena parte rotos y todos muy desgastados. La primera vez que vi ese reloj en 1975 pude descubrir en una varilla, entre telarañas y excrementos de palomas, una inscripción que nadie había visto hasta entones: “se hizo este reló en 1790” Cuando volví a verlo en 2006, llevaba ya parado en las tres y cuarto muchos años y no pude encontrar bajo tanta suciedad aquella leyenda, . La rueda dentada, de forja, como el resto, tiene 60 cm de diámetro, y todo el reloj ocupa una superficie en cuadro de dos metros de lado. Cuando funcionaba se oía su poderoso tic-tac desde la plaza por lo que el apelativo de “macho” que le dí desde el principio me parece muy adecuado. Y siempre he defendido que las instituciones deben rescatar de su abandono el reloj más antiguo, sin duda de la provincia, aunque hasta ahora no lo he conseguido a pesar de que este sería el mejor momento para ello.