El retrato de Felipe VI

21/07/2018 - 16:55 Pedro Villaverde Embid

Tiene un aspecto moderno que transmite sentimientos, impresiones y mensajes. 

En la galería de personajes ilustres de la provincia debemos incluir al artista, que aunque no del mismo Sigüenza, seguntino se siente, y así lo consideramos todos, Emilio Fernández Galiano, de conocida raigambre pues, además de contar en su árbol genealógico con abuelos y bisabuelos seguntinos y cifontinos, su padre fue el primer presidente del Ente Preautonómico de Castilla-La Mancha y su hermano Antonio es actualmente el presidente de la empresa que edita El Mundo, Marca y Expansión, entre otras cabeceras, toda una autoridad en el mundo de la comunicación. Además, en Cifuentes, una calle lleva el nombre de Hermanos Fernández Galiano, dedicada al padre y a los tíos del pintor, todos ellos catedráticos e intelectuales. Pero hablemos del artista en cuestión, también licenciado en Derecho. No es la primera vez, sino la tercera, por lo menos, que pinta un retrato del Rey de España y lo regala para que presida la sala de plenos del Ayuntamiento. El primero fue el del hoy rey emérito que permanecerá en el salón de sesiones seguntino y el segundo, ya de don Felipe, se encuentra en el de Guadalajara. Ahora, cumpliendo con la palabra dada, ha entendido que la importancia de Sigüenza requiere que haya algo más que una foto del que es jefe del Estado.

El óleo refleja un monarca que en lugar de posar está inclinado sobre la mesa de trabajo, en mangas de camisa, con corbata, tirantes, bolígrafo en una mano y  que con actitud reflexiva analiza un documento. Aspecto moderno que transmite sentimientos, impresiones, mensajes. Es realista hasta parecer una fotografía.  En cuanto al motivo de retratar a los reyes creemos se debe a su repetida admiración por la transición democrática y el respeto que le merece la función realizada por la monarquía durante estos años en una España que tanto ha evolucionado.  No le gusta, sin embargo, mezclar arte y política, porque aunque tiene su opinión, no entiende que se califique el arte como de derechas o izquierdas y lo reivindica como una referencia intelectual y emocional que debe ser apoyada por el público que lo contempla, no por el político.  Es sin duda un genio, un hombre culto y pendiente de la actualidad, con los pies pegados a la tierra, amable, cortés y elegante. Sin duda un lujo tenerle de colaborador en Nueva Alcarria y de amigo, como lo fueran sus ascendentes de los nuestros.