El riego por flotadores: agua garantizada y rentabilidad para los agricultores de trufas
Este método de regadío es eficaz y adelanta dos años la obtención del producto
El riego en cualquier explotación consiste en aportar agua al sustrato para que los cultivos mantengan humedad constante y, por tanto, se desarrollen. En este caso, sirve para que las trufas satisfagan sus necesidades hídricas y crezcan. En la truficultura es importante que toda la explotación cuente con un sistema de regadío bien establecido. Desde Servicios Truferos Aparicio (PADIDÚ) proponen implementar el riego por flotadores, una alternativa eficaz a los riegos que existen en la actualidad, como puede ser por aspersión o por goteo, cuya finalidad no es otra que abastecer todo el campo de agua ofreciendo una alta rentabilidad al cultivador, ya que ahorraría un gran consumo de luz y hasta un 80% de agua. “Aquí la clave está en dosificar el agua por medio de flotadores, que habría que rellenar cada dos meses, y disponerla como se desee y únicamente donde fuese necesario”, sostiene Juan Carlos García Aparicio, el CEO de la empresa.
Este método de riego funcionaría durante un período de tiempo de 7 meses aproximadamente (de abril a noviembre) y adelantaría dos años la recolección de trufa en nuevas explotaciones, respecto a las convencionales. Además, se combinaría con otro sistema de congelación a partir de bolsas contenedoras de hielo artificial con un tamaño de veinte por veinte centímetros que se aportarían al interior de los flotadores. Esta idea nos permitiría recrear granizadas y pedriscos en pleno verano, pues la bolsa tendría la capacidad de congelar el agua del flotador y bajar la temperatura del mismo. Se trataría pues, de un proceso enriquecedor para la cría de la trufa, ya que los choques fuertes de temperatura son beneficiosos para su desarrollo a lo largo del tiempo y es, precisamente, a partir de estos flotadores y sacos de congelación como se originaría el enfriamiento artificial de la tierra.
Los flotadores miden 2,20 metros de diámetro y tienen una capacidad de 50 o 100 litros. Están fabricados a base de polipropileno, y gracias a las características que posee este material no necesita un mantenimiento muy exhaustivo, solo será necesario limpiarlo muy bien por dentro y aplicarle un gel hidratante para plásticos, ideal para que no se cuartee. Asimismo, éstos portarán dos asas a los lados para fijarlos al suelo con más firmeza. Con respecto a las bolsas, cuando finalice el ciclo de riego, habría que extraerlas del interior de los flotadores y, al ser herméticas, pueden reciclarse, siendo depositadas en un punto limpio. Estos flotadores, cuya forma es una semicircunferencia de unos 350 grados con una abertura en el centro (se asemejan a los collarines de viaje), se colocan sobre tierra y abrazan la base del árbol. Asimismo, constan de unos micro goteros o tetones situados en la parte que contacta con la superficie del terreno para que, poco a poco, vaya sudando el agua y filtrándose directamente. Todos ellos se encontrarían interconectados mediante unos tubos, pudiéndose llenar de forma consecutiva en su totalidad.
Al tratarse de un cultivo tan peculiar como lo es el de la trufa, poner en marcha esta práctica implicaría una garantía en el aprovisionamiento de agua en toda una parcela, pero además, con esta técnica también se logran otros fines que garantizan una mejor calidad y un mayor resultado en cuanto a la cantidad de frutos que se obtienen. Por un lado, se suministrarían auxinas (un tipo de hormonas vegetales) a los árboles hasta el cuarto año con el objetivo de fomentar su entramado radicular y su crecimiento. Por otro lado, a partir del quinto año se les suministraría citoquinas (con raíces hidropónicas y extracto líquido AA68.5) para así obtener un mayor número de frutos y calibre. Con todo ello, se fortalecería toda la explotación y los árboles truferos serían resistentes a diversos patógenos vegetales como el surgimiento de hierba alrededor de la misma, o incluso a otros de origen animal.
“Sin duda, es un sistema de riego altamente eficaz. Con él se ahorrarían grandes cantidades de agua y energía, y además, se evitarían p osibles efectos adversos producidos por otros tipos de riego como, por ejemplo, la abrasión o el cocimiento de las hojas y el tallaje de la planta; o el crecimiento de hongos”, asegura Juan Carlos García Aparicio.
El próximo viernes, 11 de marzo, podrás conocer más sobre todas estas patentes en el sector de la truficultura. En concreto, se hablará de la localización de trufas por nariz electrónica.