El transbordador Atlantis aterrizó ayer en Florida
01/10/2010 - 09:45
Por: COLPISA
A la hora prevista, las tres y siete minutos de la tarde en España, el transbordador espacial Atlantis se posó suavemente en la pista del Centro Espacial Kennedy, en Florida.
La nave de la NASA culminó así una misión histórica a la Estación Espacial Internacional (ISS) en la que ha servido de vehículo de transporte al laboratorio Columbus, la principal aportación de la Agencia Espacial Europea (ESA) a la gran instalación extreterrestre. Han sido doce días y dieciocho horas de misión y durante nueve jornadas ha estado anclado a la ISS instalando el módulo del Columbus. Una labor compleja y delicada dadas las dimensiones del enorme cilindro metálico que contiene el laboratorio multidisciplinar, de 7 metros de largo y 12.8 toneladas de peso. El Columbus convierte a Europa en copropietaria de pleno derecho de la ISS junto a EEUU y Rusia.
El Atlantis se desacopló el lunes de la ISS. Tras día y medio de vuelo de retorno, se acercó desde el océano Pacífico, sobrevolando Centroamérica, el este de la península de Yucatán y el oeste de Cuba antes de continuar su ruta sobre el Golfo de México y tomar tierra en Florida. La NASA quería hacer aterrizar el Atlantis este miércoles y dejar así pista libre al Pentágono para lanzar un misil de destrucción a un satélite espía a la deriva que contiene combustible tóxico. Suena amenazador pero responsables de las principales agencias espaciales aseguran que la posibilidad de que algún fragmento del satélite caiga sobre zonas habitadas es mínimo.
El Atlantis se desacopló el lunes de la ISS. Tras día y medio de vuelo de retorno, se acercó desde el océano Pacífico, sobrevolando Centroamérica, el este de la península de Yucatán y el oeste de Cuba antes de continuar su ruta sobre el Golfo de México y tomar tierra en Florida. La NASA quería hacer aterrizar el Atlantis este miércoles y dejar así pista libre al Pentágono para lanzar un misil de destrucción a un satélite espía a la deriva que contiene combustible tóxico. Suena amenazador pero responsables de las principales agencias espaciales aseguran que la posibilidad de que algún fragmento del satélite caiga sobre zonas habitadas es mínimo.