El viernes se reabrió al tráfico la carretera entre Cabanillas del Campo y Marchamalo, tras su renovación

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Imagen de las obras que se están llevando a cabo.
Por: EUROPA PRESS
Con las obras de remodelación integral de la parte urbana que afecta a la vía que une Cabanillas y Marchamalo a través de la carretera de la Vega, quien más terminará ganando será el peatón, ya que en buena parte del trazado se amplían las aceras. Por ahora, los principales beneficiarios serán los conductores, que recuperan desde hoy el enlace con Marchamalo en su totalidad desde el casco urbano. En las próximas semanas el Ayuntamiento cabanillero continuará con las tareas de acerado, colocación de farolas y el resto de trabajos pendientes.
Nueve meses después, los coches vuelven hoy a circular por el tramo de la vía que comunica Cabanillas del Campo con Marchamalo que sido objeto de una renovación integral. Durante este tiempo ha seguido habiendo conexión con la vecina localidad a través del acceso por la rotonda de la carretera de la Vega, hasta cuyas inmediaciones han llegado las obras.
La apertura se realiza a pesar de que falten algunos remates en este complicado proyecto, que ha sido acometido por los responsables de los sectores residenciales pendientes de desarrollar a ambos lados de la calzada, en lo que es la zona con mayor previsión de expansión para los próximos años en el término municipal. Pese a la alternativa que ha existido siempre para el tráfico rodado, estamos ante una buena noticia para los viandantes y para los conductores, sobre todo para los menos conocedores de la existencia de las obras.
La actuación, promovida por el Ayuntamiento de Cabanillas y ejecutada por la empresa Jesthisa, suma una longitud 860 metros y discurre por los sectores del Plan de Ordenación Municipal con los números 8, 9 y 10.
“No ha sido una obra fácil, ya que se trataba no sólo de asfaltar y pavimentar las aceras sino de preparar la totalidad de las conducciones subterráneas de abastecimiento y saneamiento de aguas así como la red de alumbrado público, además de la inclusión de redes de comunicaciones”, informan fuentes municipales. Todo, además, dimensionado de tal modo que se eviten aperturas de zanjas en el futuro. De hecho, se ha incluido un tramo específico para red de gas, con diámetros que oscilan entre los 90 y los 200 milímetros y destinados a la futura línea que unirá Cabanillas del Campo y Marchamalo.
Las obras de pavimentación han incluido la construcción de cinco pasos con resalte para peatones y cuatro pasos rebajados, además de 128 plazas de aparcamiento en línea y 90 plazas de aparcamiento en batería, con siete plazas de minusválidos.
Con este proyecto quien ganará finalmente será el peatón, ya que en buena parte del trazado se amplían las aceras, mejorando el tránsito peatonal. Además, el proyecto ha incluido la construcción de tres rotondas en la travesía con el objetivo de regular el tráfico de esta vía urbana y evitar así sus puntos negros. Las dimensiones dan idea de la importancia de lo realizado, ya que dos de las rotondas tienen un diámetro de 50 metros y la tercera, de 40. Asimismo, se están instalando más de 4 kilómetros lineales de bordillos en hormigón bicapa y más de 10.000 metros cuadrados de baldosa granallada.
El concejal de Medio Ambiente, Félix Blanco, asume que cuando se acometen este tipo de actuaciones causan, “de forma general”, molestias. No obstante, tras considerar que es “lógico” que los vecinos muestren su preocupación por el que tiempo que ha tenido que transcurrir “e incluso su incomodidad”, ha pedido disculpas por las molestias ocasionadas “y que todos los vecinos tengan la certeza de que hemos extremado la supervisión sobre las obras, en las que no ha habido tiempos muertos”.