El yacimiento celtibérico de Castilviejo se abrirá al público el próximo año

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

La consejera comprobó el resultado de los trabajos de excavación.
Por: DIANA PIZARRO
Con un total de 476 trabajadores y 4,8 millones de inversión, la arqueología es una “prioridad” para el Gobierno de Castilla-La Mancha. Así lo manifestó ayer la consejera de Cultura, Soledad Herrero, durante su visita al yacimiento celtibérico de Castilviejo, en la pedanía seguntina de Guijosa, “el único que no conocía como consejera, aunque sí a nivel particular”. En concreto, en la provincia de Guadalajara, la Junta de Comunidades cuenta actualmente con un total de 71 trabajadores en estos castros, que suponen una inversión de 700.000 euros en colaboración con el Servicio Público de Empleo de Castilla-La Mancha, “en una campaña verdaderamente prometedora”.
La titular de Cultura destacó que la arqueología genera trabajo y turismo. Recalcó que en la provincia existen dos yacimientos arqueológicos visitables como son El Ceremeño (Herrería) y el Prao de los Judíos (Molina de Aragón), que este año ya están recibiendo visitas guiadas. Aunque no pudo dar datos concretos, señaló que “sí sabemos que reciben gente todos los días, lo que demuestra que, según Herrero, que “la arqueología tiene mucho interés para los ciudadanos”.
En cuanto al castro de Castilviejo, en la que será su tercera temporada de trabajo, se invertirán 50.440 euros. Herrero apuntó que “cuando se terminen las excavaciones, o cuando se avance más, porque realmente nunca se termina de trabajar, será un yacimiento visitable”. Algo que, según el director de la excavación Ernesto García-Soto, podría producirse el próximo año “siempre que la Junta de Comunidades lo considere conveniente”.
En el yacimiento celtibérico de Castilviejo trabajan esta temporada 12 personas –un arqueólogo, un restaurador y diez peones–, y es, según el director de la excavación, “único” por dos razones. Primero, por el tipo de muralla que tiene, “única no sólo en la región, sino en España”, y segundo, “por su fases culturales”. En este sentido, García-Soto destacó que “en Castilviejo se demuestra algo que hasta hace poco no estaba claro, y es la reutilización de los poblados celtibéricos en época islámica”.
La situación estratégica del castro es otro de sus elementos clave, ya que desde él se controlaba la vía de comunicación más importante de España en la época, como es la que conectaba en la época romana Mérida con Zaragoza. Además, “también se dominaba la vía que comunicaba Bujarrabal con el poblado conocido como Los Castillos, y luego probablemente Barbatona con Sigüenza”.
El proyecto de restauración del castro en el que se trabaja desde hace tres años persigue la reconstrucción de la muralla “tal y como la hicieron los celtíberos, sólo con tierra y agua”, explicó el director, quien destaca que ésta es una iniciativa “absolutamente comprometido con el medio ambiente”. Esta doble faceta, arqueológica y ecológica, fue puesta en valor por la consejera, quien recorrió los rincones de un yacimiento “absolutamente defensivo” junto con la delegada de Cultura, Riansares Serrano; el alcalde de Sigüenza, Francisco Domingo; y parte de la corporación municipal, además del alcalde pedáneo de Cubillas del Pinar, Luis Sancho.
El primer elemento característico de la defensa de un poblado de poco más de 4.000 metros cuadrados era la muralla, construida en forma de cremallera o codo, probablemente a manos de ingenieros procedentes de Macedonia. “Este tipo de murallas tenía como objetivo dejar el lado derecho de los atacantes al descubierto, ya que el escudo se colocaba en la izquierda”, explicó el director de la excavación. En cuanto a infraestructuras similares, la muralla de estas características más cercanas se encuentran en Francia, Sicilia y en todo el Mediterráneo Oriental. En este sentido, una de las hipótesis de este hallazgo en España es la del mercenario. “Puede que algún celtíbero que luchó fuera lo viera y la reconstruyera aquí, aunque hay gente que bromea diciendo que éste era un castro piloto”. La muralla alcanza los siete metros de ancho “para defender una superficie de 4.000 metros cuadrados, lo que demuestra el fuerte interés que se tenía en la zona”, recalca el director. Posteriormente, los celtíberos también se establecieron en la zona con el mismo fin estratégico, al igual que harían tiempo después los andalusíes.
El campo de piedras hincadas, reconstruido en parte en las tres temporadas de trabajo en Castilviejo, es otro de los elementos que reforzó la seguridad del poblado. “Si venían 10.000 legionarios a atacarte no había nada que hacer, pero si eran 200, era fácil impedir que llegasen a la muralla”, señaló Ernesto García-Soto, quien explicó que en los trabajos de reconstrucción se ha instalado grava y herbicida para impedir el crecimiento de vegetación. El director recordó que esta técnica sería posteriormente reproducida por el mariscal Rommel en la batalla de Normandía, aunque con estacas de madera en lugar de piedras. La guerra civil también supo aprovecharse del enclave estratégico de Castilviejo, que acogió a milicianos que tomaron parte en la batalla de Sigüenza, “pues desde aquí se controlaba la bajada de Alcolea y la zona de Quintanares”, recordó el director.
La consejera de Cultura se interesó por la vigilancia en el castro, que está realizada por agentes forestales y del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona). Asimismo, el director de la excavación destacó la labor de los vecinos de Cubillas, “que vigilan por que no se hagan actos vandálicos”.
El alcalde de Sigüenza, Francisco Domingo, agradeció por su parte la visita de la consejera y su apoyo a la excavación “ya que es muy importante recuperar parte de la historia de Sigüenza, la historia de nuestras pedanías”. Respecto a las mejoras que se requieren para hacer el castro visitable, Domingo destacó los accesos, “que son bastante problemáticos”. También se piensa en habilitar un aparcamiento para una decena de coches. “Aquí no hace falta un centro de interpretación ni grandes infraestructuras, por lo que podría estar muy pronto visitable”, recalcó el director de la excavación.

La aportación de Guadalajara a la Ruta Celtibérica

La red de excavaciones arqueológicas de Castilla-La Mancha posee un rico patrimonio en la provincia, donde actualmente existen siete yacimientos, dos de ellos visitables, el Ceremeño y el Prao de los Judíos, donde los trabajos de excavación ya han sido concluidos. De éstos, Recópolis es el único con categoría de parque arqueológico. El resto, ubicados en la zona norte de la provincia formarán parte de la Ruta Celtibérica que pretende optimizar el patrimonio arqueológico para el desarrollo de cinco comunidades autónomas. Estos yacimientos fueron habitados una vez por comunidades campesinas que vivieron en el Sistema Ibérico Central en la Antigüedad. Esta zona, localizada en Guadalajara alrededor de los municipios de Sigüenza y Molina de Aragón, estuvo densamente poblada en la época celtibérica por núcleos de pequeño tamaño y cementerios próximos a los asentamientos, donde la continua labor arqueológica iniciada hace años se afana en recuperar asentamientos rurales de una población única en Europa. La recuperación de este patrimonio cultural y arquitectónico constituye actualmente uno de los objetivos de la Junta de Comunidades, como punto de partida para el desarrollo rural. Para la divulgación de las investigaciones y los descubrimientos, la Ruta Celtibérica contará con paradas en el Centro de Interpretación de Herrería y el Museo Municipal de Molina de Aragón.