Entre fiestas
Hablar hoy de fiesta parece contradictorio, más un anhelo que una realidad, pero nuestros pueblos, en la medida que pueden se hayan inmersos en algo parecido en estos días de descanso estival con programas incluidos.
Nos ha parecido oportuno titular hoy nuestro comentario de mediados, casi finales de este mes de agosto, como “entre fiestas” porque son muchas las razones que podríamos aducir en su justificación, pero la fiesta es algo que no se justifica, está en la naturaleza del “homo lúdicus” y ya es suficiente justificación. Puede que algunos nos digan que se han suspendido oficialmente y es cierto, pero entre fiestas pasa la vida del hombre e incluso sus sueños y añoranzas. Fiesta llamamos a cualquier periodo de tiempo que no está necesariamente ocupado por el trabajo. Fiesta llamamos a cualquier celebración gozosa de la vida, y cuando estamos trabajando casi siempre tenemos en el horizonte para hacer el trabajo más llevadero la primera fiesta o el primer fin de semana, puente o vacaciones por llegar.
Hablar hoy de fiesta parece contradictorio, más un anhelo que una realidad, pero nuestros pueblos, en la medida que pueden se hayan inmersos en algo parecido en estos días de descanso estival con programas incluidos. Los santos patrones están siendo venerados con las misas mayores. Los vecinos se juntan en las plazas a escuchar una charanga, a participar en juegos o concursos, con su mascarilla, su distancia de seguridad, sus temores, pero también alegría por estar en su pueblo, por compartir momentos con sus familias, amigos y paisajes del alma. El reencuentro se sigue produciendo y en los pueblos hay vida porque hay gente y hay fiesta porque, como decíamos, es inherente a la propia condición humana. Y así, como un suspiro se nos va yendo este mes de agosto, el mes de los pueblos, de la reunión en torno a esa fecha en la que tienen lugar los días grandes o mayores, los de la fiesta, con más o menos actos, pero al menos con voluntad, ilusión y ganas de participar.
Los pueblos siguen siendo lo mejor para el verano y creemos, que para algunos, si hubiese oportunidad de empleo y servicios suficientes, también lo serían para el resto del año, por eso vaya nuestro apoyo a todas esas leyes y medidas en beneficio de fijar población en el medio rural. Si incidimos en ello tal vez nos llevemos una agradable sorpresa y no solo vayamos a nuestro pueblo para la fiesta.