Entre la vida y la muerte: Puro Antonio

18/07/2022 - 15:55 J. Pastrana

Durante años, en el mundo del cine español Antonio no había más que uno, como Pedro. Ahora, por justicia, conviene ir poniendo apellidos, al menos en lo que a Antonio´s se refiere. 

La primera impresión que produce Entre la vida y la muerte es tremendamente positiva. El estilo de dirección aplicado por Giordano Gederlini se ajusta como un guante a la historia que él mismo ha escrito, seca y árida, llena de silencios y acciones, las de un enigmátivo protagonista al que vamos conociendo muy poco a poco. 

Es cierto que el director acierta plenamente en el tono, pero no lo es menos que su historia no brillaría ni la mitad de lo que lo hace si no fuera por la presencia de Antonio de la Torre, un tipo acostumbrado a hacer personajes silenciosos, concentrados en sí mismos y algo perturbadores. 

La historia nos sitúa en Bruselas, donde un emigrado español trabaja como conductor de metro. Una noche, durante su jornada laboral, un joven cae a las vías justo delante de su tren. Es su propio hijo, Hugo. ¿Ha sido un suicidio o acaso hay algo más detrás de este triste suceso? El padre buscará respuestas. 

Es curioso como en una misma película Gederlini puede compaginar aciertos y errores. El personaje de Antonio de la Torre funciona a las mil maravillas y se nos va descubriendo poco a poco, con la pausa y la fuerza que se espera del buen cine negro europeo, cercano al thriller en este caso. 

Mención a parte merece la prescindible relación entre los policías que orbitan a su alrededor, padre e hija que mantienen una relación forzada en la que las innecesarias relaciones sentimentales terminan enturbiando lo que podría haber sido una obra mucho más visceral e implacable. 

Entre la vida y la muerte atrapa por Antonio de la Torre, tanto que uno tarda en darle importancia a los fallos. Una lástima, porque podríamos hablar de una joyita del género, pero siendo realistas hay que quedarse en que es una estupenda propuesta con sus baches. No es poca cosa tan poco, para una obra con sus pretensiones.