Esta es la casa que no consume luz y es pionera en España
El alcarreño Pedro Frutos Arroyo está inmerso en la construcción de una vivienda-prototipo en Cabanillas que se sitúa a la vanguardia de la innovación en cuanto al óptimo aprovechamiento de la energía de forma sostenible a través de la técnica ‘passivhaus’. Además, el sistema conocido como ‘steel framing’, que utiliza acero ligero para acometer su sólida estructura, le ha permitido realizar las obras en el tiempo récord de ocho meses.
La vivienda de Pedro Frutos, con plano de planta cuadrado, no tiene interferencias de aire con el exterior, lo que garantiza un óptimo confort y una plena salubridad del ambiente, un consumo energético prácticamente nulo y una gran hermeticidad ratificada a través de una serie de ensayos, lo que hace que esté “muy por encima de las restricciones exigidas por los requerimientos de Industria en España a través el Código Técnico de la Edificación”, asevera.
En ella todo es reciclado, reciclable, o ambos a la vez: el acero, el aislamiento térmico, a base de celulosa obtenida de los billetes que tritura la Casa de la Moneda, y la fachada ventilada a base de plásticos reciclados. “Ahora que se habla tanto de la Economía Circular, le aseguro que todo el material que estamos empleando es reciclado y, el día que la casa vaya a desaparecer, regresará al círculo de reciclaje”, prosigue.
Pedro lleva más de 20 años en el sector de la industria y el acero. Con la llegada de la crisis del 2007 se desplazó a vivir al extranjero, circunstancia que aprovechó para profundizar en sus conocimientos relativos a eficiencia energética. Obtuvo sendos másteres en la Escuela de Organización Industrial (EOI) y de energías renovables.
“Una de las asignaturas era arquitectura bioclimática, lo que me permitió ponerme al día sobre la técnica conocida como passivhaus”, señala, basada en un estándar de consumo mínimo y máxima eficiencia energética para las viviendas. En 2020 regresó a España y comenzó con su trabajo de investigación y experimentación relacionado con la fusión de este sistema con la denominada steel framing, técnica que facilitaría enormemente el ensamblaje de la estructura sobre la que posteriormente se iba a asentar la vivienda, un esqueleto de acero ligero de rápida instalación.
Un complemento ideal, a su juicio, para emprender la idea en torno a la que gira su vida, con el objetivo de realizar un hogar que se pueda amortizar, pero que a la vez sirva de prototipo con la meta de “industrializar, en la medida de lo posible, todos los procesos uniendo ambos métodos”, señala.
Para tal fin adquirió la parcela en Cabanillas y comenzó las obras el pasado mes de marzo, ya con la cimentación y el movimiento de tierras hecho. “Nuestra casa es el laboratorio, el banco de pruebas para poner en la práctica estos dos métodos”, ilustra. Su hogar hubiera tardado cinco meses con la técnica de steel framing. Sin embargo –matiza- los trabajos se están extendiendo por más tiempo debido a los experimentos que está llevando a cabo basados en prueba y error, a lo que se suman las consecuencias que tuvieron las lluvias de junio, que retrasaron el trabajo. Sin embargo ahora el edificio ya está al 95 por ciento.
Los dos sistemas que combina son muy innovadores. “Por un lado se logra que la construcción sea totalmente eficiente, con hogares que tienen un consumo prácticamente nulo (passivhaus) y, por otro, con los estándares steel framing, se aplica una técnica estructural “que utiliza mucho material reciclado o reciclable, que es más rápida, económica y eficiente”, precisa.
Las obras de lo que el denomina “proyecto de vida” comenzaron de cero. En marzo de este año llegaron los camiones con las estructuras desmontadas y los paneles ensamblados en fábrica. Después él, junto a otro operario, comenzaron a acoplar los perfiles de acero y el techo iba tomando forma. “Una de las ventajas que tiene el sistema steel framing –indica- es que dos personas pudimos construir todo el edificio, porque es acero galvanizado aligerado, con estructuras livianas”. Ello permite una forma de operar muy eficiente y práctica, ya que, como asevera, no es tan importante lo que aguante el listón, “sino lo que aguante una vez la estructura esté entrelazada, completa, independientemente de lo que soporte cada uno de ellos”. El edificio ya empieza a tomar forma “como un sólido”.
Posteriormente se va completando con la instalación en el exterior de los denominados “tableros hidrófugos”, hechos a base de virutas largas prensadas en diversos sentidos, lo que genera una presión que las hace resistentes a la humedad. En el interior, el pladur se fija gracias a unos perfiles horizontales interiores que van adosados a los listones de la estructura principal, ambos de acero ligero, conocidos como omega.
Una membrana, que controla la estanqueidad del aire, “garantiza que no haya ningún intercambio de ventilación entre el exterior y el interior”, indica, con lo que garantiza un consumo óptimo anual de calefacción fijado por el estándar passivhaus. Además, un sistema de ventilación mecánica controlada permite eliminar los contaminantes renovando el aire constantemente.
Los experimentos que ha llevado a cabo en su vivienda le han permitido concluir que, entre las principales ventajas de construir casas passivhaus, en combinación con el sistema steel framing, se encuentra su gran eficiencia energética, ya que ambos procedimientos permiten reducir el consumo de energía, “lo que se traduce en un ahorro económico importante a largo plazo”.
Asimismo destaca el confort térmico que se logra, ya que “estas viviendas mantienen una temperatura interior constante y confortable, independientemente de las condiciones climáticas exteriores”, así como una óptima calidad del aire.
Igualmente, gracias a la implantación de sus conocimientos teóricos a través de su proyecto piloto, ha logrado una notable durabilidad y resistencia, superior a la de los hogares estándar, ya que “el sistema steel framing ofrece una estructura sólida y duradera, capaz de soportar grandes cargas y de resistir al paso del tiempo”. La sostenibilidad es otro de los beneficios, ya que la combinación de ambas técnicas permite minimizar el impacto ambiental y reducir la huella de carbono del edificio.
Precisión y rapidez
Tanto el sistema passivhaus como el steel framing abren las puertas a una construcción más rápida y eficiente en comparación con otras construcciones convencionales, gracias a la precisión y rapidez en la fabricación de los materiales, lo que se traduce en una reducción significativa del tiempo de construcción de la vivienda. “Además, al ser sistemas modulares, se pueden prefabricar muchos elementos fuera del sitio de construcción, lo que también reduce el tiempo de obra en el lugar”, aporta Pedro Frutos. En cuanto al costo, tanto los hogares passivhaus, como los acometidos con mediante steel framing, “pueden tener un precio inicial ligeramente mayor en comparación con las edificaciones convencionales”. Sin embargo, a largo plazo, “ofrecen un ahorro significativo en consumo de energía y mantenimiento, lo que puede compensar y superar la inversión inicial”. Además, la reducción en gastos de calefacción y refrigeración puede hacer que el retorno de la inversión sea más rápido.