Estados Unidos se dispone a derribar su primer objetivo en el espacio
01/10/2010 - 09:45
Por: EUROPA PRESS
El Pentágono ha decidido anticiparse y destruir un satélite espía defectuoso antes de que entre en la atmósfera y por el riesgo de que suelte gran cantidad de gases tóxicos potencialmente mortales.
El general norteamericano James Cartwright, vicepresidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor, anunció un plan ordenado por el propio presidente, George W. Bush, para destruir este satélite mediante tres misiles lanzados desde un buque militar y hacerlo caer en las próximas semanas en el Océano Pacífico sin causar daños en núcleos de población.
Cartwright compareció ante la prensa para anunciar la operación, con inicio previsto para los próximos tres o cuatro días y que podría prolongarse algunas jornadas más. Así, las autoridades militares procederán a disparar tres proyectiles desde un crucero de la US Navy contra un satélite espía, denominado USA 193, antes de que se cumplan las previsiones y reentre en la atmósfera a primeros de marzo.
El artefacto, de unos 2.500 kilos de peso y que aún cuenta en sus depósitos con alrededor de media tonelada de gas tóxico, podría provocar una nube nociva del tamaño de dos campos de fútbol, tal y como informó Cartwright, quien aludió a las graves consecuencias sobre pulmones y capacidad respiratoria de la población. Y es que, pese a que ya lleva en el espacio desde diciembre 2006, pronto se perdió contacto con él y, en consecuencia, no quemó todo el combustible que portaba.
De esta forma, el presidente estadounidense, George W. Bush, decidió tras reunirse con expertos y autoridades militares optar por este plan de choque. "Después de revisar esta opción y, particularmente, considerando la cuestión de evitar o reducir las repercusiones para las vidas humanas, el presidente, con la recomendación de sus equipos nacionales y locales, encomendó al Departamento de Defensa interceptarlo", explicó Cartwright, según informaciones de la 'CNN' recogidas por otr/press. Así, el satélite caerá en el Océano Pacífico de forma controlada, evitando así el 25% de posibilidades que los expertos dan a un impacto inesperado en tierra firme y el 1% de que se produzca en una zona poblada.
El satélite, de los servicios de inteligencia estadounidenses, lleva dos años estropeado, por lo que se ha decidido por esta maniobra sin precedentes. El ataque de un objetivo en el espacio, nunca realizado hasta la fecha por Estados Unidos, cuenta con posibilidades de error, aunque en caso de fallo no se producirá un daño mayor del ya existente. "Si fallamos, nada cambia", indicó el miembro de la NASA Michael Griffin.
Ya en enero de 2007, y con la condena de Estados Unidos, China disparó desde la Tierra un misil para destruir uno de sus propios satélites, en este caso meteorológico, que terminó convirtido en unos 150.000 fragmentos de basura espacial, según estimaciones de la NASA.
Cartwright compareció ante la prensa para anunciar la operación, con inicio previsto para los próximos tres o cuatro días y que podría prolongarse algunas jornadas más. Así, las autoridades militares procederán a disparar tres proyectiles desde un crucero de la US Navy contra un satélite espía, denominado USA 193, antes de que se cumplan las previsiones y reentre en la atmósfera a primeros de marzo.
El artefacto, de unos 2.500 kilos de peso y que aún cuenta en sus depósitos con alrededor de media tonelada de gas tóxico, podría provocar una nube nociva del tamaño de dos campos de fútbol, tal y como informó Cartwright, quien aludió a las graves consecuencias sobre pulmones y capacidad respiratoria de la población. Y es que, pese a que ya lleva en el espacio desde diciembre 2006, pronto se perdió contacto con él y, en consecuencia, no quemó todo el combustible que portaba.
De esta forma, el presidente estadounidense, George W. Bush, decidió tras reunirse con expertos y autoridades militares optar por este plan de choque. "Después de revisar esta opción y, particularmente, considerando la cuestión de evitar o reducir las repercusiones para las vidas humanas, el presidente, con la recomendación de sus equipos nacionales y locales, encomendó al Departamento de Defensa interceptarlo", explicó Cartwright, según informaciones de la 'CNN' recogidas por otr/press. Así, el satélite caerá en el Océano Pacífico de forma controlada, evitando así el 25% de posibilidades que los expertos dan a un impacto inesperado en tierra firme y el 1% de que se produzca en una zona poblada.
El satélite, de los servicios de inteligencia estadounidenses, lleva dos años estropeado, por lo que se ha decidido por esta maniobra sin precedentes. El ataque de un objetivo en el espacio, nunca realizado hasta la fecha por Estados Unidos, cuenta con posibilidades de error, aunque en caso de fallo no se producirá un daño mayor del ya existente. "Si fallamos, nada cambia", indicó el miembro de la NASA Michael Griffin.
Ya en enero de 2007, y con la condena de Estados Unidos, China disparó desde la Tierra un misil para destruir uno de sus propios satélites, en este caso meteorológico, que terminó convirtido en unos 150.000 fragmentos de basura espacial, según estimaciones de la NASA.