Europa pasa página en el escándalo de las ‘vacas locas’

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Europa está preparándose para dejar atrás el escándalo de las “vacas locas”.
La Comisión europea trabaja actualmente en una serie de proyectos legislativos que permitirían la reintroducción de las harinas elaboradas con restos de animales en la alimentación de otras especies.
No se trata, como declaraba a comienzos de abril ante el Parlamento europeo la comisaria Vassiliou, de reanudar la alimentación de rumiantes con harinas animales, sino de iniciar un proceso paulatino de restablecimiento de la alimentación de animales con restos de otras especies. Los cerdos, por ejemplo, podrían así ser alimentados con restos de aves, y viceversa.
Por el momento, la Comisión no contempla el fin de la prohibición del canibalismo de especies animales consigo mismas: no se volvería a la práctica de la vaca que come vaca.
Bruselas trabaja actualmente en definir las modalidades de este retorno pautado a la alimentación del ganado con proteína animal. El problema estriba en que, con el conocimiento que se tiene, no es actualmente posible diferenciar lo que sea un alimento compuesto elaborado con desechos de cerdo, de otro cuyo origen sea el vacuno. Los sindicatos agrícolas y ganaderos Copa y Cogeca abogan por el establecimiento de normas estrictas de trazabilidad desde el matadero hasta las granjas, para evitar todo género de contaminación cruzada. Podría darse el caso, incluso, de que los centros de transformación se vieran obligados a dedicarse a un único producto, ubicarse en las proximidades de mataderos y respetar determinadas normas de esterilización.
El comité veterinario de la UE decidió el pasado abril reintroducir las harinas de pescado en la alimentación de bovinos jóvenes. Serán empleadas en la fabricación de sustitutos lácteos para la alimentación de terneros y corderos.
La medida entrará en vigor, si no se producen imprevistos, a finales de julio, previa decisión del Ejecutivo comunitario al respecto.
La trazabilidad del género y el control de la cadena de producción de harinas animales parece imprescindible, una vez probado que en ellas estuvo el origen de la epidemia de las vacas locas.