Expertos e instituciones dicen en Buendía que 2009 será un año decisivo para el Tajo
01/10/2010 - 09:45
Por: DIANA PIZARRO
Un Estatuto digno para Castilla-La Mancha y para el Tajo y un plan de la cuenca convertirán este 2009 es un año trascendental para un río que resiste desde hace más de 30 años trasvases al Segura. Las III Jornadas Por un Tajo Vivo, celebradas ayer en la localidad conquense de Buendía, debatieron sobre el futuro del río, calificado por muchos de los ponentes de enfermo. La Directiva Marco del Agua, una nueva gestión de este recurso hídrico, el desarrollo de los municipios ribereños y una masa de calidad en la cuenca del Tajo, fueron algunos de los temas tratados por expertos, técnicos y políticos. Y todo ello con el telón de fondo de la manifestación del 20 de junio por la defensa del Tajo.
Este año será decisivo para el río Tajo. El Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha y el Plan de la Cuenca del Tajo, que se encuentra en la recta final de su elaboración por parte del Ministerio de Medio Ambiente, supondrán el empuje definitivo a un río que se encuentra enfermo, según coincidieron expertos ponentes e instituciones políticas en las III Jornadas por un Tajo Vivo, celebradas ayer en Buendía. Muchos fueron los problemas que se abordaron en las diferentes charlas, corrillos de personas y discursos inaugurales, pero sobre todo destacó la necesidad de abordar una nueva gestión del agua, así como la unión de todos los pueblos de la cuenca del Tajo. En este sentido, la presidenta de la Diputación de Guadalajara, María Antonia Pérez Léon, que recordó al más de centenar de asistentes a las jornadas que se crió en Sacedón, uno de los pueblos afectados por el trasvase al Segura, recalcó que un solo ciudadano puede incluso cambiar muchas cosas si se lo propone. En este territorio muchas veces nos ha faltado defender un poco nuestra tierra, pero ahora no es el caso, pues estamos en un momento trascendental e importante. Pérez León, que estuvo acompañada por el diputado de Infraestructuras, Julio García, citó una frase de Jorge Luis Borges sobre que el tiempo y el agua son los que hacen los ríos, para recordar que en el Tajo el tiempo ha sido bastante desfavorable y, por lo que respecta al agua, ha ido mermando mucho por nuestras tierras. De ahí que el Tajo sea un río degradado, que no lleva ni el caudal que le corresponde ni criterios de sostenibilidad.
El presidente de la Asociación de Municipios Ribereños, Julián Rebollo, insistió durante su comparecencia en la necesidad de aprovechar las dos citas de vital importancia para el Tajo Estatuto y Plan Cuenca para salir con una subida sustancial de la raya de los 240 hectómetros cúbicos de mínimo en la cabecera. Necesitamos una reserva que garantice todas las demandas de esta comarca al cien por cien. En un ejercicio de reflexión, Rebolló instó a preguntarse sobre si al Tajo le sobra agua o no. El sentido común nos dice a todos que no le sobra, además de que sabemos que el agua donde tiene que estar es en los ríos. Con esto, insistió Rebollo, se pretende desmitificar los argumentos que durante más de 30 años se han esgrimido desde el Levante. Y ello se hace ahora desde la postura de la Directiva Marco del Agua, un tirón de orejas de Europa, vigente en nuestro país desde el año 2000, y que tiene como principales objetivos la prevención del deterioro adicional y la protección y mejora de los ecosistemas acuáticos, así como de los ecosistemas terrestres dependientes; la promoción de los usos sostenibles del agua; la protección y mejora del medio acuático; la reducción de la contaminación de las aguas subterráneas y la paliación de los efectos de inundaciones y sequías. Con esta normativa bajo el brazo, Rebollo rechaza que a pesar de que en los últimos 28 años hayan disminuido los aportes en cabecera un 45,8 por ciento, en el Levante se sigan sosteniendo hectáreas de regadíos ilegales y desarrollos urbanísticos incontrolados.
El estado actual de las aguas del río Tajo también fue objeto de amplio debate entre políticos y expertos. Todos coincidieron en que el río no se encuentra en su mejor momento después de 30 años de cultura trasvasista. Las calidades de la masa de agua en Talavera de la Reina, Toledo o Aranjuez no pueden ser las mismas si al río se le sigue quitando casi las dos terceras partes de los aportes en cabecera. Por ello, el presidente de los Municipios Ribereños insistió en que los embalses de Entrepeñas y Buendía son reguladores de la cuenca del Tajo, no almacenes del Segura.
En este mismo aspecto, la presidenta de la Diputación provincial recordó las palabra de Tirso de Molina sobre el río. El Tajo en Guadalajara era niño, en Toledo era un hombre y en Lisboa ya se trataba de un anciano. No obstante, Pérez León matizó que no sólo hay que cumplir años, sino darle vida a esos años.
Un río desangrado
Pedro Arrojo, de la Fundación Nueva Cultura del Agua, simbolizó los trasvases del Tajo como transfusiones de sangre. A ningún río le sobra agua, y al Tajo menos que a ninguno, al igual que a nosotros no nos sobra sangre en las venas, aunque en ocasiones podemos donar, como excepcionalidad, no como norma. Sin embargo, Arrojo continuó diciendo que el Tajo lleva un gotero colgado continuamente desde hace ya más de 30 años. Además, esas transfusiones se han hecho de un río moribundo, al que hemos visto secarse en varias ocasiones. Por ello, calificó el Tajo como un río fuera de la ley.
El vicepresidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, Abel La Calle, fue el encargado de presentar en su ponencia Cuatro certezas y un objetivo, las evidencia que marca la nueva Directiva Marco. Primero, el río, como elemento vital del ecosistema, es un patrimonio, y no un bien económico, lo que establece una prioridad de lo ambiental respecto a otros intereses. Otro elemento clave señalado por La Calle fue la inexistencia de fronteras en el tema del agua. Somos los hombres quienes hemos dado límites, clasificaciones salada o dulce, pero si quieres gestionar de una manera coherente, debe hacerse en su medio y sin que esté sujeto a esas delimitaciones. Esto supone, no obstante, un desafío al sector de las divisiones administrativas, tanto de Comunidades Autónomas como de Estado, lo que conlleva un deber de cooperación, coordinación y unidad de gestión.
El agua como elemento finito también fue recalcado por La Calle, un aspecto que se ha visto empeorado por el deterioro efectuado por los seres humanos al medio natural. Esto nos lleva a la fragilidad y al hecho de que una contaminación por mínima que sea puede echar a perder toneladas de agua. En este sentido, insistió en la necesidad de asumir las obligaciones de proteger y realizar una gestión efectiva del agua. Por último, el vicepresidente de la fundación resaltó la certeza de que el agua es un interés común, algo que implica a todos los ciudadanos, lo que comporta que no se pueden realizar políticas efectivas sin una participación pública.
La gestión del agua
Queremos transmitir la necesidad de cambiar la actual gestión del agua tanto en la cuenta del Tajo como en la del Segura.Así de tajante se mostró Julia Martínez, del Observatorio de la Sostenibilidad de Murcia, en la ponencia Hacia unos nuevos planteamientos de la actual cultura trasvasista. Es necesario aplicar medidas de gestión de la demanda para no tener que recurrir al incremento de la oferta de recursos hídricos, que tienen siempre importantes consecuencias y efectos negativos tanto a nivel ambiental, económico y social como son los conflictos entre territorios. Dada la situación actual en relación al cambio climático, Martínez recalcó que lo que tenemos que hacer es garantizar los caudales ecológicos en ambos ríos, lo que exige reordenar y reconducir el crecimiento del Levante para que sea más acorde y viable con los recursos de que dispone. En cuanto al futuro, avanzó que se contará con menos recursos hídricos, lo que derivará en menos agua disponible tanto para el Tajo como el Segura, por lo que tenemos que pensar en reducir el consumo en ambas cuencas. Asimismo, instó a abandonar el falso enfrentamiento entre territorios, pues el tema a discutir es sobre las necesidades a escala de cuenca, ya que el trasvase liga desde hace 30 años la vida de los vecinos de ambas cuencas. De ahí la importancia, según esta ponente, de crear una comisión mixta que integre la participación pública y la toma de decisiones.
El punto de vista jurídico y técnico fue aportado por María Soledad Gallego, de la Red Ciudadana por una Nueva Cultura del Agua, quien analizó la situación en la cuenca del Tajo a nivel de planificación conforme al objetivo de lograr el buen estado ecológico de las masas de los ríos. Gallego insistió en la disminución de las aportaciones a la cabecera, por lo que la situación de abastecimiento de la cuenca no es la misma que se previó; por lo tanto no podemos estar realizando la misma gestión que hace 40 años. Por ello, matizó, los ríos no son sólo contenedores de agua. En la misma línea, Miguel Ángel Sánchez apoyó la reivindicación de los ribereños a disfrutar de los embalses con una cantidad de agua importante, y no ser, como hasta ahora, almacenes de agua para el trasvase.
Estas ideas fueron puestas en común en la sala de usos múltiples de Buendía, donde se dieron cita más de cien representantes de colectivos y particulares de diversas Comunidades Autónomas, así como de Portugal. Las jornadas se aprovecharon para realizar la entrega anual de los premios de la Fundación Nueva Cultura del Agua, pues este año teníamos muy claro que, desgraciadamente, el centro de atención en materia hídrica se encuentra en el Tajo, concluyó Pedro Arrojo.
El presidente de la Asociación de Municipios Ribereños, Julián Rebollo, insistió durante su comparecencia en la necesidad de aprovechar las dos citas de vital importancia para el Tajo Estatuto y Plan Cuenca para salir con una subida sustancial de la raya de los 240 hectómetros cúbicos de mínimo en la cabecera. Necesitamos una reserva que garantice todas las demandas de esta comarca al cien por cien. En un ejercicio de reflexión, Rebolló instó a preguntarse sobre si al Tajo le sobra agua o no. El sentido común nos dice a todos que no le sobra, además de que sabemos que el agua donde tiene que estar es en los ríos. Con esto, insistió Rebollo, se pretende desmitificar los argumentos que durante más de 30 años se han esgrimido desde el Levante. Y ello se hace ahora desde la postura de la Directiva Marco del Agua, un tirón de orejas de Europa, vigente en nuestro país desde el año 2000, y que tiene como principales objetivos la prevención del deterioro adicional y la protección y mejora de los ecosistemas acuáticos, así como de los ecosistemas terrestres dependientes; la promoción de los usos sostenibles del agua; la protección y mejora del medio acuático; la reducción de la contaminación de las aguas subterráneas y la paliación de los efectos de inundaciones y sequías. Con esta normativa bajo el brazo, Rebollo rechaza que a pesar de que en los últimos 28 años hayan disminuido los aportes en cabecera un 45,8 por ciento, en el Levante se sigan sosteniendo hectáreas de regadíos ilegales y desarrollos urbanísticos incontrolados.
El estado actual de las aguas del río Tajo también fue objeto de amplio debate entre políticos y expertos. Todos coincidieron en que el río no se encuentra en su mejor momento después de 30 años de cultura trasvasista. Las calidades de la masa de agua en Talavera de la Reina, Toledo o Aranjuez no pueden ser las mismas si al río se le sigue quitando casi las dos terceras partes de los aportes en cabecera. Por ello, el presidente de los Municipios Ribereños insistió en que los embalses de Entrepeñas y Buendía son reguladores de la cuenca del Tajo, no almacenes del Segura.
En este mismo aspecto, la presidenta de la Diputación provincial recordó las palabra de Tirso de Molina sobre el río. El Tajo en Guadalajara era niño, en Toledo era un hombre y en Lisboa ya se trataba de un anciano. No obstante, Pérez León matizó que no sólo hay que cumplir años, sino darle vida a esos años.
Un río desangrado
Pedro Arrojo, de la Fundación Nueva Cultura del Agua, simbolizó los trasvases del Tajo como transfusiones de sangre. A ningún río le sobra agua, y al Tajo menos que a ninguno, al igual que a nosotros no nos sobra sangre en las venas, aunque en ocasiones podemos donar, como excepcionalidad, no como norma. Sin embargo, Arrojo continuó diciendo que el Tajo lleva un gotero colgado continuamente desde hace ya más de 30 años. Además, esas transfusiones se han hecho de un río moribundo, al que hemos visto secarse en varias ocasiones. Por ello, calificó el Tajo como un río fuera de la ley.
El vicepresidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, Abel La Calle, fue el encargado de presentar en su ponencia Cuatro certezas y un objetivo, las evidencia que marca la nueva Directiva Marco. Primero, el río, como elemento vital del ecosistema, es un patrimonio, y no un bien económico, lo que establece una prioridad de lo ambiental respecto a otros intereses. Otro elemento clave señalado por La Calle fue la inexistencia de fronteras en el tema del agua. Somos los hombres quienes hemos dado límites, clasificaciones salada o dulce, pero si quieres gestionar de una manera coherente, debe hacerse en su medio y sin que esté sujeto a esas delimitaciones. Esto supone, no obstante, un desafío al sector de las divisiones administrativas, tanto de Comunidades Autónomas como de Estado, lo que conlleva un deber de cooperación, coordinación y unidad de gestión.
El agua como elemento finito también fue recalcado por La Calle, un aspecto que se ha visto empeorado por el deterioro efectuado por los seres humanos al medio natural. Esto nos lleva a la fragilidad y al hecho de que una contaminación por mínima que sea puede echar a perder toneladas de agua. En este sentido, insistió en la necesidad de asumir las obligaciones de proteger y realizar una gestión efectiva del agua. Por último, el vicepresidente de la fundación resaltó la certeza de que el agua es un interés común, algo que implica a todos los ciudadanos, lo que comporta que no se pueden realizar políticas efectivas sin una participación pública.
La gestión del agua
Queremos transmitir la necesidad de cambiar la actual gestión del agua tanto en la cuenta del Tajo como en la del Segura.Así de tajante se mostró Julia Martínez, del Observatorio de la Sostenibilidad de Murcia, en la ponencia Hacia unos nuevos planteamientos de la actual cultura trasvasista. Es necesario aplicar medidas de gestión de la demanda para no tener que recurrir al incremento de la oferta de recursos hídricos, que tienen siempre importantes consecuencias y efectos negativos tanto a nivel ambiental, económico y social como son los conflictos entre territorios. Dada la situación actual en relación al cambio climático, Martínez recalcó que lo que tenemos que hacer es garantizar los caudales ecológicos en ambos ríos, lo que exige reordenar y reconducir el crecimiento del Levante para que sea más acorde y viable con los recursos de que dispone. En cuanto al futuro, avanzó que se contará con menos recursos hídricos, lo que derivará en menos agua disponible tanto para el Tajo como el Segura, por lo que tenemos que pensar en reducir el consumo en ambas cuencas. Asimismo, instó a abandonar el falso enfrentamiento entre territorios, pues el tema a discutir es sobre las necesidades a escala de cuenca, ya que el trasvase liga desde hace 30 años la vida de los vecinos de ambas cuencas. De ahí la importancia, según esta ponente, de crear una comisión mixta que integre la participación pública y la toma de decisiones.
El punto de vista jurídico y técnico fue aportado por María Soledad Gallego, de la Red Ciudadana por una Nueva Cultura del Agua, quien analizó la situación en la cuenca del Tajo a nivel de planificación conforme al objetivo de lograr el buen estado ecológico de las masas de los ríos. Gallego insistió en la disminución de las aportaciones a la cabecera, por lo que la situación de abastecimiento de la cuenca no es la misma que se previó; por lo tanto no podemos estar realizando la misma gestión que hace 40 años. Por ello, matizó, los ríos no son sólo contenedores de agua. En la misma línea, Miguel Ángel Sánchez apoyó la reivindicación de los ribereños a disfrutar de los embalses con una cantidad de agua importante, y no ser, como hasta ahora, almacenes de agua para el trasvase.
Estas ideas fueron puestas en común en la sala de usos múltiples de Buendía, donde se dieron cita más de cien representantes de colectivos y particulares de diversas Comunidades Autónomas, así como de Portugal. Las jornadas se aprovecharon para realizar la entrega anual de los premios de la Fundación Nueva Cultura del Agua, pues este año teníamos muy claro que, desgraciadamente, el centro de atención en materia hídrica se encuentra en el Tajo, concluyó Pedro Arrojo.