Febrero incierto

14/02/2021 - 11:31 Pedro Villaverde Martínez

 Hagamos un acto de fe en que de la noche a la mañana saldrá el sol de la esperanza, nunca perdida, y despejando las negras nubes que en demasía cubren nuestros cielos nos lleve a olvidar esta pandemia. 

Nos encontramos metidos ya en este mes corto del año del que el refranero dice…un día peor que otro. No sabemos si se refiere al tiempo de invierno en el que estamos o a qué. Lo que sí podemos afirmar en los tiempos que corren es que el que febrero tenga menos días puede ser un alivio económico cuando los sueldos son esperados con avidez  porque las existencias, si quedan, están bajo mínimos. Año de nieves, año de bienes, dice el refrán. Este año, eso nos reporta cierta esperanza. En lo político, elecciones este fin de semana que no sabemos si servirán para aclarar algo en Cataluña y  mejor no hablar de lo sanitario, con cifras delicadas y vacunas que llegan y se administran a medio gas. Las cosas no parecen mejorar sino incitar al malestar  ya dicho en muchas ocasiones y a la preocupación porque muchos negocios no pueden seguir cerrados o sufriendo perdidas durante tanto tiempo seguido. Parece que de una parte hacia acá siguen pintando bastos. Lo cierto, eso sí, es que cuando las cosas andan tan inciertas como en la presente situación hasta parece de lógica que a mejor han de ir. Ante tan negro panorama como parece prolongarse ya mucho más de lo que todos esperábamos- posiblemente por culpa de malas decisiones, aunque el mal esté en todo el mundo- sólo queda pensar que lo bueno estará a la vuelta de la esquina. Repetimos que sólo el canto a la esperanza es lo que puede aliviar esta negritud en que nos metiera este maldito virus. Ccomplicada situación política en Cataluña desde hace tiempo, tan compleja que incluso los más entendidos  creemos que andan despistados. También hemos dicho muchas veces que no hay mal que cien años dure…pero esa longevidad parece exagerada. Hagamos un acto de fe en que de la noche a la mañana saldrá el sol de la esperanza, nunca perdida, y despejando las negras nubes que en demasía cubren nuestros cielos nos lleve a olvidar esta pandemia y a vivir un poco más o mucho más, decentemente. De momento disfrutemos de este Febrerillo corto aunque sea sin carnaval.  Por ahora parece que pintan bastos, aunque ya hemos dicho muchas veces aquello de que a lo más oscuro amanece Dios. Febrero, de momento con mal tiempo propio del invierno, nos llevará a la deseada primavera.