Fiestas de los pueblos
El paso del tiempo y las formas de vida han cambiado pero la convivencia con la gente del pueblo es la misma o mayor, si cabe, pues hay más tiempo para el ocio y llegado agosto la fiesta explota de manera singular.
Llegado el verano, representado por el mes de agosto, aunque por extensión ha venido con fuerza el mes de julio y últimamente hasta junio y septiembre a unirse a él, pareciera que estemos en fiesta continua. Lástima que de vez en cuando, y ahora estamos en ella, se nos viene una crisis económica que nos revuelve este bienestar en el que ya creíamos estar instalados. Nuestros despoblados pueblos han encontrado un nuevo renacimiento, con sus casas arregladas y la afluencia masiva de sus hijos y allegados, en la época dorada del verano y periodos vacacionales, de manera particular en este agosto que ahora iniciamos.
La forma de vida de antaño ha desaparecido, pero el pueblo sigue siendo atractivo. La gente se divierte retocando o construyendo por completo la vieja casa, recorriendo los lugares que antaño hacía con mulas o a pie, en coches cómodos y placenteros. El paso del tiempo y las formas de vida han cambiado pero la convivencia con la gente del pueblo es la misma o mayor, si cabe, pues hay más tiempo para el ocio y llegado agosto la fiesta explota de manera singular. Son muchas las patronales que se han concentrado en el mismo y difícil resultaría encontrar algún día o fin de semana en el que no se celebre la festividad de algún patrón en nuestra provincia. Todos sabemos que la fiesta trae consigo el ruido y por ello debemos ser cuidadosos con hacer compatible el descanso y la diversión. Hay veces en que ese equilibrio no es el deseable. Problemas de la convivencia que se dan tanto en la situación de descanso como en la del trabajo. Pero seamos transigentes y procuremos encontrar ese término medio en el que dice consistir la virtud. Hoy queremos resaltar la fiesta, esa faceta del “homo lúdicus” que somos. Que la diversión sea lo que prime y prevalezca. Tiempo habrá después para las cosas más serias.