Gastronomía alcarreña

29/11/2020 - 12:55 José Serrano Belinchón

En su libro Gastronomía de Guadalajara, recoge Antonio Aragonés Subero algunos centenares de platos y otras varieda­des gastronómicas. 

Un arte, una habilidad, en todo caso una manifestación propia de la cultura tradicional en una comarca o región a la que distingue. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define a la gastronomía como: “Arte de preparar una buena comida”. Pienso que como definición pudiera servir, pero como explicación para quien desconoce el concepto, se queda demasiado escueta. En su libro Gastronomía de Guadalajara, recoge Antonio Aragonés Subero algunos centenares de platos y otras varieda­des gastronómicas que, por tradición, se han venido preparando en el medio rural de esta provincia, y que tal vez con otro nombre distinto puedan consi­derarse comunes a todas las tierras de Castilla, en las que el campo obligó al individuo a alimen­tarse de un modo similar y a endulzar sus horas festivas con parecida repostería. En todo caso, bueno será remitir al lector a la referida obra de Aragonés Subero, seguro de que encontrará posibilidades mil de llevar al plato los productos más exquisitos que se dan en el campo de Guadalajara.

El hecho de ser la Alcarria la tierra de la famosa miel, justifica que algunos de sus infinitos deriva­dos formen parte del típico e inmejorable menú en no pocos lugares de la provincia. Es el caso de los renombrados “bizco­chos borra­chos” que se hacen en la capital y en Tendilla; de los “bizcochos crispines” que con tanto acierto se cuecen en Budia; de las hojuelas u orejuelas al aguamiel extendidos por toda la comarca. Siguiendo con la repostería, las “tortas de alma” que cuecen en Campillo de Dueñas, y las “tortas dormidas” de Loranca de Tajuña, no tienen la fama que debieran tener por su exquisita calidad y buen gusto, como así ocurre con los “mantecados” de Mazue­cos y con las “patas de vaca” típicas de Molina de Aragón.

Las carnes seguramente que ocupan las cotas más elevadas en los asados que, con sus justos siete brebajes, preparan en Arban­cón, en Cogolludo y en Jadraque. Son famosos los conejos al ajillo de Galápagos, las cecinas, chorizos y jamones de la sierra de Atienza; y, por cuanto a derivados de la vid, gozan de prestigio reconocido los aguardientes y el “churú” de Mori­llejo, así como en general los característicos vinos que pisan y fermentan en las cuevas subterráneas de la Alcarria. En Budia resulta exquisito el arrope de calabaza y las frutas al mosto.