Gentes de la tierra: Luis Gálvez de Montalvo

Son varios los grandes personajes de Guadalajara que figuran indebidamente en la nómina de los olvidados, y éste es uno de ellos. Escritor renacentista nacido en la capital de provincia hacia el año 1542. De su vida y producción como autor castellano del siglo de los grandes, conviene advertir a los lectores de cinco siglos después que nació, vivió, y fue protegido por la familia mendocina del cuarto duque del Infantado, don Íñigo López de Mendoza, a quien tuvo como mecenas. En su condición de poeta encontró el debido y merecido apoyo en su propia ciudad. Su obra más conocida como autor del Siglo de Oro es “El Pastor de Filida”, relato de ambiente pastoril, con marcadas influencias de Jorge de Montemayor, publicado en 1588. Una obra en la que aparecen con nombres fingidos (Siralvo, Mendino, Filardo, Belisa, Licio y Silvia) representando a ciertos personajes relevantes de la Guadalajara de su tiempo, incluido el propio autor.

            De “El Pastor de Filida” habla Cervantes en El Quijote con cierta posición de elogio, al salvar a la obra de la hoguera que la sobrina, el cura y el barbero, hicieron de la biblioteca de don Alonso Quijano; obra ésta de la que se da cuenta en uno de los primeros capítulos, calificándola de “joya preciosa”. Así mismo, elogiaron la obra de Gálvez de Montalvo, Vicente Espinel y Lope de Vega, entre algunos autores más de la época, lo que nos lo sitúa entre lo más granado del siglo XVI.

“Filida, tus ojos bellos, al que se atreve a mirarlos, muy más fácil que alabarlos, le será morir por ellos.”

            La Filida de sus sueños fue Magdalena Girón, quien al contraer matrimonio con el duque de Aveiro, hundió al poeta en un mar de celos y desesperación. Gálvez de Montalvo fue cortesano al servicio de don Enrique de Mendoza. En la guerra de Las Alpujarras de 1568, resultó herido de gravedad. Participó en la batalla de Lepanto como soldado, y murió como Caballero de la Orden de San Juan en el desembarco de Palermo en 1591.