Gran éxito de público en la última verbena para jubilados
01/10/2010 - 09:45
Por: MAR GATO. MADRID
FERIAS Y FIESTAS- VERBENA DEL SÁBADO
Sólo ante el peligro se presentó Ignacio Simón, el autodenominado hombre orquesta, en la piscina de San Roque para brindar la que sería la cuarta y última intensa noche de baile para los jubilados y pensionistas de la capital, que se acercaron cual goteo hasta la instalación veraniega para desoxidar un poco sus huesos, y bien que lo hicieron a tenor de los ágiles movimientos que proferían muchos de ellos. Señoras y caballeros que ataviados con sus mejores galas ofrecieron una auténtica demostración de cómo se bailan los clásicos, llámense pasodobles, tangos, valses o milongas, según los requerimientos de los propios presentes, y a los que se unieron algunos temas más actuales como Abusadora o la Camisa negra de Juanes.
Mientras que los más bailongos se situaban en la pista central, desde la que eran objeto de observación por parte de otros que preferían descansar al resguardo de la techumbre del restaurante de la piscina, otros reponían fuerzas a golpe de bollería diversa y limonada, manjares que no hicieron sino más que recordar los orígenes de una celebración que se resiste a perder ese aire de antaño.
Había un tercer grupo de gentío que se localizaba bajo la cubierta del merendero de la piscina, donde se volvía a repetir la misma historia: unos bailaban y otros miraban los distintos registros de los valientes danzantes.
Entre unos y otros, ayer se contabilizaron en torno a los 1.500 asistentes, superando con creces la participación de verbenas anteriores, donde se contaron la nada despreciable cifra de las 1.000 personas. La agradable temperatura ayudó enormemente a que fueran muchos más los que se acercaran ayer a la última entrega de esta actividad, que como no podía ser de otra manera puso el broche de oro con una jornada muy pero que muy animada.
De lo que no cabe duda es que los bailes de pareja fueron los triunfadores de esta velada íntima y personal, un tanto alejada del bullicio de otras actividades peñísticas más heterogéneas que no permiten que nuestros mayores sean realmente los protagonistas.
La de ayer sábado fue la última verbena que la Concejalía de Familia y Bienestar Social del Ayuntamiento de Guadalajara, con el patrocinio de Ibercaja, brindó en estas Ferias a los jubilados y pensionistas de la capital y de fuera de ella.
Había un tercer grupo de gentío que se localizaba bajo la cubierta del merendero de la piscina, donde se volvía a repetir la misma historia: unos bailaban y otros miraban los distintos registros de los valientes danzantes.
Entre unos y otros, ayer se contabilizaron en torno a los 1.500 asistentes, superando con creces la participación de verbenas anteriores, donde se contaron la nada despreciable cifra de las 1.000 personas. La agradable temperatura ayudó enormemente a que fueran muchos más los que se acercaran ayer a la última entrega de esta actividad, que como no podía ser de otra manera puso el broche de oro con una jornada muy pero que muy animada.
De lo que no cabe duda es que los bailes de pareja fueron los triunfadores de esta velada íntima y personal, un tanto alejada del bullicio de otras actividades peñísticas más heterogéneas que no permiten que nuestros mayores sean realmente los protagonistas.
La de ayer sábado fue la última verbena que la Concejalía de Familia y Bienestar Social del Ayuntamiento de Guadalajara, con el patrocinio de Ibercaja, brindó en estas Ferias a los jubilados y pensionistas de la capital y de fuera de ella.