Guadalajara, Alovera y Azuqueca recuerdan en silencio y con flores a las víctimas del 11-M
Eran jóvenes, estudiantes, trabajadores, abuelos, padres, algunos lo iban a ser, madres, hermanos, tíos, esposos o lo iban a ser ... eran personas que tenían mucho todavía por vivir y que nunca imaginaron que ‘su’ reloj se pararía aquel jueves 11 de marzo de 2004 a las 7.41 de la mañana, durante una viaje que hacían regularmente a esa hora, en ese tren... El mundo enteró escuchó el lamento de un país sumido en el horror, en la más absoluta de tristeza y la incredulidad, de un hecho cuya autoria revindicaron los fanáticos islamistas. Ninguna idiologia es arma para matar. 193 vidas sesgadas y más 2.000 heridos. Otras tantas de miles destrozadas por un acto atroz que hoy todavía cuesta recordar sin lágrimas. Ayer, 11 de marzo, recordamos, revivimos esos minutos eternos y callamos. El silencio como mejor recuerdo a los que ya no están desde aquel 11-M. En Guadalajara, Azuqueca y Alovera, ese fue el mejor homenaje, junto a unas flores.
Pero al lado de ese silencio, palabras, como las de familiares de las víctimas, que quieren que el recuerdo siga vivo y sirva para evitar nuevas muertes por terrorismo. Dieciséis fueron las personas de Guadalajara que perdieron la vida ese 11M. Uno de los trenes partía desde la estación de la ciudad: David Santamaría García, Guillermo Senent Pallarola, Sara Centenera Montalvo, Eduardo Sanz Pérez, Sergio de las Heras Correa, Begoña Martín Baeza, David Vilela Fernández, José Gallardo Olmo, Mohamed Itaiben, María Fernández del Amo, Anca Valeria Bodea, Nuria Aparicio Somolinos, Miriam Melguizo Martínez, Gonzalo Baraja Díaz, Marion Cintie Suberville y Francisco JavierTorronteras Gadea.
Hasta la ciudad se desplazó el presidente de la Asociación 11M Afectados por el Terreroismo, Eulogio Paz, su hijo murió en ese cuarto tren– que partió de Guadalajara–para presidir el acto de homenaje que se desarrolló en la glorieta Víctimas del Terrorismo, junto al monumento de la Consitución y bajo la bandera nacional. Junto a él, ciudadanos de Guadalajara, más familiares de víctimas y representantes de todas las instituciones políticas. Todos unidos por la misma causa, recordar y “condenar cualquier forma”, tal y como aseguró el alcalde capitalino, Antonio Román, que hizo hincapié en la “unidad institucional” para luchar contra esos asesinos. “Aquí estamos todos los partidos político porque sólo desde la unión podemos derrotarlos”, aseguró.
Una marea de solidaridad, la sociedad se paralizó para ayudar, curar a los heridos, abrazar y consolar. Catorce años después, el dolor sigue estando ahí, en este Día Europeo por las Víctimas del Terrorismo y también secuelas, pero como recordaba Paloma González, sobrina del militar José Gallardo, “cada año somos más fuertes”. La joven, que sólo tenía siete meses cuando ocurrió el atentado, invita a que cada 11 de marzo sirva para “compartir recuerdos, revivir lo ocurrido y no olvidar lo que perdimos”, insistía. “Cómo se puede echar de menos a alguien que ni siquiera conociste ... Se puede, a través de los ojos de quien te recuerda lo que pasó. Gracias tía por recordarme cómo era mi tío José y cómo murió”. Un militar pero también un GEO, Francisco Javier Torrontera fue víctima de estos atentados, una después en Leganés, perdía la vida en la casa donde se suicidaron los autores de la mayor masacre que ha sufrido España por terrorismo.
Por su parte, Eulogio Paz hizo referencia a la “necesidad” de contar con una “memoria colectiva objetiva” y el mantenimiento de los monumentos en memoria de nuestras víctimas, señalando especialmente al centro memorial en honor a las víctimas del terrorismo yihadista que el Gobierno de la nación se ha comprometido a realizar. “La amenaza del terrorismo yihadista va a estar entre nosotros mucho tiempo por lo que este centro, a demás de honrar, servirá para hacer pedagogia y prevenir la radicalización de futuros terroristas y la desrradicalización de los que han comenzado el camino hacia el terrorismo. Es por ello que este segundo centro “es una necesidad social y hay que buscar los recursos para llevarlo a cabo”. Todos los presentes quisieron tener un recuerdo para los cuerpos y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que enfrentaron y enfrentan en su día a día a los fanáticos.
Entre los acordes de la música, Antonio Román y Eulogio Paz iniciaron la entrega floral, a la que se unió el subdelegado del Gobierno en Guadalajara, Juan Pablo Sánchez; el delegado de la Junta en Guadalajara, Alberto Rojo; el presidente de la Diputación, José Manuel Latre y los altos mandos de la Guardia Civil y la Policía. También acudió el vicepresidente segundo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha José García Molina, que en declaraciones posteriores a los medios aseguró que este 11 de marzo debe ser un día para “la reflexión”. “No cabe otra que el recuerdo” de unos hechos que “pueden seguir pasando”, porque, tal y como ha señalado, todavía hay amenazas. Diputados, senadores y decenas de guadalajeños se sumaron a la ofrenda floral.