Ataviados con las túnicas de sus respectivas cofradías y con sus palmas bien ornamentadas han abierto el paso a la imagen de Jesús en su borriquilla, que emula la entrada triunfal en Jerusalén. El estandarte de la Junta de Cofradías, portado por un representante de la Cofradía del Cristo Yacente del Santo Sepulcro, encargada de organizar la procesión de Domingo de Ramos, abría paso al resto: que encabezaba la Hermandad Cristo del Amor y de la Paz, con sede canónica en San Ginés; Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima Esperanza Macarena. Le seguían representantes del Cristo Yacente del Santo Sepulcro y Nuestro Padre Jesús Nazareno. Más de una treintena de niños pequeños abrieron paso al estandarte de la Cofradía de la Pasión del Señor. Les siguieron los adultos y los representantes de Nuestra Señora de los Dolores-encargada de organizar los actos de la Semana Santa este año-. Cerraban el desfile de hermandades y cofradías los de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad.
El cortejo salió desde la iglesia de San Ginés, donde se apostaban cientos de personas para recoger sus ramos de olivo bendecidos y bajar en procesión hasta la iglesia de San Francisco El Fuerte. Allí, el vicario episcopal de Guadalajara y Azuqueca, Agustín Bujeda, ha oficiado la eucaristía. Numerosas autoridades locales y provinciales han participado de la procesión y posterior oficio religioso con sus palmas bendecidas.
Esta tarde de domingo, a partir de las 18.00 horas, tendrá lugar el traslado del Cristo de la Expiración, desde la capilla del cementerio hasta la iglesia de Santiago Apóstol